A and A

15

--Hola ¿Cassey?- traté de que mi voz saliera normal y un poco preocupas por que no le habia podido atender antes, apostaría que ella estaba enfadada conmigo.

--Hola Amélia- respondió la llamada mi mejor amiga, les dije, estaba enfadadisima.

--Lo siento, tuve que ir al baño por un dolor estomacal muy fuerte y dejé mi móvil en mi habitación- al inventar esta mentira, escuché a Dante reir a carcajadas y lo golpee en la cabeza con el envase de shampoo. Rezé que Cassey no haya estado escuchando las inconfundibles risas del imbécil que tenía a mi lado pero no podía hacer nada más que callarlo

--Bueno, no importa- dijo con un tono de indiferencia, algo me decía que no ocultaba muy bien lo que trataba de no decir. Por otra parte, tal vez había una mínima esperanza de que no haya escuchado a Dante reir como  un loco.--¿Por cierto, con quién estás?-

--uhmn, un amigo vino a verme- respondí al cabo de unos segundos, esperé a que ella se tragara mi mentira, de hecho no sé por que le estaba mintiendo, si ella conocia a Dante. Bueno tal vez no le decía que estaba con él en estos momentos por que ella pensaria que tuve algo con él.

--Bueno, como digas. Estaré allí en media hora asi que prepara uno de tus ricos pasteles amiga- uffff seguro no se creyó lo de la mentira del amigo y venía hacia aquí para someterme a uno de sus largos interrogatorios.
 
   Colgué sin antes despedirme y luego le lanzé una mirada cargada de odio al tarado que estaba riéndose de mi.
Sacó la llave con la que cerró la puerta de su bolsillo y se limitó a abrir de una vez por todas, la puerta que nos mantenía juntos, y menos mal que la abrió, por que si llegaba  a estar 10 segundos más ahí adentro con él, no creo que le haya quedado tan perfecto el ojo izquierdo.

(..)

   Obligué a Dante a que se fuera de mi casa, no lo queria ver y menos iba a dejar que se quedara cuando iba a estar mi amiga conmigo. Ella empezaría con sus preguntas y era lo que menos quería en aquel momento de tanta confusión, necesitaba aclarar mi mente y recibir preguntas, sólo harían que me volviera loca.

  Luego de hacer el pastel, escuché un ruido en la parte de adelante de la casa, me indicaba que habia alguien en la puerta. Por supuesto que llegué corriendo y observé por la mirilla dejándome ver la cara de una chica pelirroja. Cassey.

--Hola Baby- me abrazó una vez que entró hacia la sala y puso música desde su móvil.

(..)

--¿Con quién volviste anoche?- se le ocurrió preguntar, yo me quedé en blanco tratando de pensar una respuesta lógica y no tan descabellada.

--Dante me trajo hasta aquí- Nó pude mentirle, no tampoco pensaba hacerlo, ella tenía derecho a saber con quien estaba aveces, ella sustituía a mi madre casi la mayor parte de las veces y no se merecía que le mintiera,
Con ella podía hablar de todo.

-- ¿Qué hicieron?- dijo ella con tono pervertido, ¿Como si hubiesenos hecho algo? Ah cierto, Se habia acostado a dormir conmigo en mi propia cama, conmigo en ella y encima sin camiseta. Ah y también que me cuidaba de alguien que trataba matarme la mayor parte del tiempo. No le iba a decir aquello.

--Dormir, él me dejó anoche en la puerta y se fue, dijo que tenía asuntos pendientes- mentí, no me gustaba pero lo tenía que hacer. No quería que me encerrara en el maniconmio.

--Uh, que agua fiestas, creo que tendré que buscarte un novio antes de que cumplas 17-  abrí los ojos ante ese comentario chistoso de mi amiga, estaba loca si pensaba conseguirme un novio para mi.

-- Sabes, falta mucho para mi cumpleaños- respondí quitándole importancia al asunto. Ella negó con la cabeza.

--Claro que no, faltan tres semanas- genial, no quería que me recordará mi cumpleaños y mucho menos que me consiguiera un novio.

 
   Hablamos de muchas tonterías que hacíamos de pequeñas hasta que ella sacó a relucir una nueva noticia que probablemente me interesaría.

--Esta noche hay fiesta, por eso vine a verte, además quería saber qué te pondrías- dijo ella con una sonrisa que mostraba sus perfecto dientes blancos.

--Sabes que tendrias que haberme avisado antes- protesté y me puse de pié para ir hacia mi armario y coger algo para ponerme en la noche.

--Lo sé Ames, pero bueno, se me ha olvidado- se encogió de hombros y vino hasta a mi, agarró una falda corta negra que estaba pulcramente doblada y se la llevó hasta la altura de su cabeza llamando mi atención.-- Oye, quiero que uses esto... y con esa remera que tienes en tus manos- señaló la remera que yo sostenía; no era nada del otro mundo, era solerita, dejamos mis hombros descubiertos y manga larga, un hermoso color gris claro.

--¿Tú qué te pones?- pregunté curiosa una vez que me puse la camiseta con la falda y estaba poniendome unas botas negras.

--Ya verás- sacó de su bolso un short de tiro algo color blanco y un top de encaje negro. Le dí unos tacones mios negros que hacian juego con su conjunto. Estaba maravillosa.

(..)

--¿A donde vamos?- pregunté mientras subia de copiloto en mi chevrolet, esta vez, manejaba Cassey ya que sabía donde quedaba el lugar y no pensaba decirmelo ni por que le amenazara con tirar su móvil por la ventanilla.

--Ya verás- fue la quinta vez que me respondió lo mismo. Quería saber a donde íbamos.

(..)

  Estacionó frente a lo que parecía ser una discoteca repleta de gente en la puerta que esperaba impaciente entrar. Cuando por fin llegó nuestro turno de pasar, fuimos a una taquilla a pagar las entradas. Un hombre con cara de pocos amigos, se encontraba del otro lado del puesto de taquillas y podía jugar que odiaba a los adolescentes por como me vió.
Con una mirada de asco, me alejé de ahí esperando a Cassey que estaba en la taquilla de al lado pagando su entrada.
   Las luces estroboscopicas iluminaban a momentos el gran salón donde ya varios adolescentes bailaban con esmero. Otros bailaban alocadamente, no me importó. Sujeté a Cassey de un brazo y nos adentramos a la pista de baile sintiendo todas las miradas de los chicos sobre nosotras como agujas clavandose en mi nuca.
 

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01:10 a.m

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