Capítulo 4: Un pirata de nombre Killer

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El baño le sienta bien a Tama. El agua caliente consigue calmarla por completo y el no tener ninguna interrupción la hace olvidarse momentáneamente del lugar en el que se encuentra, pero solo durante un breve instante, claro. En cuanto sale por la puerta, vestida y todavía secándose el pelo, el suave balanceo del barco causado por las olas la hace recordar que no está en casa.
Aunque ya no puedo llamar hogar a Bayamela...
Tama piensa entonces en sus padres y en lo mucho que deben estar echándola de menos, más que ella a ellos por supuesto, son sus padres, cambiaron su vida radicalmente por darle a su pequeña una vida normal y digna; pero ella lo ha fastidiado...
-Debería haber echado a Seymour sabiendo como es... y como es mi padre, siempre defendiendo a las causas perdidas que son sus clientes...-se dice Tama, todavía en el pasillo apoyada sobre la puerta del baño.
-El viejo debería haber sido consciente de que ya no tiene edad para andar protegiendo a imbéciles.-La voz que llega de su izquierda hace que Tama alce la mirada frunciendo el ceño.
-No hables así de mi padre.-le dice la chica, desafiante como lleva haciendo todo ese largo día.
-¿Quieres que te tire de nuevo al mar?
-Haz lo que te dé la gana.
Tama le aparta la mirada. No soporta a ese hombre, ese maldito pirata que la ha obligado a abandonar su hogar y a sus pobre padres, que a penas pueden atender la casa y la taberna sin ayuda de su hija, la única que tienen y quien siempre ha procurado cuidar de ellos.

Kid suelta un suspiro. Convivir con esa chica va a ser difícil y problemático, y él no soporta las cosas difíciles y problemáticas porque le cabrean, y cuando se enfada acaba haciendo las cosas sin pensar y, normalmente, matando o destrozando ciudades y pueblos... Puede que esta vez acabe cargándose a la chica, y no le haría mucha gracia, hay algo en ella que realmente le llama la atención, algo que la hace verdaderamente interesante ante los ojos del inconformista capitán pirata.
-Quiero a mis padres.-La voz de la muchacha hace que el pirata deje de pensar en sus preocupaciones y la mire de nuevo.-No me arrepiento de haberlos salvado.
-¿Cuál es el problema entonces?
-Quiero saber por qué hice algo tan impulsivo como mirar a los ojos a la muerte...-murmura, sin mirar en ningún momento a Kid.
-Tú misma lo has dicho, porque querías proteger a tus padres.
-Sí, pero hay algo más que me empujó a hacerlo...
Vaya, que curioso... Me gustaría saber también qué es ese "algo más"...-piensa el pirata, con especial interés.
-Tengo que preguntarte algo-le dice la joven, ahora mirándolo pero con frialdad.
-Pues pregunta de una vez.
-¿Cómo se supone que debo referirme hacia ti? ¿Tengo que llamarte capitán o...?
A Kid le rechinan los oídos al escuchar la palabra "capitán". De veras que no soporta que le llamen así, ni siquiera entiende por qué la Marina le ha puesto ese "Captain" en su cartel.
-No, no me llames así. Llámame Kid.
-¿Todos tus tripulantes te llaman por tu nombre?
-La mayoría me llaman jefe, pero prefiero Kid, no me gusta complicarme.
-¿De veras?-duda Tama, alzando la ceja izquierda.
El pelirrojo se fija entonces en la ceja levantada de la chica, llamándole la atención la pequeña cicatriz que tiene en esta.
-¿Y esa cicatriz?-le pregunta.
Inconscientemente, acerca su mano hasta posar su dedo sobre la mencionada cicatriz y repasarla suavemente. Tama, sorprendida por el inesperado contacto y como acto reflejo, se echa ligeramente hacia atrás. El pirata aleja su mano sin decir nada. Aunque no lo muestre, él también se asombra de su acto...
-L-la tengo desde pequeña-le responde Tama, aguantando su sonrojo como puede.-Me la hice peleando con unos niños del colegio.
-¿Te pelabas con los niños? No tienes pinta de ser así-comenta Kid, sorprendido.
-Todos los días me quitaban el bocadillo después de pegarme. Esta cicatriz fue el resultado de que me defendiera un día. Me golpearon con una piedra.
La chica eleva la mirada para observar al jefe de la banda. Lo nota enfadarse y no entiende el por qué. ¿Una reacción así por lo que le ha contado? Es imposible..., ¿verdad?
¿Puede que le haya sentado mal que le cuente una historia tan absurda como esa?-piensa, preocupada, Tama.
-E-esto... No fue un gran golpe, por eso la cicatriz es pequeña, así que...
-Con que Bayamela es un paraíso comparado con muchos lugares, ¿eh?-la interrumpe, visiblemente serio y con un tono furioso pero contenido, Kid, repitiendo esas palabras que no hacía tanto la propia Tama le había dicho...
Este corte deja atónita a Tama. No se esperaba una respuesta como esa. Nunca antes nadie había cuestionado si Bayamela era un edén o no; simplemente, todo el mundo se había limitado a confirmar que lo era, y que lo era para todos los que allí vivían. Lo que le pasó a ella de pequeña era una simple tontería, una bobada de niños, peleillas sin importancia..., ¿no? Eso era lo que le decían sus padres, los profesores o cualquiera a quien se lo contase... Nadie tenía en cuenta lo mucho que esas "peleillas sin importancia" la hacían sufrir a ella, todas las veces que había llorado al ser golpeada, pateada o empujada por esas "tonterías de niños" no le habían importado a nadie... Era la primera vez que alguien le daba importancia, aunque haya sido con esa frase que tan mal les parecía a los habitantes de la isla escucharla...
A Tama se le nubla la mirada. Es entonces cuando se da cuenta de que las lágrimas se están acumulando en sus cuencas...
De pronto, Kid se coloca delante de ella y extiende su brazo hasta posar la palma de su mano sobre la puerta en la que Tama se apoya. La joven lo mira perpleja y él, muy serio, le recuerda:
-Te dije que la primera norma era que no me mintieras.
Tama retiene todo lo que puede las lágrimas y aparta el rostro para que no pueda verla. Pero Kid ya se ha dado cuenta, si bien no lo hace notar.
-Y yo te dije que no estaba mintiendo...-le responde, tenuemente.-Eso era lo que todos en la isla me decían... Si todo el mundo lo creía así, ¿por qué iba yo a pensar los contrario?
Al pelirrojo se le frunce el ceño, ahora más furioso. En serio, de verdad que odia las cosas complicadas, y está claro que esta chica lo es.
-¡Pues por el simple hecho de que no tienes que pensar las mismas gilipolleces que todos los demás solo para tenerlos contentos! Joder, ¿qué importa lo que piense el resto? ¡Lo primero es pensar en lo que uno siente o quiere y que las opiniones de los otros te la soplen! Entérate de una vez, ¡hagas lo que hagas con tu vida siempre va a haber una o varias personas a las que les parezca mal y te critiquen por todo!-Kid da un golpe contra la puerta, haciendo que Tama se sobresalte. Entonces, se aleja de ella y, antes de dirigirse a su camarote, le dice.-Deja de ignorar tus pensamientos y empieza a escucharte un poco a ti misma, ¿quieres? Hacer lo que los demás se esperan de ti nunca te hará feliz.

Pirata a la fuerza [Kidx(Personaje)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora