Capítulo 40 - Yo, ella y nunca

9K 444 2
                                    

[Narrador: Júpiter]

— ¿De verdad no irá?

En estos momentos, a una edad avanzada, me da mucha pereza cuando me preguntan reiteradas veces lo mismo pero, tristemente, aveces tienes que contestar.

— No.

— ¿Seguro que no la acompañará? Todavía están aquí.

— Ya dije que no.

No quera como si no quisiera ir, simplemente era lo obvio, no era correcto que alguien como yo fuera. Simplemente estorbaría.

— ¿Seguro?

— ¿Por qué quiere que vaya? — Helena y yo estábamos yendo en dirección a la puerta, íbamos a despedirnos de Diana que iba a encontrarse con su familia.

— Puede ser importante.

— Ella verá a su familia, recordará todo y no volverá, es sencillo.

— Debe de tener el autoestima muy baja. Yo creo que ella volverá.

— No lo hará.

— ¿Cómo lo sabe?

La respuesta era obvia, ese hombre me había dicho que ella tenía toda una familia, hasta una pareja esperándola, ¿qué cambiaría mi presencia? Probablemente lo volvería incómodo.

— Ella estará bien.

— ¿Qué quiere decir con eso?

— No importa eso ahora. — Ya nos encontrábamos frente a frente con ella.

— Al fin llegan. — Contestó ella sonriendo.

— Nos iremos ahora, será mejor que se despida. — Hizo un gesto con la mano, saludando y salió de la casa.

— Bueno, supongo que llegó el momento. — Comencé a rascarme la nuca, supongo que de los nervios que me ocasionaba la situación.

— ¡No se preocupe! Volveré dentro de unas horas...

¿Volver? ¿Dónde?

— Claro...

No había un donde volver que fuera aquí.

Ella abrazó levemente a Helena por unos segundos y salimos afuera.

— ¡Ten suerte! — Sonreí antes de que ella subiera al auto.

— ¿Señor? — Helena me miraba de costado, mientras miraba como el auto se iba.

— Ella no volverá.

— ¿Otra vez con esa autoestima baja?

— No, no es eso, es simplemente obviedad.

— ¿No hará nada? — Comenzamos a caminar de regreso a la casa.

— ¿Cómo podría? Ella es mas feliz con esa gente, no podría meterme. También, yo creo que ella va a ser mas feliz allá que aquí. Aquí... No hay nada.

— Señor...

— ¡Bien! ¡Hay que volver al trabajo! — Caminé "alegremente" en dirección al estudio que mas me gustaba.

— Sobre eso, ¿no debería dejar el trabajo por hoy?

— ¿Es broma? Es ahora cuanto mas necesito trabajar.

Lo obvio era obvio, ella no volvería. Ni yo, ni ella, ninguno, nunca volvería aquí.

En Venta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora