Locos

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El plan para hoy era pintar las paredes de la sala principal de mi departamento antes de que Abril tuviera que volver a Madrid. No era el panorama más divertido, pero ante nuestras pocas ganas de salir de casa pensé que sería útil y nos serviría para pasar las últimas horas juntos realizando una actividad poco glamorosa que nos permitiría relajarnos y disfrutarnos. No había sido difícil conseguir la pintura, mi hermana guardaba varios litros en la bodega de la casa y se hacía más fácil encontrar el material necesario. Mi hermano y su pequeña familia se irían en dos días y sentía que un pedacito de mí se iría con ellos. Solo no me sentía, no cuando tenía a mi familia, mis amigos y mis sobrinos pero un sentimiento de melancolía me recorría cuando me daba cuenta que las distancias siempre serían una constante en mi vida. No iba a tener a Bruno intruseando mis premios ni molestándome en el estudio, no iba a tener a mi hermano en las noches cuando decidíamos que tan solo necesitábamos una copa de vino y una buena conversación para sacarnos alguna que otra espina de la garganta cuando los problemas en la vida se presentaban. Era difícil porque Abril también se iría.

Sería una semana, una semana que yo tenía para seguir aquí y volver a Madrid para un par de reuniones, más yo sabía que estando allá las cosas no cambiarían... Empezaría a viajar y empezaría el ciclo nuevamente, ahora con ella.

¿Estaba preparado?

Iba a extrañar hasta las estúpidas peleas que sosteníamos casi a diario.

-No hagas eso.

Gruñí cuando dejé de escuchar las voces de los personas de la serie "Vikings" de un segundo para otro. Acabábamos de despertar y ya me estaba alterando de los nervios.

-¿Por qué no? Ni siquiera estás poniendo atención.

Contraatacó y siguió con su estúpida idea de buscar otra cosa para ver. Ella estaba recién despertando y debía respetar mi espacio y mi elección.

-Yo prendí la tv primero.

-¿Y qué? Estás con tu celular, no estás mirando.

Me estaba cabreando y eso mezclado con tener el estómago vacío hacía que su actitud me causara aún más molestia.

Yo podía hacer dos cosas a la vez, además tan solo me faltaban dos capítulos para terminar la temporada. ¿Tan difícil era entender eso? Le dio play a un concierto de Beyonce en Youtube y dejó de mirarme, parecía no inmutarse por lo que me estaba haciendo sentir.

-¡Joder! Se trata de respeto.

Al parecer el enojo brotó por mi voz y la noté tensarse a mi lado. Me observaba con disgusto, al igual que yo a ella. En ocasiones, nuestras personalidades parecían chocar y podríamos acabar el uno con el otro.

-Te enojas por una estupidez. No estabas mirando la tv, no te engañes.

Que me mirara así y que me hablara como si se dirigiera a un ser poco inteligente me estaba sacando de mis cabales.

-¡Pero es mí espacio, mi tiempo! ¡Siempre haces lo mismo, siempre! No cambias.

Y sí, no era la primera vez que discutíamos por eso, sinceramente había llegado a pensar que le gustaba verme enojado.

-¡Haces un mundo por una estupidez! Siempre te distraes con tu celular cuando supuestamente miras la tv y la cambio, simplemente eso.

-No te aguanto, sinceramente. ¡Eres una cría malcriada!

Ambos elevamos las voces y parecía que ninguno de los dos quería acabar de una vez con esta estupidez. Esta niña iba a matarme de una jodida vez y se lo agradecería. No era posible que una vez más discutiéramos por esta gilipollez después de la noche mágica que habíamos tenido. No era posible que me estuviera desayunando una pelea justo el día en que se marcharía de mi lado.

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