El amor nos salva

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La música retumbada fuerte y nos hacía a todos gritar para poder comunicarnos. Había perdido la noción del tiempo, pero por el cansancio acumulado en mi cuerpo suponía que serían cerca de las tres de la madrugada.  El alcohol se nos había subido a los cuatro a la cabeza, hasta el momento ninguno perdía el norte. Suponía que teníamos todo controlado. Estábamos en "Ushuaia Ibiza Beach Hotel" presenciando el show de un DJ mundialmente reconocido, Martin Garrix, quién era el protagonista de la primera gran noche de estas fiestas. A mi lado bailaba, o intentaba bailar, Sindy y Marcos y yo trataba de seguirle el ritmo a Abril que parecía  tener demasiada energía acumulada en su cuerpo. Estábamos relajados, estábamos bebiendo un par de tragos que nos había traído Marcos hacía un par de minutos y ninguno sabía muy bien de lo que estaban hechos.

-Hace muchísimo tiempo no lo pasábamos tan bien, Pablete.

Trató de comunicarse conmigo Marcos después de palmear mi hombro.

-Esto es lo más cercano a lo que hemos estado de esos días en que nos íbamos de marcha cuando aún no era Alborán.

Le respondí rememorando alguno que otro momento en que habíamos sido jóvenes alocados y él mi eterno compañero.

-Me alegra mucho tenerte de vuelta, hermano.

A pesar de que ninguno de los dos estaba alerta con sus cinco sentidos, sentí la nostalgia y la emoción en los ojos del hermano que yo mismo había elegido. Yo le hacía falta como él me hacía a mí, más las prisas de mi trabajo no me permitían estar cerca de mi mejor amigo como a mí me hubiese gustado. A veces sentía que me estaba perdiendo demasiado de su vida y que más de alguna vez había olvidado saludarlo para su cumpleaños, y él simplemente respondía con un "no te preocupes, hasta yo me olvido".  Era simple, Marcos era tan simple y eso me ayudaba a mí a dejar de preocuparme demasiado por todo.

-Siempre estoy aquí, Marcos. Siempre.

Logré darle un corto abrazo en medio de nuestros intentos de baile con nuestras respectivas parejas. No era el mejor momento para ponernos emocionales pero sencillamente  no nos importaba.

Estábamos en uno de los sectores VIP del club, con vista hacia la enorme piscina rodeada de innumerables luces de colores al aire libre. No sabía cuántas personas habían... quizás cuatro mil  y cada una se dedicaba a disfrutar a su manera de esta locura. En el transcurso de la noche habían llegado un grupo más de personas que no reparaba en nosotros y me daba cierta tranquilidad para disfrutar como una persona normal, que ni siquiera me saludaran para mí significaba que podía respirar con tranquilidad.

-No me quites al niño, Marquitos.

Reclamó con humor Abril mientras seguía bailando frente a mí. Ambos tratábamos de guardar las distancias para no levantar sospechas, pero se complicaba demasiado cuando la veía moverse al ritmo de la música con ese short blanco de tela y esa blusa negra que dejaba ver su brasier. Era la sensualidad hecha mujer.

Volví a beber del trago que sostenía en mi mano, a mí parecer tenía algo de whisky, y volví a mirarla, a ser un completo idiota sin poder tocarla. Ella dio un largo trago a su vaso y lo dejó en el pequeño bar que teníamos atrás de nosotros. Ya lo había acabado y con eso también yo había acabado de prestarle atención a lo mucho que habíamos bebido.

-El niño es tuyo, mi querida Abril. Desde que lo besaste ya es completamente tuyo, ahí perdió la cabeza.

Dicho esto, Marcos tomó de la mano a Sindy y se dirigieron a la terraza, alejados un par de metros de nosotros para presenciar el show que daba el joven, demasiado joven, DJ. Me impresionó saber que apenas tenía 18 años y ya estaba sumido en el mundo de la música y de la fama, y era reconocido como  uno de los principales exponentes de la industria de la música electrónica. 

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2018 ⏰

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