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Mi mejor amiga estaba en la puerta del restaurant esperándome.

--Hola Ames- me dio un abrazo que duró un momento y entramos. Un hombre que no parecía mayor de los 20 años, nos llevó a una mesa que estaba libre, íbamos a comer afuera, donde están las demás mesas. La noche era linda y no hacía frío, por lo que me saqué la campera y la colgué en el respaldo de la silla.

--¿Qué sucedió después de que la profesora te mandara a ver al director?- pregunté como persona curiosa que soy y no puedo aguantarme nada sin saber la respuesta.

--El director me dió un castigo, sólo por esta tarde; tuve que limpiar algunas partes del Instituto, lo más interesante que me pasó en toda mi vida- dijo con sarcasmo.- ¿Tú que hiciste?

--Fui a una plaza, necesitaba pensar, luego volví a casa a eso de las 7 p.m- contesté indiferente. A unos metros de distancia, vi a un hombre que parecía ser el gerente de aquél lugar, no estaba solo; le daba órdenes a un chico alto y músculoso. Tenía la espalda ancha y por la posición de los hombros, se notaba que estaba tenso; tal vez había hecho algo mal y su supervisor lo vio, quien sabe. El chico se dió vuelta y venía hacia nosotras con dos menús en las manos, tenía una gorra en la cabeza que le tapaba casi toda la cara y por la falta de iluminación en la parte de afuera del restaurant, se veía muy poco. Llevaba una camisa negra arremangada con el logo del lugar y unos tejanos del mismo color. No se por que pero se veía atractivo, desvíe la mirada y seguí hablando con Cassey.

--Que aburrido- protestó ella cuando dije que había salido sola. El chico ya estaba a dos pasos de nuestra mesa.

--Ahhh y cuando llegué a mi casa, tuve que entrar por la ventana de mi cuarto, lo más extraño es que encontré un oso de pelpha en mi cama, atrás tenía una nota que decía; "Espero que te guste linda, no te diré quien soy por que tienes que descubrirme" o algo así decía, no me gustan los osos de pelpha y me resulta extraño- conté rápidamente mientras veía que de reojo que el chico estaba al lado nuestro esperando para poder hablar y tomarnos la orden.

--Bienvenidas a Chick-fill-A, les dejo sus menús señoritas- su voz me parecía un poco familiar-- ¿Desean tomar algo?-

-- Una Coca Cola por favor- dijo Cassey mirando su menú, yo no lo había cogido aún.

--¿No era que ya no ibas a tomar Coca Cola por que te daba diarrea?- susurré aguantando las carcajadas, el chico me miró.

--¿Que?, disculpa, mi mejor amiga carece de filtros- se dirigió al chico y luego habló dirigiéndose a mi-- Lo tenías que decirlo frente a tanta gente Ames-

--Lo susurré, no tengo la culpa de que el chico tenga buenos oídos- contesté mientras agarraba mi menú y lo abría, pude escuchar una risita del muchacho-- ¿Qué me recomienda?- le dije al mesero.

--Lo que más me gusta de aquí, son las patatas fritas con salsa de cuatro quesos, son muy buenas- dijo señalando en el papel.

--Vale, lo voy a pedir, si no me gusta tendré que matarte- traté de parecer amenazante pero luego me reí y el mesero sonrió.

--Mi amiga sabe Artes marcianas- dijo Cassey mirando al muchacho.- Nó artes marciales, está loca, una vez que la conoces, será lo mejor que podrás haber hecho en toda tu vida.-

--¿Agua entonces?- preguntó el chico volviéndose hacia mi.

--por supuesto-

--¿Sabes? Estoy buscando un novio para mi amiga, para que no se preocupe tanto por los estudios y que le enseñe a vivir- dijo ella mirando al chico y le guiño un ojo.
Luego de que el chico nos trajera la comida, Cassey había pedido una hamburguesa. Las patatas estaban increíblemente deliciosas, las mejores que había probado hasta ahora, vendría más seguido aquí para comerlas.

-- A que no sabes que- dijo mi amiga tragando una porcioncita de su hamburguesa.-- cuando estaba en el castigo, limpiando, entré a dirección una vez que el director se había ido, busqué entre algunos cajones, los archivos de nuestros compañeros de clase de Literatura, encontré un archivo de Dante, su apellido es Blakke, se ha cambiado de instituto este año y se ha pasado al que vamos nosotras recientemente-

--Blakke parece nombre de mujer- No único que se me ocurrió decir, Dante nos había dicho que iba al intituto con nosotras desde siempre, tal vez por eso no lo había visto antes, me había mentido.

--es raro creo yo- dijo una vez que terminó su comida y tomaba un sueño de su Coca-Cola. Yo sentí un pequeño dolor de estómago.

--¿Me esperas un segundo?, debo ir al baño- me levanté de mi asiento sin esperar una respuesta por parte de Cassey  y fui zigzagueando por entre las mesas hasta que vi la puerta del baño de damas a unos cuantos pasos.
Una persona se me atravesó en el camino con un par de bandejas que llevaba vacías en sus brazos, nos chocamos bruscamente y las bandejas cayeron al piso haciendo un sonido entruendoso. Me agaché rápidamente a juntar lo que habia tirado y el muchacho se agachó a mi lado y empezó a juntar las bandejas, era el mismo chico que nos había atendido. La gorra le tapaba un poco la cara.

--Lo siento- le dije, le saqué la gorra para ver bien sus facciones y verlo a los ojos.-- oh mierda-

--Si, trabajo aquí- respondió juntando todas las bandejas y dejándolas arriba de una barra.-- No soy un mantenido.

--¿por que te encondias?- lo interrogué enojada.

--por que te enojaste y no tenía ni idea de que vendrías aquí, sólo no quería que me golpéaras frente a tanta gente- sonrió y lo imité, sabía que lo quería golpear.-- Oye, acompañame un segundo- me arrastró hasta la parte de atrás del restaurante, pasamos por una puerta y salimos a un pequeño callejón.

--¿por que aquí?- No me gustaban los callejones, me sentía más observada que nunca y no dudé en decirlo.-- me siento vigilada-

--voy a llegar hasta el punto, mañana nos vemos en tu casa, para hacer el trabajo- así que por eso me había sacado afuera, idiota.

--Hola ¿si?, no me preguntaste si yo quería que fueras a mi casa, si yo aceptaba verte, que educado de tu parte Dante- dije con sarcasmo mientras me daba la vuelta para entrar,  No me gustaba estar en la oscuridad y con una persona que apenas conocía.

-- espera, no te vayas, ¿ te han gustado las patatas?- preguntó  y yo le asentí brevemente.-- me alegro, nos vemos mañana Castañita-

--Ya te he dicho que odio que me llames asi, te empezaré a decir Blakke- solté enojada. Dante abrió más los ojos, dejando ver sus lindis ojos verdes.

-- yo no te he dicho mi apellido- respondió, su boca era una fina línea recta, no parecía enojado pero tampoco contento.

--Blakke, así te diré a partir de ahora- murmuré sería mientras veía que él parecía enojarse más.

--No me llames así nunca más- respondió con voz firme y enojada, se notaba que no le agradaba que le dijera su apellido- Sólo no me llames por mi apellido nunca más-

--¿Por que?- pregunté curiosa, tenía que descubrir quien era.

--No creo que sea de tu interes- replicó con enojo, no pude evitar ponerme cara a cara.-- Debo volver al trabajo.- me empujó a un lado sin tanta delicadeza y me dejó sola en aquél lugar.

--Idiota- le dije.

   Salí corriendo hacia la calle y volví hacia donde estaba Cassey, la mesa que habíamos estado ocupando momentos antes, estaba vacía. Mi chevrolet no estaba y mi campera de cuero tampoco.
  No iba a pedirle que me llevara Dante a mi casa así que decidí empezar a caminar.

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23:19 p.m

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A and ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora