[Narrador: Aaron Hansen]
Salí de la casa para hablar con Logan. Para ser honesto, no me interesaba que planeaba él y Donna, ni nada. Simplemente hago esto porqué Ann me lo pidió. Pero quitando el pedido, la verdad es que me parece un poco raro que todos estos días hayan estado juntos, sin haber discutido y llevándose bien.
— ¿Quién colapsó primero? — Vi que Logan estaba mirando algo en su teléfono, me miró varias veces hasta reaccionar que era yo, fue muy extraño pero parecía que no estaba aquí, hablando conmigo.
— ¿Colapsar? Yo no, eso es seguro. — Soltó una carcajada que me dio escalofríos, por alguna razón.
— ¿Qué hiciste? Me refiero a que, ella parecía bastante bien el día de hoy, a la mañana, ella estaba feliz pero cuando volvieron de comprar la ropa para el casamiento de que me hablaste, digamos que, parecía como si hubiera visto un muerto o algo así.
— Como dije y lo voy a sostener hasta el fin de mis días, no sé que hice. — Lo miré fijo, por unos segundos no creía en su palabra.
— Esta bien, confió con tu palabra. Entonces, ¿que ocurrió? — Él volvió a mirar su teléfono.
— Gracias por creer en mí, estoy agradecido, ni te imaginar. No, lo sé. Es difícil de explicar, una cosa pasó a la otra y luego... — Imitó el sonido de una explosión y luego comenzó a reír.
— Deberías de hablar con ella. Es la primera vez que veo a alguien que me da un discurso del porqué no existe la amistad entre el hombre y la mujer, teniendo una amistad con una. No sólo eso, parece que se llevan excelente o eso me pareció esta mañana y los anteriores días. — Me observó unos segundos, noté que apagó el celular y se dirigió a la puerta.
— Es cierto, no voy a negarlo. Bien, iré a hablar con ella. Pero a cambio, deberás de hablar con la mujer que tienes sentada en el sillón. — Entramos a la casa y allí estaba Ann.
— Esta bien. — Me dio un leve golpe en el hombro, le sonreí y él se fue rápidamente a las escaleras que terminó por subir.
— ¿Y bien? — Preguntó Ann poniéndose de pié.
— Bien, seguro se resolverá todo. Sobre eso, nos quedamos en algo antes de que nos interrumpieran. — Ella me miró fijo y me agache un poco para besarla. Cuando al fin lo logré, pude escuchar unos ruidos provenientes del segundo piso.
— ¿Estarán discutiendo? — Me preguntó cuando estábamos a sólo unos centímetros el uno del otro.
Espero que sea eso..
— Seguramente. — Volví a besarla.
En ese instante, juraría haber escuchado su corazón latir a mil.
ESTÁS LEYENDO
En Venta ©
RomancePor un problema familiar, el joven Aaron Hansen termina por ir a una subasta en lugar de su padre. A pedido de él, va a comprar algunos cuadros de pinturas que a él le gusten. Al terminar dicha subasta, comienza una subasta "VIP" que las personas co...