Capítulo 37: María

423 21 5
                                    


1 año después...

-Jesús: amor, ya es hora de desayunar, trae a la niña
-ageha: si amor, ven pequeña María
-María: MM, MM,

María apenas era un bebe, pero para su edad era bastante fuerte y curiosa, ya sabe caminar y decir mami y papi.
Para ageha, le había preparado su favorito, fruta picada, y a mi pequeña le había preparado papilla.
Ageha juega con el bebe al típico juego del tren,

-ageha: a ver, abre la boquita
-María: mm, *la abre*
-Jesús: sabes, haces un excelente trabajo como madre
-ageha: tú también haces un buen trabajo como padre
María empieza a llamar nuestra atención con su llanto, ya que se le cayó su chupón, yo lo recojo, lo lavo y se lo vuelvo a dar.
-María: p..pp- papi
-Jesús: he, de verdad te amo mucho mi pequeña hija

Cargo a María, la elevo para poder contemplar, ella empieza a reír mientras aplaude por la emoción de estar por los aires.
Aprovecho el momento para jugar con ella al avión, paseándola por toda la sala.
Ella daba carcajadas mientras que ageha disimulaba ser la aleo línea.
Puras carcajadas y felicidad llenaron la sala, no podía pedir algo mejor, con la felicidad de mi mujer y de mi hija me bastaba a mí, me daba ánimos de seguir adelante con esta familia, de poder disfrutar de esta maravillosa vida.

Termino el juego del avión aventándome al sofá abrazando a María, ageha se nos une balaceándose sobre mí, al final, termine cargando a ageha y ageha a María.

En ese instante, recordé como fue el nacimiento me mi pequeña niña.
Estábamos en el restaurante de papyrus, en ese momento, en el que estábamos comiendo, ageha había rompido la fuente, estaba a punto de dar a luz, por lo que retiro todo lo que estaba en la mesa, la recuesto y le pido a papyrus asistencia, ya que necesitaría varias cosas para recibir al bebe.
Ageha estaba gritando de dolor, le pido que puje con todas sus fuerzas para recibir al bebe, por lo que da un fuerte grito y... en ese instante, pude ver la cabeza de mi bebe, de nuestro bebe, faltaba poco para que terminara el sufrimiento de ageha, en eso, papyrus regresa con las cosas que le encargue, me las entrega y de inmediato se desmaya por la emoción.
Limpio a la niña, le doy atención médica y lo envuelvo en una toalla, ageha ya estaba ansiosa de ver a su hija, todo salió de maravilla, la niña nació sana y fuerte, , ya que tenía los ojos de ageha, pero los tenia del mismo color que los míos.

Mientras recordaba ese hermoso momento, María se había escapado de los brazos de ageha para perseguir a Flowey, le encantaba jugar con esa flor, pero a Flowey no, pero lo soportaba ya que por primera vez, sentía algo de simpatía por alguien, pero claro, sigue siendo Flowey, por lo que no se dejaría ser atrapado por María tan fácilmente.

-Flowey: HEY, HUMANO, APLACA A TU HIJA
-María: *risas*

Al final María termino atrapando a flowey, le encanta juguetear con sus pétalos.

Ageha interviene quitándole a María de enzima de flowey

María empieza a llorar, en eso, le entrego su chupón para que se tranquilice, María era una buena niña, si le doy algo tanto yo como ageha, se tranquiliza en ese mismo instante, es una niña bastante tranquila y muy amable para su edad, ya que cualquier otro bebe simplemente lloraría todo el día, pero María es diferente, ella es una niña educada, alegre y con muchas esperanzas de vivir la vida como yo lo he hecho con ageha, cuando la llevaba a pasear, a conocer amigos y etc.

A ageha se le ocurre la idea de prender la tele y ponerle caricaturas a María para que se entretuviese, me pareció una buena idea.

En lo que María veía su serie favorita, ageha y yo nos fuimos a nuestro cuarto a pasar... un momento no apropiado para niños, como teníamos m as responsabilidades con María, teníamos que medir nuestra lujuria para no perdernos en todo el día, pero de todas maneras la pasamos de maravilla.
Luego de una hora, alguien toca la puerta, María, me llama para abrir, por lo que rápidamente me cambio para recibir a la persona, se trataba de papyrus, el había venido para regalarle algo a María.

-Papyrus: toma pequeña, yo el gran papyrus te obsequiare este regalo, lo hice con mis propias manos, espero que lo goces Nyeh he he.

Se trataba de un auto parecido al que tiene papyrus, pero más pequeño, se le podía ver los ojos de ilusión que tenía María, rápidamente se trepa al auto y comienza a manejar, era un juguete seguro y fácil de usar.

Papyrus: vaya, a pesar de su edad, es bastante buena
-Jesús: si, jejeje, al parecer, según Gaster, este bebe al ser mitad de ageha y yo por decirlo de algún modo y no compararnos con especies, fue capaz de aprender más rápido que un bebe normal, con decirte que ya me dice papi
-Papyrus: wowy, eso si es tener suerte amigo, bueno, mi trabajo aquí termino, nos vemos.

En cuanto se fue, ageha me llama, ya que sylvie le había llamado por teléfono para quedarnos un día en su casa y poder convivir como familia, que Sara y María jugaran, de poder comer comida rica, de jugar juegos de mesa junto con Nephy, Aurelia, san y papyrus.

Me pareció una buena idea, le digo que confirme la invitación, nomás que nos avisen a tiempo para no ir a prisas.
En eso, ageha le confirma a sylvie, luego se fue a su cuarto a hablar con ella, desde que María nació, el vínculo de amistad entre sylvie y ageha se fortaleció.
Tal vez ambas sufrieron mucho en su pasado, pero gracias a Jesús y a mí, pudimos darles una vida maravillosa a nuestras chicas, de formar un vínculo de amistad, de formar una pequeña pero unida familia.

Mientras ageha seguía hablando con sylvie, yo jugueteo con María jugando al cucú, a adivina, al avioncito y etc.

Ageha al terminar de hablar por teléfono, se nos une trayendo unos barcos de papel y una tina para jugar a los barcos, era un juego que le gustaba jugar mucho María.

Nos divertimos mucho, jugando con barcos, mostrándonos nuestro afecto, sorprendiéndonos por las habilidades de María, de juguetear con Flowey aunque este no quiera y etc.

Se nos fue el día tan rápido que sin darnos cuenta ya habia caído la noche, María ya estaba exsausta de tanto juguetea, por lo que la cargo y la dejo en su cuna, que se encontraba en el mismo cuarto donde dormimos ageha y yo.

-ageha: mirala amor, es una niña bastante educada, amable y cariñosa
-Jesús: si, eso lo saco de ti
-ageha; no digas eso, tu también eres bastante cariñoso, es ovio que tienes algo que ver en eso
-Jesús: ja, supongo que tienes razón

Al terminar la charla, ageha y yo nos preparábamos para dormir, ya estábamos en nuestras camas,

No puedo pedir algo mejor que esto, estoy acostada con la mujer que amo, y al lado mio esta la cuna donde duerme mi preciada hija, esto no es el final, esto, es el comienzo de una vida llena de amor

FIN...

FIN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
el efecto del cariñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora