CAPÍTULO 11

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Cuándo llegamos a la casa,me empujó dentro de la misma. Cerró muy bien la puerta.

Me frote la muñeca con dolor.

Torpe.

Animal.

Se dirigió a su habitación, y se puso una camisa. Al salir, se sentó cerca de la mesa.

-cocina- me ordenó.

¿Qué?.

Lo miré con el ceño apretado, y me cruce de brazo sin moverme ni un centímetro.

-¡Qué mujer más testaruda!- soltó, molesto.

Se levantó de la mesa,dirigiéndose hacía mi persona, con pasos apresurados.

No le di la oportunidad de que me regañara. Antes de que llegará hasta dónde me encontraba, me aleje en dirección a la cocina.

Busqué algo para hacer de cenar, y encontré algunas cosas. No había mucho que digamos.

Empecé a cortar,picar, rebanar. Preparando lo primero que se me vino a la mente.

Cuando ya estaba la comida,volví y encontré a Einar sentado. Le serví la comida, como si fuese una sumisa esclava.

No había nada nuevo en mi vida, antes, también me tocaba prepararle la comida a mi cuñada e hija. Creo que mi vida no cambió. Estando allá o aquí, es igual. O peor.

-¿veneno?- preguntó, alzando la vista.

-quizas- no lo miré.

Oí cuando probó la comida. Al menos se que le gustó porque no me devolvió el plato, reprochandome.

-come- dijo, señalándome el asiento que se encontraba en frente.

Me senté de mala gana,y empecé a comer.

-zarrapastroso- solté, en voz lo suficientemente baja, para evitar que me escuchara.

Cosa que no sucedió.

-E-i-n-a-r- dijo, remarcando cada palabra.

Al menos sabe deletrear su nombre.

Terminamos de comer y fui a lavar los platos, escuché que los pasos de Einar se dirigían a la habitación,y de allí,no volvieron.

Cuando termine de lavar los platos, me frote las manos con una mueca de dolor. Estaba tan cansada.Ni la arpía de ashley me hacía trabajar tanto.

Me dirigí a la habitación. Por suerte, me encontré con el cuerpo del vikingo dormido y dándome la espalda.

Me acosté, tocando mis manos.

Me dolían demasiado.

-dame la mano- el sonido de su voz, me detuvieron.

Me di vuelta y lo encontré sentado, teniéndome su mano. Apreté mi ceño confundida.

¿qué dijo?.

-¡damela!- agregó, levantando un poco la voz.

Me senté y le di una mano, temblorosamente.

Einar,tomó mi mano, logrando que sintiera el calor de su mano sobre la mía.

En su rostro, se dibujó una mueca llena disgusto, al observar mis manos lastimadas.

-Esto, gatita, te pasa por no usar guantes como yo te lo dije- me regaño,como si fuese un pequeño niño.

Rescate mi mano de vuelta y lo mire furiosa. ¿Quién se piensa para regañarme?. Además, todo era su culpa. Sino me hubiese llevado a esa cosecha de maíz, nada de esto hubiera pasado.

EINAR (*1 Vikingos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora