Por amor

Nuestra oportunidad

Su cabeza era un lío.

—E-Entonces...

—Jamas mantuve relaciones sexuales con Rin.  Era imposible. Créeme, era bella y todo pero era mi amiga... Fue mi mejor amiga.

—Ya veo...

—¿YA VAS A DEJAR DE RECHAZARME?— preguntó inquieto. 

—Todo esto es confuso — kōki se removió inquieto.

—No hay nada de confusión. Solo debes saber que te amo. Te sigo amando como el primer día— le levantó el mentón y lo miro fijamente —. Es nuestra oportunidad. No hay nada que nos separe...  A menos de que estés con alguien.

—...

—¿ESTÁS CON ALGUIEN?— cuestionó preocupado. No podía perderlo ahora que se habían vuelto a encontrar.

—No— respondió mirando al pelirrojo —. Lo intenté. Muchas veces. Pero no funcionaba... Jamás pude olvidarte.

Seijūrō se preocupó aun más al verlo comenzar a llorar y temblar; le abrazo —Kōki.

—Jamas quise herirte. Me dolió en el alma hacerlo y más por nuestro bebé.  Debes comprender que su seguridad era lo principal. Tenía que alejarlo de tu padre... No quiero imaginar lo que hubiera hecho de saberlo. Temi por mi bebé.

Beso la cabeza —Hiciste lo que fue necesario para salvar a tú madre y proteger a nuestro hijo. 

—Pero costo muy caro.  Te perdí...

Le levantó  la cabeza y le limpio las lágrimas —Jamas me perdiste. Siempre. Durante todos estos. Siempre estuviste en mi corazón y mis pensamientos.  Te amo. Te amo. Te amo. Lo diré las veces que sean necesarias hasta que me creas, Kōki.

Kōki miró los ojos rojos —Te amo, Sei...

Seijūrō se acercó y besó al castaño.
Kōki cerró los ojos y respondió el beso.

10 años.

10 largos años anhelando un beso, su presencia, sus brazos, su calor.

Las manos de Kōki temblaron al deslizarse hasta el pectoral del pelirrojo. Comenzó a desprender los botones de la camisa.

Seijūrō al percatarse de las acciones  de Kōki,  sujeto el borde de la playera del castaño y tiró de ella hasta  deshacerse de la prenda. 

Kōki volvió a su tarea, arto de los botones tiró de ella hasta hacerlos volar. Seijūrō volvió a besarlo.

El castaño enroscó sus piernas en la cadera del pelirrojo. Seijūrō sujeto a Kōki de la cintura, y mientras se besaban, comenzó a dirigirse a la cama.  Depósito con sumo cuidado al castaño en la cama y volvió a besarlo.
Al separarse se apresuró a deshacerse de los zapatos y  jeans.

Tembló de excitación. Necesitaba a Seijūrō. Lo anhelaba.

Seijūrō rápidamente se deshizo de la estorboza ropa, incluyendo la suya. Se subió sobre el castaño, lo beso nuevamente  para luego dirigirse a botones rosas.

~Ahhhh.... Mghhh — gimió al sentir las caricias en sus pezones, mientras que la rodilla blanquecina jugueteaba su miembro —S-Sei ~

—Mierda. Lo siento.

—¿eh?

Sus piernas fueron jaladas sin aviso previo, y su cadera tirada. Termino en cuatro.

—¿Quue...?— fue sorprendido cuando los  largos dedos blancos asaltaron su boca. Lamió con esmero hasta humedecerlos.  Mientras su pene era atendido por las caricias.

Seijūrō retiró los dedos húmedos y lo dirigió a esa parte anhelante. Insertó uno y comenzó a moverlo sin dejar de masturbar al castaño.

Kōki jalo la almohada y se aferró a ella.  Jadeo al sentir otro intruso. Cada vez era más rápida. Un tercero se unió a los pocos minutos.

—Voy a comenzar.

La voz le hizo estremecer.

Seijūrō se posicionó detrás del castaño mientras se acercaba a besarlo. Quería ver su rostro al tomarlo.  Jamás apartó la mirada.  Con su mano guío su pene a la entrada y comenzó a ingresar.

—aghhmnggh dios....— gimió entre el dolor y el placer. Tanto tiempo sin ser tocado.

—Tranquilo Kōki— beso el hombro, y no se movió. Pero tampoco  apartó la mano de la erección, seguía masturbándole.

—S-Sei aghh~ — comenzó lentamente a moverse. Se alejaba y volvía acercarse sintiendo el palpitante miembro.

Seijūrō beso una última vez al castaño. Se levantó y comenzó las embestidas.  Al principio lento para después aplicar más ritmo —Joder. Kōki. Tan estrecho..

Kōki sonrió al escuchar la voz, y decidió ayudar. Se apoyó con las palmas de su mano sobre la cama y comenzó a moverse hasta que se acoplo al ritmo Seijūrō —Oh si... Ahhh más.

Se estaba volviendo loco. Levantó al castaño sosteniendolo del vientre para poder llegar más profundo y besarlo. Kōki respondió al beso y se sujeto como pudo del pelirrojo.

Los jadeos. Los sonidos. Todo. Le estaba volviendo loco. Sin previo aviso llegó al orgasmo, eyaculando en el interior de Kōki. Pero eso no le detuvo. Siguió. Lo nevesitaban.

.creo que se me ha pasado un poquito la mano.   🤔