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-¿Pero, qué?!- Jin sacudió a Hoseok por los hombros. Quedarse tildado nuevamente en la parte más importante de la información no ayudaba a la desesperación de sus amigos-Hoseok!- Quizás esa bofetada había sido demasiado fuerte, pero por lo menos había servido para traer nuevamente a tierra a su dongsaeng.

-No quiere vernos- hipo- le ha pedido a Jungkook que hiciera lo posible para que no nos acercaramos a él.

Era lo que se merecían. Después de todos los años que lo hicieron a un lado, era lo mínimo que podían esperar.

-Nos merecemos su odio.

Las palabras de Taehyung, se perdieron en las almas desechas de sus compañeros...

Sin embargo, lo que pensaban, distaba mucho de la realidad. Yoongi, jamás podría odiar a su familia.

***

Jinyoung no sabia que hacer primero. Mientras hablaba con Seokjin su corazón le decía que corriera hacia donde su niño estaba recién despierto, pero su mente le decía que debería ir a ver a Taehyung, Seokjin, Namjoon, Jimin y Hoseok que estaban por demás tristes.

Sin embargo se encontraban a miles de kilómetros, a pocos conciertos de terminar una gira, así que ninguna de las dos opciones sería posible. Por lo menos no, hasta dentro de un mes aproximadamente.

Era la primera vez en su vida que odiaba su carrera. La presión que su pecho sentía le sería más que difícil de ocultar en el escenario.

Y si para él sería difícil no quería ni imaginar cómo limitaría con esto su querido...

-¿Qué quería Seokjin hyung? ¿Yoonie esta bien?- Im Jaebum. 

-Si...-Estaba repartiéndose entre la felicidad de saber que su niño estaba despierto, y el dolor de no poder ir a arrullarlo en sus brazos. Comenzó a llorar al sentirse tan abrumado- Mi niño ha despertado. Yoongi está despierto.

En este momento todos comenzaron a odiar sus carreras...

***

Sihyuk ya estaba al tanto de todo. No había querido meterse antes, sin embargo ya era momento de hablar con todos.

Primero iría a ver a Yoongi y Jungkook. Necesitaba ver y hablar con su pequeño durmiente. Pedirle todo el perdón del mundo por no cumplir con su promesa de ser el padre que nunca tuvo.

El viaje hacia la clínica fue más corto de lo que recordaba, o quizás eran sus deseos de no llegar por temor a ser rechazado por uno de sus niños, por su niño más preciado.

El tiempo que demoró el elevador tampoco lo ayudó a armarse un poco más de valor.

-Hola Kookie- era extraño ver al maknae a más de un metro de Yoongi- ¿Qué sucede? ¿Está todo bien?

Ya le habían comunicado de la decisión de Yoongi al no querer que sus demás compañeros se acercaran a él. Pero nadie le había notificado algo acerca de que esto también incluía a Jungkook.

-Hyung Nim- murmuró haciendo una leve inclinación de cabeza- Todo esta bien, el médico se encuentra dentro y pidió que esperara aquí hasta que saliera...

En ese instante la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a un señor que regulaba más o menos en edad con Bang Sihyuk.

-Buenos días. Mi nombre es Junho y soy el médico de guardia- se presentó al ver que había una persona a la que no estaba cuando entró.

-Un gusto, doctor.

-Doctor, ¿Como se encuentra mi hyung?- el maknae estaba ansioso.

- El esta físicamente mucho mejor de lo que imagine luego de casi tres meses sin despertar- asintió- me doy cuenta de que lo han ayudado a moverse mientras estaba dormido..

-Si. Tres veces al día. Todos los días.- contestó bastante orgulloso de haber sido de verdadera ayuda, Jungkook.

- Lo has hecho bien pequeño- sonrió amablemente al chico- Pero aunque su cuerpo este relativamente bien, su psiquis lamentablemente le está jugando en contra. Pondré a cargo a un especialista en el tema por el tiempo que este dentro del hospital. Pero una vez fuera, quería saber si ya tienen un psiquiatra a cargo o si les tengo que dar pase a alguno.

-La empresa tiene uno de confianza- ¿Desde cuando? Quizo saber el maknae- en cuanto todo esto comenzó, contrate a uno de  los mejores, pero no llegó a poder verlo antes de que...Antes de que Yoongi se diera por vencido...

-Bien. Entonces eso es todo- dijo ya casi despidiéndose- Luego me gustaría hablar con usted en privado acerca de variados tratamientos para eliminar algunas cicatrices y hacer menos visibles otras.- Palmero el hombro de ambos hombres en señal de despedida.

-Gracias docto...

-Junho. Sólo dígame Jungho.- sonrió amable nuevamente- Lo espero en mi consultorio luego de que vea a su hijo.

Hijo...la sola palabra lo habia desarmado. Haciendo que lo que venía aguantando desde hace tiempo saliera.

-Tranquilo hyung nim..

El doctor había logrado su cometido. Ese señor estaba haciéndose lo mismo que el pequeño blanquecino que acababa de revisar. Castigandose al guardar tanto pesar en su corazón.

A pasó lento, luego de lograr la calma, se adentraron a la habitación que hace más de dos meses no visitaba.

Sólo pedía que Yoongi, al enterarse de que nunca habia ido no lo alejara. Pero es que lo más doloroso del mundo hubiera sido ver a uno de sus niños en ese estado, pensando que jamás despertará.

Y él no podía darse el lujo de derrumbarse. Tenía seis niños que, independientemente de lo horriblemente mal que hayan actuado, lo necesitaban.

No lo tomen a mal. No es como si abandonara a uno por seis. No.

El estaba plenamente consciente de que Yoongi tenía el amor incondicional de Jungkook, quien permaneció a sol y sombra pegado al que, dice, nunca más volverá a dejar. Le creía, creía en el maknae. En lo fuerte que era y la persistencia que tendría...

Así fue que apoyó emocionalmente a los que estaban en pié. A Jungkook, con llamadas y mensajes diciéndolo lo bien que lo estaba haciendo, lo fuerte que era y preguntándole diariamente si lo necesitaba para algo.

Al resto de los chicos les consiguió un psicólogo, encargándose de acompañar a todos y cada uno de ellos a cada consulta.

Entrar y ver lo excesivamente delgado y frágil que estaba Yoongi, fue casi tan desgarrador como el día que se enteró que quizás no despertaria.

La pálida y nieva piel ya poseía un color grisáceo. Los finos y pesaditos labios apenas se distinguían del resto de su cara, resecos y blancos. Ojos hundidos, enmarcados por ojeras. Los finos y aniñados rasgos todavía estaban, pero el aspecto calaverico no dejaba que fuera una imagen linda de ver.

No pudo, siquiera, saludar a su pequeño.

Lloró. Arrodillado a los pies de la camilla, lloró todo lo que pudo, pidiendo, rogando perdón por haber hecho las cosas mal. Por no haber cumplido su rol de protector...

Yoongi sólo lo miró, como si ya nada lo emocionara. En su rostro sólo había tristeza.

Tristeza de ser consciente de lo mal que estaba haciendo pasar a las personas a su alrededor. Culpandose del dolor de los demás.

La tristeza de no haber podido terminar lo que comenzó....todavía....

Continuará...

Somos una familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora