CAPÍTULO 9

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Cuando estaba lejos del pueblo,corrí rápido y me metí en el bosque.

No podía creer lo fácil que fue escaparme de esos asquerosos vikingos.

Me caí un par de veces pero jamás de detuve. Seguí adelante.

Esquive árboles, ramas. Me abrí paso entre las rocas.

Cuando el bosque finalmente acabó, me detuve en seco.

No puede ser.

No puedo creer la mala suerte que tengo.

Observe el extenso y amplio mar. Juro que no podía ser más amplio.

-¡bien Gisele!,¿Y ahora?- me pregunté a mi misma.

No esperaba encontrarme con el mar. ¡debe de haber alguna salida!.

-¡con que aquí estas!- dijo una voz masculina detrás de mi.

Me di media vuelta, asustada.

Mis ojos se encontraron con el rostro de él: el zarraspatrozo.

¿Como hizo para encontrarme?. ¡Y tan rápido!.

Se lo veía agitado y cansado, la ropa la tenía desalineada.

Estaba molesto.

Con movimientos calculados y lentos, se acercó a mi persona.

-no puedes ir a ningún lado,Gatita- soltó, remarcando sus últimas palabras.

Antes de que sus manos me atraparan una vez más, y me arrastrarán hasta esa horrible casa, lo esquive. Alejandome.

-lo único que hallarás es mar, y después del mar,más mar- informó,un poco enojado.

Yo mire para todos lados.Buscando ¿que? ¿una intervención divina?.Algo para escapar, no puede ser que no haya salida.

-ahora,ven conmigo- agregó, acercándose.

No quería volver.

Mire dos veces el mar y al zarrapastroso. Dos opciones pero ninguna me gustaba, no tenia escapatoria alguna.Estaba atrapada.

Decidí por una de las opciones que la vida me ofrecía.

Corrí hacia el mar.

-¡ven aquí!- gritó,Einar.

Me metí al mar y comencé a correr más de prisa. Sabía que era inútil pero no pensaba volver a ese pueblo lleno de salvajes.

Sentí unas manos, me sostuvieron de la cintura. Haciéndome retroceder.

-¡Sueltame!- dije,con los pies en el aire
-¡Sueltame zarrapastroso!- intenté soltar su agarré de mi.

Sus pasos, me alejaron del mar.

-¡quedate quieta!- pidió, una vez que llegamos a la costa.

Seguí luchando, y para mi mala suerte, ambos,caímos juntos al suelo. Él sobre mi.

Me moví para todos lados, hasta que sus manos me retuvieron. Al encontrarme con su horrible rostro, lo vi sonreír. Se estaba divirtiendo.

Me sujetó mejor de las muñecas sobre mi cabeza y apretó su cuerpo con el mio.

Su mirada recorrió mi rostro, hasta detenerse en mis labios.

-¡por el amor de dios!- susurró-¡No puedo resistir más!-agregó, confundiendome.

Y me beso.

Cubrió sus labios con los mios en un beso ardiente, introdujo la lengua en la dulce cavidad de mi boca, me comía los labios con ansias,como si fuesen un dulce que deseaba probar más y más. Hasta saciarse.

EINAR (*1 Vikingos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora