Capitulo 25

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Mabel se sintió preocupada por Wendy, ella salió muy extraña de la maquina expendedora, su voz sonaba rota. Ella temió que Wendy y su tío tuvieran una pelea o algo así, pero trato de no darle mente. Finalmente si fuera así, ella debía mantenerse al margen y no meterse. Ella se mantuvo en el puesto de Wendy, un poco aburrida, pero trato de no darle mente al lento pasar del tiempo. Ella solo deseaba poder ver a Brandon, el se había convertido en el caballero de sus sueños. En todo momento era muy caballeroso, atento y dulce. Ninguno de sus antiguos novios fue tan atento como el, siempre le llevaba chocolates o flores. A veces le cantaba canciones con su profunda y sexy voz. Además agradecía que Dipper estuviera tan ocupado con su investigación, Así el no tenía tiempo de meterse con ella y Brandon. Además Ella se alegraba de el, pues se le notaba muy juntito con Pacifica. Oh si, el amor rondaba en el aire. También había notado que abuelita y Stan estaban pasando mas tiempo e calidad desde que abrieron el recorrido jurásico. Cuanta ilusión le hacia pensar que ellos estuvieran juntos. Ella tan perdida en sus pensamiento no noto cuando Stan la estaba llamando, hasta que esta movió su mano frente a sus ojos. Ella reacciono riendo y le puso atención.

-Calabaza pensé que te había perdido en las nubes.....¿Donde esta Wendy? – Dijo Stan con su típica actitud.

-Me pidió que te aviara que ella se sentía mal, se retiro hace un ratito –Dijo Mabel seria.

-Esa niña.....Bueno ya no importa, de todos modos ya es hora de cerrar – Dijo Stan poniendo el letrero de cerrado.

-Oye tío Stan voy un rato con Candy y Grenda..... ¿Puedo tomar el carrito de golf? – Dijo Ella con ojos de perrito suplicante.

-Lo siento cariño, pero el carrito de golf se lo llevo tu hermano – Dijo Stan pasando la mano por la cabeza de ella.

-Oh.... Esta bien, vuelvo en un rato – Dijo Mabel alegre y se fue.

Mabel recorría el bosque despacio, le encantaba caminar rodeada de la naturaleza, especialmente la rara naturaleza de Gravity falls. A veces solía encontrarse con el multioso, o con los minotauros. Ellos siempre solían ser muy divertidos, especialmente desde que ayudan con las atracciones de la cabaña. Era gracioso fingir ser la damisela en peligro y que ellos fingieran atacarla. Ella recordaba una ocasión divertida en la cual el multiosos la baño en jugo de frambuesas y fingió que este se la estaba comiendo. Los turistas salieron despavoridos y uno de ellos choco con un árbol, quedando inconsciente. Ella casi se hace pipi de la risa, pero aun así recogió al sujeto y lo dejo en la cabaña. En las noches podía oír a los búhos cantar y los murciélagos volar. Para la mayoría de personas eso era terrorífico, pero le encantaba ver como volaban a su alrededor. En algunas ocasiones podía ver las hadas del bosque volando entre los murciélagos o tomando setas del suelo. Ella sabia que las hadas eran muy tímidas a la presencia de los extraños, así que era mucha la suerte de poder encontrarlas. También disfrutaba ver como las setas mágicas brillaban con su fosforescencia natural, era como ver un espectáculo por donde quiera que miraras. Además agradecía que las setas iluminaran el suelo, pues con tantos pinos no se podía ver por donde se caminaba, aunque era temprano ya estaba oscuro. Ella también era precavida, sabia que el bosque era un lugar peligroso, pero nunca salía sin su brazalete que diseño Ford para espantar a los depredadores, además llevaba consigo su gancho de ataque y un spray de pimienta concentrada. Mientras caminaba, se perdía en los olores del bosque. Tantos que hacían que sus sentido del olfato se viera rodado del gozo y esplendor de la naturaleza. El olor fresco de los pinos, algunas setas con olor fuerte que le recordaba la arena, los tulipanes que crecían salvajes, las vayas y frambuesas que crecían en los arbustos. Pero de repente un olor fuera de lo común inundo su nariz, era como metálico y algo intoxícate, pero completamente inconfundible, era sangre. Mabel sintió algo de nervios, había aprendido a identificar los olores de la sangre cuando ayudo por algunas semanas en la cruz roja.

Suspirando por los PinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora