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Como era de esperarse, mi curiosidad ganaba la mayoría de los casos. Me acerqué hasta el teléfono fijo y marqué los 7 dígitos del número de Dante. Al segundo timbrazo descolgó.

--¿Hola?--

--Hola idiota-

--Por fin llamas-

--¿Tienes tiempo como para responder varias preguntas por teléfono?- bastante que lo había llamado.

--La verdad no me apetece hablar por teléfono, estoy en una taberna-antro, si quieres verme, ya sabes donde encontrarme- y colgó, lo odié, si lo hiciera enfrente, le hubiera partido la cara.

Me cambié; un Jean negro, camisa blanca y mis deportivas del mismo color. Até mi cabello en una coleta alta y tomé mi móvil, subí a mi auto y conduje. Sabía que en esta parte de la ciudad había sólo una taberna así, y fui allí. Sin saber en el lío que me estaba metiendo.

Habían varios automóviles aparcados en toda la cuadra así que tuve que dejarlo lejos de la taberna. Entré, estaba atestado de gente, borrachos y gente bailando, caminé zigzaguendo por entre la gente y terminé enfrente de lo que parecía ser un Ring de pelea. Me alejé, buscando a Blakke.
Dante estaba sentado en una de las mesas, había una chica a su lado, la cuál cuando me vió, se acercó y lo abrazó en modo protector. Era una rubia que llevaba un corto vestido amarillo con unos tacos altos. La reconocí al instante. La muy perra.
Me acerqué hasta quedar enfrente de Dante, se paró y se alejó de Jessica. Me tomó del brazo y me llevó hasta la salida.

--Has venido- dijo indiferente.

--No, soy un fantasma que quiere golpearte hasta hacerte sangrar- respondí con sarcasmo.

--Pues hazlo de una vez- me sorprendió su respuesta, tanto que no pude decir nada.-- ya vez, eres una niña pequeña-

--Cállate-

--¿Comenzáras a entrevistarme o no?- estaba impaciente, seguro que me diría que tenía mejores cosas que hacer en este momento.

--¿Fumas?- tenía un horrible olor a cigarro, lo detestaba.

--Si- miró para otro lado como si no estuviera interesado en hablarme.

--¿Cuánto por día?- pregunté anotando en un papel que había sacado de bolsillo junto con un bolígrafo.

--No te importa- uhhh, las ganas que me dieron de meterme un cachetazo. Pero lo ignoré.

--¿Tienes padres, hermanos, algún familiar cercano?- siempre lo había visto sólo.

--Nada de eso, mis padres murieron cuando tenía 3 años y hermanos no tengo- sentí ganas de golpearme la cabeza contra la pared por haber sido tan estúpida.

--Lo siento- le respondí.- ¿Quién te acogió?-

--El padre de mi mejor amigo, me ha encontrado en la casa en donde nos padres y yo vivíamos, esa noche habían dejado a una niñera para que me cuidara. Apareció su esposo (el padre de mi mejor amigo) cuando se enteraron que nos padres habían muerto. Me llevaron a vivir con ellos hasta que murieron.- pude ver tristeza en sus ojos.

--¿Tu mejor amigo murió?- pregunté sin poder evitar la pregunta. Se limitó a mirarme y luego sonreír.

--No-

--Que horrible tu pasado- le contesté, me dieron escalofríos, luego sentí otra vez la sensación de estar siendo observada.

--Lo que no te destruye, te hace más fuerte- respondió con una sonrisa triste.

--¿Cuantos años tienes?- pregunté.

--18- respondió tranquilo, yo me sorprendí.

--¿Sabes conducir?-

A and ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora