Por amor

Adultos tontos

Kōki miraba fijamente a su hijo. Su adorable Seiki no le había dicho de que había hablado con Akashi mientras estuvieron en la noria, y eso le preocupaba.

Seiki nunca le había ocultado algo.

—Papi.

—¿SÍ?

—¿Amas a papá?

— Si, cariño— se acercó a él y le revolvió el cabello —. Aun lo amo. Pero no podemos estar juntos.

—¿Por qué?

—Cosas de adultos.

Seiki frunció el ceño y miro a su padre.

¿Por qué todos decían que eran cosas de adultos?

Su papá amaba a su Papi; y su Papi también amaba a su papá.

¿Entonces cuál era el problema?

¡Ellos se amaban!

¡Adultos tontos!

—¿Seiki?

—Nada.

La sonrisa de Seiki le dió mucho que pensar.

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Seiki tomó la tablet que su abuelito Masaimi le había regalado.  Luego de verificar que su Papi estaba dormido.

Busco la aplicación de vídeo llamadas, y luego al contacto ideal.

Inicio la vídeo llamada, hizo varios intentos hasta que respondieron.

—¿Seiki? ¿qué sucede? Son las dos de la mañana.

—Nada malo, abuelito. Yo... Quería preguntar algo.

—Dime— su abuelo encendió la lámpara y se iluminó un poco más.

—¿Sabe porque mis papás se separaron? Papi solo me dice que él fue el culpable por hacerle daño a papá. Pero ellos se aman.

Observó a su abuelo varios minutos .

—Mañana pasaré por tí. Le avisaré a Kōki temprano. Ahora descansa.

—Sí, abuelito.

Cancelo la vídeo llamada y se acostó a dormir.

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Kōki dudaba. 

Masaomi Akashi le había contactado esa mañana y le había pedido que le diera permiso a Seiki de visitar la mansión Akashi, obviamente, también estaba invitado.

Pero él no pisaria ese lugar.

—Seiki.

—Sí— miró a su padre y lo.vio soltar un suspiro.

—Bañate. Tú abuelo pasará por tí en una hora.

—¿DE VERDAD?

—si.

—Gracias papá— le besos la mejilla al castaño, y se dirigió a su habitación.

Kōki sonrió ante la felicidad de su hijo. No podía alejarlo de Masaomi aunque éste se lo merece.
Primero estaba la felicidad de su hijo.

Por eso, nunca le diría como fue que se alejó de Seijūrō.

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Masaomi llegó puntal a recoger a su nieto.  Hizo esperar al chófer y descendió del auto. Toco el timbre y Kōki se asoma por la ventana.

Kōki salió de la casa y abrió la puerta —Pase. Seiki está arreglando su maleta con sus medicamentos.

—¿Está enfermo?

—No— miró al azabache —. Seiki está tomando vitaminas, y lleva siempre consigo su medicamento de la alergia.

—¿Alergia?

—No puede comer nuez, almendra y  champiñones.  Su alergia se presenta con urticaria en la cara, hinchazón de lengua y, cuando eso pasa, comienza a respirar con dificultad.

—Entiendo— sacó el teléfono y envío un mensaje para que cambiarán el menú.

—A las 3 le toca la vitamina.

—Estare al pendiente.

—¡Abuelito!

Masaomi sonrió y recibió con los brazos abiertos —¿Estas listo campeón?

—Si. Vamos. Vamos.

Kōki rió al verlos irse. Seiki nk se había despedido de beso o abrazo como acostumbraba.

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Seiki estaba impaciente.

—Hemos llegado.

Miró hacia el frente. La casa era hermosa y demaciado grande.

El auto entró a la propiedad, y unos momentos después se estacionó. Seiki descendió del auto cuando la puerta se abrió —Es hermosa.

—Si— le revolvió el cabello  —Bienvenido a casa Seiki.