Capítulo 2: El sacrificio de una inocente

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La banda pirata sigue armando escándalo, hablando innecesariamente alto y riéndose como locos a cada momento, verdaderamente animados.
Tama observa con disimulo desde detrás de la barra constantemente la mesa con el capitán y los tres miembros restantes, los cuales no montan tanto jaleo como el resto de su tripulación y se limitan a hablar entre ellos mientras beben y comen; si bien, no parece que el ruido a su alrededor les moleste en absoluto.
Los pocos clientes que quedaban cuando la banda apareció, ya habían pagado sus cuentas y salido del local sin hacerse notar hacía rato, salvo dos o tres ancianos que no tenían nada mejor que hacer esa tarde, y a quienes les da igual quedarse con o sin piratas, y Seymour y sus amigos, que deciden que ya es momento de abandonar la taberna cuando uno de los piratas empieza a gritarle a su compañero borracho como una cuba. Los amigos salen los primeros, ya que, en esa ocasión le toca a Seymour pagar la cuenta. El hombre se acerca a la barra para ello y llama a Tama sin levantar demasiado la voz, puesto que ella está cerca pero distraída mirando hacia la mesa del capitán pirata.
-¿Cuánto es, Tama?
-Noventa berries, Seymour, ya lo sabes-le responde la chica.
Pero ella sabe que el tener cerca a un pirata de más de 100 millones de berries de recompensa pone nerviosa a toda la gente del pueblo, aunque a algunos, como a Daniel, se les nota más que a otros.
Seymour le paga con un billete de 100 berries y, cuando Tama va a darle el cambio, la risa del capitán pelirrojo resuena sobre las de los demás y ella no puede evitar levantar la cabeza para mirarlo en el acto. Luego, le da las vueltas al cliente y, en ese momento, él aprovecha para agarrarle la mano a la chica y pedirle:
-Deja de prestarle atención, Tama. No te conviene mirarlo tanto. Recuerda que él es un pirata.-Seymour dice las palabras "él" y "pirata" de manera despectiva, como si por el hecho de no ser del pueblo ya fuera un ser al que apartar y con el que no relacionarse, es como si Seymour quisiera decirle a Tama que "ese hombre no es de los nuestros".
Con ello, un cable en la cabeza de Tama se cruza y le responde, de una mala manera que no había usado nunca antes con un cliente habitual:
-Ya no soy una cría para que nadie me diga lo que me conviene o no. Haré lo que quiera, y lo siento Seymour, pero tú no eres quién para decirme lo contrario.
Enseguida, Tama trata de retirar la mano, pero Seymour se la agarra con más fuerza. Antes de que el asombrado hombre pueda decirle nada, una fuerza mayor le obliga a que suelte la mano de Tama y lo echa hacia un lado. Eustass Kid se sienta en el tabure frente a la chica detrás de la barra y mira al otro cliente con superioridad y cierta demencia.
-Creo que a la chica no le hace gracia que un tipo como tú le replique acerca de nada de lo que hace. ¿Acaso eres su hermano o algo así?
-No. ¿Y se puede saber qué quiere decir "un tipo como yo"?-le responde, mirándolo enfadado por separarlo así de la joven, Seymour.
-Un mierdecilla que no vale ni para limpiarse los zapatos con él.-le contesta, burlándose, el pirata.
-Eh, tampoco es necesario que le hables así.-le corrige Tama.-Y sé defenderme solita.
-¿En serio? No me dio esa impresión cuando querías soltarte y el gallito no te dejó.-Kid mira a la chica con malicia y sorna. Ella le responde con molestia y frunciendo el ceño, pero guardando silencio. Ante esto, el pelirrojo le pregunta.-¿Te he dejado sin palabras? Bueno, me pasa mucho. Causo ese efecto en las mujeres.-presume con arrogancia.
-¿Y no les causarás más bien arcadas con tu ego subidito?-le sonríe Tama, aunque su intención es fingir para que su padre, que no se encuentra muy lejos pero está empezando a quedarse sordo, no sospeche sobre lo que está pasando y se acerque a echarla de ahí.
-Que valor tienes, chica...-comenta Kid, sorprendido.
-Tama-interviene Seymour.-, me voy. Me gustaría hablar contigo mañana. Lo siento por...
-¿Por qué no te largas ya, calzonazos?-le apura Kid, empezando a enfadarse por la presencia de ese tipo.
-¿He hablado contigo, pirata?-Seymour le habla con chulería, lo cual, sin duda, es un gran error.
Eustass Kid se levanta del taburete riendo en un tono bajo e irónico. Mira al chaval frente a él con loca diversión. A penas mide un metro setenta y cinco y no aparenta ser en absoluto fuerte. Machacarlo va a ser tan sencillo que hasta será aburrido.
-Voy a darte una última oportunidad, lárgate o...
De repente, Kid es interrumpido por el golpe de una botella partiéndose lateralmente en su cara. El pirata se tambalea de la impresión, pero apenas se mueve del sitio.
Esa escoria está acabada. Ahora sí que puede darse por muerto.
Kid da un paso hacia adelante, cuando el dueño de la taberna se coloca en medio de él y su objetivo y le pide que por favor se calme.
-Apártese viejo, esto no le incumbe.
-Eustass-san, por favor, no es necesario llegar a las manos...
-Si sabe mi nombre es que sabe quién soy y por tanto sabe de sobra que si no se aparta en diez segundo lo mataré a usted también.
-¡Cariño!-la madre de Tama sale asustada en dirección a su marido, y se coloca a su lado.-¡Por favor, no peleen aquí!
A Kid se le está agotando la paciencia. Aparta de un considerable empujón a ambos casi ancianos y le propina un fuerte puñetazo a Seymour que lo hace salir disparado hasta destrozar con su cuerpo una mesa. Cuando se dispone a volver a atacarlo, el insistente señor se entromete de nuevo. El pelirrojo lo mira sin ningún ápice de piedad y se dispone a acabar con su vida diciéndole que le ha advertido. La mujer pega un fuerte grito llamando a su esposo y cierra los ojos llorando horrorizada...

Entonces, Eustass Kid se detiene antes de terminar con la vida del hombre.
-¡Toma mi vida en lugar de la de mi padre!
Tama se ha agachado al lado de su padre para protegerlo con su abrazo y mira al imponente pirata con unos inapropiados ojos desafiantes mientras mantiene extendida su mano hacia él en señal de que se detenga.
-¡No, Tama!-grita su madre, cada vez más aterrada.
-¡Tama, tú no...!
-¡Tú cierra la puta boca, Seymour!
Es la primera vez que tanto sus padres como los clientes escuchan a Tama usar ese lenguaje. Ella, la chica simpática y alegre que nunca ha dicho una palabrota...
-¡Tú has provocado esto, así que cállate y desaparece de mi vista de una jodida vez!-le ordena, mirándole con rencor.
Seymour no ve más opción que obedecerla y sale corriendo de la taberna.
-¿Te ofreces en lugar de tus padres?-Antes de que nadie le pregunte por qué habla en plural, Kid explica.-Ambos son responsables de que ese tipejo se me haya escapado. O tomo la vida de ambos o la tuya. ¿Sigues dispuesta a ocupar su lugar?
-¡Tama, no lo hagas!-le suplica, entre lágrimas, su padre, todavía abrazado a ella.
-Sí, tomo su lugar. Es mi familia, y a la familia hay que protegerla. Te doy mi vida a cambio de la de mis padres.-Tama contesta tranquila, seria, convencida..., justo como alguien que ha aceptado su inevitable muerte o su destino.
-De acuerdo.-decide Kid.-En ese caso, ponte en pie.
Tama obedece y se levanta ante el pelirrojo. Es realmente alto, le saca más de una cabeza a pesar de que ella también lo es.
Le mantiene la mirada a los ojos cuando este baja su brazo y, sorprendiéndola, no la golpea, sino que apoya su mano sobre el hombro de la chica y le anuncia:
-Bienvenida a la tripulación. Ahora eres miembro de la banda de los piratas de Eustass Kid.
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La historia ya empieza a coger algo de ritmo y Tama ya empieza a mostrarse como realmente es. ¿No es genial? ^^
Sinceramente, creo que este fanfic puede estar bastante bien jeje a mí me está haciendo mucha ilusión escribirlo por lo menos O(≧∇≦)O
Por cierto, tal vez más adelante consiga animar a Tama a que se despida en los capítulos como hace ______; por el momento, Tama está siendo tímida (*'∀'*) jeje y sin más
Nos leemos en el próximo capítulo :D
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Pirata a la fuerza [Kidx(Personaje)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora