A solas en el baño, Tama se precipita hacia la ducha, abriendo el agua todavía temblando. La calidez del agua se precipita a salir de la alcachofa y Tama se desploma al mismo tiempo de rodillas. No se ha quitado ni el vestido y ya siente un tremendo dolor cuando el agua le da a la tela que oculta sus heridas. Respira aceleradamente, aguantando el llanto pero todavía sin lograr detener sus lágrimas. Cierra el puño con frustración mientras aprieta los dientes y apoya lateralmente su cuerpo en la pared. El agua cae por su rostro y por su espalda, haciendo que las saladas lágrimas se confundan con las inocentes gotas de agua que salen del grifo.
Numerosos recuerdos golpean la mente de Tama. Frases que escuchó en numerosas ocasiones cuando era más pequeña, cuando creía que el mundo era como un cuento de hadas...
-¡Los piratas son crueles y malvados, Tama! ¡No te esperes nunca nada bueno de ellos!
-¿Ser pirata? ¿Tú? ¡Ja, ja, ja, ja, olvidalo, eres demasiado buena! Lo mejor será que te quedes en Bayamela y dejes de tener ese tipo de sueños absurdos.
-Los piratas son escoria, ¡auténticos monstruos! Se traicionan y se matan incluso entre ellos. Es imposible que un pirata sea bueno. Esos monstruos no tienen corazón.
Pensamientos, recuerdos cada vez más recientes que se clavan en su cabeza como un clavo golpeado por un martillo.
-Es un novato por el que piden 315 millones de berries. Su cabeza vale tanto porque es realmente peligroso, ¡incluso ha matado a civiles inocentes!
-Deja de prestarle atención, Tama. No te conviene mirarlo tanto. Recuerda que él es un pirata.
-Sabía que era un pirata..., pero no tenía realmente claro lo que eso significaba...-murmura Tama, todavía incapaz de moverse, aturdida por los pensamientos machacantes que inundan su mente.
Killer, preocupado por lo que haya podido pasar desde que abandonó el camarote del capitán, decide, tras dar vueltas como un loco sin rumbo por la cubierta, volver con paso firme y llamar dos veces a la puerta del camarote de Kid. Pasan unos segundos que parecen eternos sin obtener ninguna respuesta.
-Maldita sea...-murmura, antes de girar el pomo tan rápido como puede para que no le dé tiempo a arrepentirse.
Se queda de hielo al entrar al cuarto y encontrarse con el capitán pelirrojo desplomado en el suelo tan largo como es. Se acerca para ver si está bien y lo llama mientras lo sacude por los hombros. Comprueba que respira y, como no se despierta, sale en busca del médico.
Tama, tras unos treinta minutos bajo el agua sin poder moverse demasiado, logra desvertirse y ducharse como es debido. Las heridas le siguen escociendo y se da cuenta de que no tiene más remedio que tratarlas al acabar, aunque no quiere que ninguno de los dos médicos lo haga, por lo que piensa que robar el material es la mejor opción. Sin embargo, enseguida se da cuenta de todos los fallos que tiene su plan:
Uno, las heridas son en la espalda y ella no llega a la mayoría.
Dos, robarle a los médicos seguramente supondría otra sanción.
Tres, es una estupidez porque el objetivo del castigo no era solo corregirla, sino también leccionar a los demás; por tanto, tarde o temprano se sabrá.-Supongo que no tengo más remedio que dejar que uno de los médicos me trate...-suspira, cerrando el grifo al decidir que ya ha pasado suficiente tiempo bajo el agua.
Como solamente se ha traído el vestido, y está completamente empapado, se ve obligada a salir en toalla con mucho cuidado hasta la habitación y cambiarse allí...
La habitación...
El camarote...
El que comparte con Kid...
Es el último sitio al que le apetece ir en este momento...
Pero necesita su ropa...
¿Qué más puede hacer? ¿Usar la toalla como vestido el resto de su vida?
Tama toma aire por la nariz para luego soltarlo con un suspiro profundo justo antes de emprender el camino al camarote. Una vez llega allí, abre la puerta tras un momento de vacilación y, inconscientemente, suelta un suspiro de alivio al descubrir que no hay nadie dentro.
Se pone la ropa interior y los pantalones rápidamente y después se peina con más parsimonia, desganada, frente a un espejo. Nota que sus heridas siguen sangrando así que se pone una chaqueta de chándal con resignación para ir en busca del médico.
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Pirata a la fuerza [Kidx(Personaje)]
FanfictionTodo en la vida de Tama era, lo que muchos considerarían, normal. Vivía en una pequeña isla del South Blue, un lugar pacífico sin más altercados que los provocados en muy raras ocasiones por los bandidos del pueblo o en algún arrebato momentáneo de...