Capítulo 4 - Las noticias vuelan

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[Narrador: Ann Brown]

¿Algo le pasó a Aaron?

— ¿Qué pasó? — Preguntó sin rodeos y detecta Donna. Me miró y me sonrió, quizá notó que estaba preocupada.

— No piensen mal, no es nada malo. — Se tomó una pausa y sonrió de oreja a oreja. — ¡El señor Aaron se va a casar! — Nos comunicó y Donna me miró con los ojos abiertos.

Se casará...

— Que felicidad por él. — Me dediqué a decir y a sonreír.

— ¡Tengo que decirle al resto! Es una gran noticia, él ya estaba en edad de casarse. — Sonrió y se fue corriendo, dejando la puerta cerrada.

— Ann.. — Susurró Donna y tocó mi hombro.

— ¡Bien! Donna, tengo que ir a arreglar mi cuarto, lo siento. — Le sonreí y salí de la habitación tan rápido que ella no pudo contestar.

Ya veo, se casará...

Me dirigí a mi cuarto cuando me encuentro con Joseph que estaba mirando la pared, por alguna razón.

— ¿Qué hace? — Me puse junto a él y miré la pared sin saber que estaba mirando.

— Miro el lugar donde pondremos el cuadro que compró el señor Aaron hace unas horas. — Me quedé mirándolo.

— Oh, ya veo.

— ¿Ocurrió algo? No parece tan animada como siempre. — Me miró y continuó. — Esta claro que ocurrió algo, ¿puedo saber qué? En lo que pueda ayudar, me encantaría poder hacerlo.

— No, nada en particular. ¿Quiere que lo ayude de esto? Puedo ayudarlo, si gusta. — Sonreí.

— Nada, que bien. La verdad es que, él quería que estuviera listo para mañana pero ya es muy tarde y quisiera irme a dormir. ¿Podría hacerlo? Por favor.

— ¡Esta clado que lo ayudaré, Joseph! — Dije animada.

Me dijo unas cosas, que las personas que traían el cuadro, llegarían en unas horas, que pusiera el cuadro rápido y que dejara todo listo para mañana.

¿Mañana? Nunca pensé que Aaron quisiera poner con tantos deseos un cuadro...

Luego de que llegara el cuadro, sólo quedaba ponerlo en la pared. No era muy grande, yo misma podría levantarlo. Era muy bonito, era una mujer mirando por la ventana, en la ventana se mostraba todo lo que había afuera, estaba lloviendo, parece.

Lluvia... Llovía.

— ¿Enamorada de la pintura? — Escuché una voz masculina venir de detrás de mí.

— Claro, es hermosa. — Me di la vuelta y me encontré con Aaron allí parado, mirando.

— Otras cosas también son hermosas el día de hoy. — Sonrió.

— Eso me recuerda... — Me tomé una pausa. — Felicidades.

¿Que debería de decir en esta situación? No, mantener la compostura es lo principal.

— ¿Felicidades? — Levantó una ceja y puso su mano en su barbilla.

— Si, me enteré de que se va a casar. Felicidades, señor Aaron. — Me miró unos segundos y sonrió.

— No es tan así. Es una situación malinterpretada. El día de mañana vendrá una mujer, mi padre quiere que me case con ella pero yo..

— Esta bien. Creo que es hora. — Levanté el cuadro y lo colgué rápidamente.

— Ann... — Susurró.

¿Era por esa mujer que él quería poner este cuadro tan rápido? Ella era la razón.

— ¡Adiós! — Me fui rápidamente a mi cuarto.

La verdad es que, ni tenía deseo alguno de verlo, al menos por este día.

En Venta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora