Después de la primera cita, vinieron muchas otras más. Carlos, pasó a recogerla aquella tarde. Se iban a pasar la tarde a la playa. Él se encargó de todo, bocatas, cervezas...
Luz se limitó en comprarse un bikini nuevo, de esos con braguitas brasileñas. Le quedaba de muerte. Cuando Carlos, la vio quitándose el vestido playero, casi le da un infarto. Puso los ojos en blanco y la prolongación de hombre que tenía entre las piernas despertó. ¿Cuánto tiempo llevaba dormida? Pensó.
Luz empezaba a sentirse bien en compañía de Carlos, pero había algo que no le hacía confiar del todo en él. Era atento, cariñoso, amable... parecía tenerlo todo, pero aun así sentía que ocultaba algo.
Tras ponerse el sol, empezó a refrescar y decidieron recoger los bártulos y volver, al día siguiente era fin de semana, pero Carlos tendría un fin de semana ocupado. Tenía que marcharse a Jerez sobre las 2 de la tarde y no volvería hasta el domingo por la noche. Luz, no preguntó por ni para qué. Ella siempre dice que no le gusta dar explicaciones de lo que hace con su vida, por lo tanto considera que queda extraño que también las pida.
Volvieron a casa de él, un piso de alquiler pequeño, ideal para un hombre soltero. Carlos aparentaba menos edad de la que tenía, cuando Luz nos digo que tenía 38 años, diez más que ella, nos quedamos un poco sorprendidas. Se conservaba bastante bien. Bendita naturaleza, que da mocos a quién no los necesita....
Cuando llegaron al portal, este la invito a que subiera y ella tan solo aceptó.
El piso de Carlos, era un tercero, con ascensor. Solo disponía de una habitación, en la que se encontraba la cama de matrimonio, un baño y una cocina americana que comunicaba con un salón de tamaño normal.
Soltaron las cosas de la playa y él le ofreció algo de tomar.
-¿Te apetece un vino blanco? – Dijo el, enseñando desde la cocina la botella de Tierra Blanca, un vino blanco semidulce.
-Sí, gracias.-Asintió Luz, mientras que se acomodaba en el sillón del salón y dejaba sobre un lado su bolso de playa.
Carlos salió de la cocina con dos copas en la mano y en la otra un plato con uvas y queso..
-Dicen que uvas y queso saben a beso.. – Dijo Carlos, ofreciendo la copa de vino a Luz y apoyando sobre la mesa pequeña que estaba delante del sofá el plato con queso y uvas. Tras soltarlas y terminar de masticar la uva que había llevado a su boca le dio un beso a Luz en los labios que a ella le supo a gloria.- Voy a darme una ducha rápida para quitarme la arena del cuerpo
-Perfecto – Dijo ella llevándose la copa a los labios para tomar un primer sorbo mientras Carlos se marchaba por el pasillo hacía el baño y justo antes de cruzar el umbral de la puerta del salón se volvió hacía luz.
-Podrías quedarte esta noche... Podemos pedir algo para cenar y ver una peli. Mañana ninguno de los dos madruga y hasta la dos de la tarde no tengo que salir para Jerez..
Luz no esperaba que Carlos la invitara a quedarse, pero realmente se encontraba bien en compañía de Carlos y el plan que el le había propuesto no le desagradaba, es más hasta le gustaba. Desde que Sergio murió no había estado con ningún otro hombre. Ya había le había guardado el suficiente tiempo de luto y era joven su vida debía continuar. Recordó mis palabras aquella noche en el coche antes de la primera cita con Carlos "No haces nada malo"
-Vale
Contestó Luz a la propuesta de Carlos a quedarse. Sabía que esa noche, no solo habría cena y una peli, quizás llegarían a algo más pero no le importó, lo deseo cuando Carlos despalda a ella en el pasillo se quitó los calzoncillos y sin darse cuenta dejo que Luz le viera el culo por el espejo que estaba justo detrás de él.
-Luz en el cajón de la mesita del televisor, hay unas propagandas de comida a domicilio. Échales un ojo y piensa que te apetece cenar mientras me ducho.
