Capitulo 18

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Aquella mañana Wendy comenzó a abandonar el reino de los sueños sintiendo una curiosa calidez contra ella. Aun sin abrir los ojos, podía sentir el toque suave de la lana contra su piel, cayendo en cuenta de que no era su habitual top de dormir. Además su mejilla esta contra algo suave, movió un poco sus dedos se dio cuenta de que era piel. Entonces abrió los ojos poco a poco, pudo a preciar una habitación algo diferente. Ella recordó que encontraba en el barco, y cuando miro hacia donde estaba su mano, sonrió al recordar con quien estaba. Ella levanto la cabeza y pudo apreciar el rostro de Ford, el cual dormía pacíficamente. Wendy decidió sorprenderlo, así que se levanto despacio de la cama, quitando con cuidado el brazo de Ford de su cadera. Puso sus pies en sus pantuflas y subió a la cocina. Tomo huevos, jamón y pan blanco. Se puso a preparar huevos termino medio, jamón tostado y tostadas a la francesa. Encontró un paquete grande de fresas frescas y jarabe de chocolate. Así que tomo un par de tazas, puso algunas fresas en una y jarabe en la otra. Luego busco tomo un par de vasos y sirvió en ambos jugo de naranja. Fue algo difícil bajar la bandeja con tantas cosas en esa escalera tan estrecha, mas con movimiento del barco. Pero logro bajar sin despertar a Ford, luego dejo la bandeja en la mesita de noche. Ella entro dentro en la sabana otra vez y se subió sobre Ford, quedando sentada a horcadas sobre su cadera. Ella luego comenzó a besar su pecho en el centro, luego subiendo a su cuello. Este comenzó a reaccionar a sus besos, soltando un pequeño gruñido. Ella sonrió, y sigo trazando un camino de pequeños besos hasta su oreja y mordió su lóbulo suavemente. Los gruñidos de placer seguían escapando de La garganta de Ford, cada vez mas claros. Ella luego, beso su frente, después fue beso cada uno de sus ojos cerrados, la punta de nariz y finalmente deposito un pequeño beso en sus labios. El pequeño intruso comenzó a hacerse presente para Wendy contra sus short tipo piyama. Ella no pudo evitar soltar un pequeño gemido cuando el intruso hizo mas presión de la debida contra ella.

Ford entonces la beso, ella correspondió con el mismo entusiasmo de el. Ella le acariciaba las mejillas, mientras el acariciaba su espalda. Luego una de sus manos se movió a trasero, apretándolo ligeramente. Ella gimió contra sus labios, haciéndolo sentir en control de ella. Este se giro con ella ahora estando sobre ella, dejando de besarla en los labios, para ahora pasando a saborear su cuello. Ella soltó sus rostros y poso una manos sobre el pecho desnudo de Ford, mientras la otra fue a su espalda, sintiendo los músculos marcados de ambas áreas. La mano de Ford que estaba en la espalda de Wendy, subió hasta su cuello, levantándolo para darle mas acceso a su piel. Mientras la otra bajo mas abajo hasta llegar a su pierna, levantándola para sentirla mas cerca. Ella sentía que enloquecía con su toque, cada beso, cada roce o caricia, saca gemidos sin control de sus labios, la mayoría con el nombre de Ford. El bebía de la gloria con cada gemido que ella propiciaba de sus labios, sentía como la temperatura aumentaba para ambos. La manos de Ford inconscientemente fueron hasta el nacimiento de su suéter que ella tenia puesto, sus dedos se colaron dentro, subiendo poco a poco el suéter, hasta la mediados de sus costillas. Tocaba con delicadeza la piel de sus costados, su espalda y su abdomen. Ella sentía como pequeñas descargas iban desplegándose por su espalda con su toque, hasta que una de ella fue tan repentino que arque su espalda en reflejo. El pudo sentir el roce tan fuerte de su cadera contra la suya, haciendo que su intruso despertara por completo, haciéndose sensiblemente presente. El la mordió en el cuello, mucho mas fuerte que la ultima vez. Ella casi grito de gozo ante esto. Pero Ford volvió a sus labios, tratando se callar eso sonidos que le estaba haciendo perder el control. Su beso fue haciéndose mas calmo y tranquilo, hasta que ambos se separaron. Respirando agitadamente, perdiéndose en la mirada del otro. Una de las manos de Ford hizo apoyo sobre su codo tratando se no aplastarla, mientras la otra acariciaba su rostros con ternura.

-Buenos días querida – Dijo el sonriéndole.

-Buenos días Fordsy – Dijo ella pasando la mano por su mejilla, sintiendo la piel liza y afeitada. Este le dio una mirada algo descolocada.

Suspirando por los PinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora