Capítulo 38 - Tiempo

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[Narrador: Diana]

Me levanté temprano, mas de lo usual. Como me había levantado temprano, decidí ayudar a las empleadas de la casa pero cuando llegué a la cocina, ella no estaban, no había nadie. Di varias vueltas por toda la casa, tantas, que ya perdí la cuenta. Sólo quedaba un lugar donde ir, el cuarto de Júpiter pero él, seguramente, estaba durmiendo.

— ¿Sólo falta aquí? — Susurré a unos metros de su cuarto. Estaba claro que, probablemente, los empleados estarían haciendo algo mas importante.

— ¿Qué falta? — Me di la vuelta para mirar a quien me habló, era Júpiter. Parecía que llevaba tiempo levantado, vestido de traje y con el pelo mojado.

— ¿Eh? — Miré la puerta de su cuarto pensado que quizá estaba allí.

— ¿Qué ocurre?

— ¡Nada! Sólo que me levanté temprano para ayudar a los empleados pero ninguno de ellos esta, vine aquí para buscarlo y preguntarle si ellos volverían o donde estaban.

— ¿Es eso? Ellos están en su día de descanso, la única que esta en la casa, además de nosotros, es Helena.

— Oh, ya veo... — Nos miramos unos segundos hasta que él, se dio la vuelta mirando en dirección a las escaleras.

— ¿Quieres hablar de algo? — Lo miré de reojo, parecía que quería preguntar algo, parecía una excusa pero, para ser honesta, me gusta hablar con él.

— Me gustaría. — Sonreí y bajamos las escaleras.

Era extraño pasar por todas esas habitaciones sin escuchar ni una palabra, sin ver a nadie, era realmente extraño.

— Antes de empezar, me gustaría decir algo. — Me miró de costado cuando ya estábamos uno junto a el otro en el pasillo.

— ¿Sobre?

— Seguramente querrás hablarme sobre ti, que quieres saber cosas y otras cuestiones, lo que cualquiera quisiera saber si no recuerda su pasado. En resumen, no te preocupes por eso, ya llamé a alguien para que averigüe todo.

— ¿Todo?

— Con quien vivías y esas cosas, luego de eso, podrás volver con ellos, si es que recuerdas y si es eso lo que quieres.

— ¿Quiere que me vaya?

— No hagas preguntas tontas, lo correcto es lo correcto, no se trata de lo que yo quiero. Además, debe de haber personas buscándote, ¿no piensas en ellos?

— Claro que lo pienso pero, si me voy, quedará sólo aquí.

— Que exageración. Estuve mucho tiempo sólo, mas tiempo, no es nada. Te diría que hagas algunas cosas que quieras hacer mientras estés aquí, cálculo que el detective vendrá dentro de unos días.

— ¿Exageración...? Pero...

— Nada de esas cosas, cuando más rápido, mejor. — Me dio la espalda y comenzó a caminar.

***

Estaba claro que ese día, no había vuelto a ver a Júpiter.
Me encontraba en la cocina, acompañada de Helena, ella estaba muy concentrada haciendo la comida de esta noche.

— ¿Qué comeremos? — Ella levantó la vista levemente y sonrió.

— ¿Estuviste todo el tiempo aquí y no te diste cuenta de lo que estoy haciendo? — Rodeo los ojos.

— No estoy prestando atención.

— No pasa nada. Espaguetis, eso estoy haciendo.

— Oye, tengo una pregunta.

— Adelante.

— ¿Cree que Júpiter se sienta sólo o si antes se sentía de esa forma? — Me miró de reojo.

— No sabría decirle.

— Ya veo...

— Pero, debo de admitir que él no es una persona que se interese demasiado en las mujeres, comúnmente, debo de admitir que, nunca había traído a nadie o se había interesado en nadie. Por suerte usted apareció, creí que él había perdido completamente el interés en el amor.

— Ya... Veo.

No sabía muy bien desde el comienzo que hacer, si quedarme o irme de ese lugar pero, si recuerdo, aun que sea un poco, diría que lo correcto sería irme. Muy en lo profundo de mi corazón, tengo muchos deseos de quedarme en este lugar, tan cálido y tan hermoso.

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