Pero Luz no se movió hasta que Carlos entro en el baño. ¿Cómo iba a perderse tal espectáculo?
Carlos tenía razón, era una ducha rápida para quitarse la arena. Salió del baño sin camisetas y con unas calzonas de pijama grises. El pelo repeinado y el olor a gel neutro que tanto le gustaba a Luz.
-¿has decidido ya que te apetece cenar?
-Pues, había pensado que igual te apetecía compartir una pizza conmigo..
-Buena idea.
La pizza no tardó más de tres cuartos de horas en llegar. Pero ese tiempo fue más que suficiente para que la chispa que Carlos había encendido en el descuido del espejo ardiera.
-Luz, en el baño hay toallas limpias, si quieres puedo dejarte una camiseta y te das una ducha mientras esperamos la cena.
-Pues te lo agradecería, porque entre la sal y la arena, me pica todo el cuerpo.
Carlos le sacó de su ropero una camiseta gris y unas calzonas en un tono muy parecido.
-No tengo mucho que ofrecerte, lo mismo te queda enorme.
-No te preocupes estará bien.
Luz cogío su neceser, ese que siempre llevamos con nosotras y que siempre nos salva de momentos inesperados como este. Cepillo y pasta de dientes, peine, alguna crema hidratante, colonia... Se metió en el baño y cuando estaba desnuda, Carlos abrió la puerta y la toalla que llevaba en la mano se le calló al suelo. Luz dio un respingo pero quedó inmóvil
-Emm lo siento, yo solo..- Carlos seguía inmóvil y Luz se ruborizó.
No podían negarlo, la atracción existía y Luz y no había podido dejar de pensar en ello. Sin pensarlo dos veces Carlos se acercó a ella y la atrajo hacía el, comenzaron los besos, llenado sus bocas con sus lenguas. Luz se deshizo de las calzonas que Carlos se había puesto tras la ducha descubriendo que no llevaba calzoncillos y dejando su miembro al descubierto. Carlos la cogió en brazos y la apoyó contra la pared. Bajo su boca hasta los pechos de luz y justo cuando empezó a succiónalos el timbre sonó, la comida ya estaba servida....
La cena transcurrió tranquila, tras el morboso momento del baño, el cual no pudieron terminar, Luz y Carlos cenaron vieron una peli y Luz se quedó dormida en el sofá. Carlos, la cogió entre sus brazo y la llevo hasta el dormitorio. Al levantarla del sofá ella se despetó y se agarró a su cuello y miro sus ojos fijamente. Se besaron en el pasillo y tras el umbral de la puerta de la habitación.
Carlos desvistió a luz poco a poco, como si saboreara cada instante. La tumbo en la cama y se puso sobre ella. Acarició su cuello y lo besó y ella respondió a cada uno de las caricias que este le daba. Luz empezó a sentir que su cuerpo volvía. Noto como el miembro de Carlos se había dilatado y el camino que lo conducía hasta su interior estaba preparado para recibirlo.
Carlos estiró la mano hasta su mesilla, sacó un preservativo y se lo puso. Volvió a colocarse sobre Luz y la penetro. Tras varios movimientos ambos se corrieron y Carlos se quedó profundamente dormido.
Luz se levantó de la cama, tenía la boca seca. No había podido dormirse y se notaba algo nerviosa. Fue hacía la cocina y se sirvió un vaso de agua. Sobre la encimera, había un cestillo de mimbre, y por impuso miro dentro. Había un par de fotos. Las sacó y las observó. En una de ellas, una mujer morena, con ojos grandes. Se veía que no era muy alta y llevaba a un bebé en brazos. Luz miró al bebe y se sorprendió del gran parecido que tenía con Carlos. Volteó la foto y leyó lo que había escrito en ella.
"Para el mejor papa del mundo, tus niñas Andrea y Pastora"
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RECUERDAME
RomanceFabiola podrías ser tú. Con un trabajo normal, una familia normal, y una pareja normal... Pero a veces la vida normal guarda una verdadera historia que contar. Recuerdame es la aventura de una chica joven, donde durante una epoca de su vida todo p...