Capítulo 37- Familia (2)

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[Narrador: Diana]

***

Habíamos pasado largo rato en el auto, no hablamos, no nos miramos, no emitimos el mas mínimo sonido. Diría que la situación, era de lo mas aburrida posible.

Pero, para mi suerte, habíamos llegado a destino. Creí que me encontraría con una casa llegar pero no fue así.

— ¿Un cementerio? — Pregunté y él ignoró mi pregunta.

Comenzamos a caminar por el cementerio, iba detrás de él. De un segundo a otro, se quedó quieto en el medio del pequeño pasillo que separaba las tumbas. Miré a un costado, donde el miraba.

— Tu familia. — Sólo dijo y señaló la tumba.

— ¿Cuándo...?

— ¿Murieron?

— Sí.

— Según lo que le dijeron, además de ti, tenias dos padres y un hermano menor. Tu hermano murió a los dos años, luego de eso, tu madre enfermó y tu padre se volvió adicto al juego, ¿recuerdas algo de eso?

— No.

— Ya veo. Entonces, tu padre se endeudó y no pudo pagar las medicinas de tu madre, así ella murió. Luego de eso, por alguna razón, no tengo información sobre ti o sobre él pero años después, hace mas o menos cinco años, vendió la casa donde vivía y murió.

— ¿Vendió la casa?

— Sí.

— Vender..

— ¿Ocurre algo?

— Recordé a una mujer que siempre me hablaba de un niño.

— ¿Tú madre?

— No lo sé. Ella decía: "Él ya no está" y me preguntaba donde estaba... Todo el tiempo.

— Supongo que viviste con tu padre hasta sus últimos días, luego, tuviste tu vida y terminaste conmigo.

— Ya veo, no tengo familia...

— Eso quiere decir que mi propuesta sigue en pié. — Pasó junto a mí y miré su espalda, que se alejaba de a poco.

— ¿Propuesta? — Susurré cuando comencé a caminar detrás de él.

— Será mejor que vayamos a la casa. De todas maneras, no dejaré de buscar información sobre ti. — Caminé rápido para ponerme junto a él, me quedé mirándolo de reojo. Su expresión no cambiaba.

Era extraño.

***

— ¿Tus padres murieron? — Me encontraba en la cocina, junto a algunas personas que trabajaban allí.

— Sí.

— ¿Entonces, te quedarás a vivir con nosotros?

— ¿Aquí? Eso, no creo que sea posible...

— ¿Por qué? Al señor le cae muy bien. — Interrumpió otra de las mujeres.

— Quizá lo hace por obligación.

— No lo sé pero, me daría mucha pena que vuelvan a dejarlo sólo.

— ¿Dejarlo sólo..?

— Bueno, él perdió a toda su familia cuando era sólo un niño y luego de eso, quienes cuidaron de él, lo abandonaron y nunca tuvo mucha suerte en esas cosas como el amor.

— No tiene a nadie...

— Sí, eso es triste.

¿Estaría mal que me quedará allí? No sabía que respuesta dar a una pregunta que me hacia todos los días, desde el primer día que pise esa casa. Había algo que me detenía a decir un definitivo "Sí" ese algo, que no me dejaba contestar, que me detenía una y otra vez, eso... No me dejaba, quería saber que era ese "algo".

No tenía familia, al igual que yo, no tenemos nada. Entonces, ¿qué me detiene? Nada, esa fue mi respuesta definitiva. Me quedaría allí, para siempre.

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