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  Grité asustada, estaba entredormida cuando escucho el escalofrianre ruido que hace la puerta cuando se abre, me  horrorizé y unas manos me abrazaron, había olvidado que mi padre iba a estar, lo que quiere decir que ya es de mañana. Lo abracé, me hizo sentarme al borde de mi cama y me soltó poco a poco, me miró con preocupación.

--¿Qué pasó?- fue lo que preguntó. Dudé en contarle lo del sueño, parecía haber sido real.

--Tuve una pesadilla- susurré, tuvo que acercar la oreja un poco para poder escuchar bien.

-Tiene que haber sido muy fea, tú no eres de gritar- si tan sólo él supiera lo que me estaba pasando, cuando sentía que me acordaban.. las veces que me sentí vigilada, cuando me caí a la piscina en la fiesta... No  recuerdo muy bien quién me había agarrado bajo el agua, por que si, había sentido unas grandes manos que me arrastraban hasta el fondo.

--Lo era-

--bueno, tú estás bien, lo que quería darte...- mete su mano en su bolsillo del suéter y luego la saca.- Feliz cumpleaños mi bebé-
  Me quedé totalmente atónita, ¿Hoy era nó cumpleaños? Se me ha pasado tan rápido los días que no me so cuenta, bueno "Feliz cumpleaños para mi" de todos modos.

--17, ya mi hermosa bebé- Lo abracé, luego de unos minutos me soltó para darme un regalo. Rompí el papel que lo envolvía poco a poco, dejando ver un pequeño estuche color azul, lo abrí lentamente, mi padre me miraba atento con una linda y cálida sonrisa.
  Lo abrí, podía ver que adentro contenía una hermosa cadena dorada con tres corazones, el del medio era la grande. Hermoso muy hermoso.
--Los corazones son Rubíes, ¿Te gusta hija?- no hizo falta responder, lo abracé aún más fuerte.

--me encanta papá, muchas gracias.- estaba agradecida, hasta habia olvidado mi cumpleaños.

--de nada hija, tú sabes bien, hasta yo sé que tu madre estaría orgullosa- me miró triste y no pude evitar mirar hacia otro lado, no quería recordar que me faltaba mi madre, era lo que más me dolía.-Bueno pues arriba, tienes que ir al Instituto.-

--No quiero ir hoy- me quejé, era mi cumpleaños y nó me apetecía ir al Instituto.

--Pues irás-

   Después de la ducha rápida que me dí, me vestí, unos tejanos negros ajustados con un suéter blanco que su textura era demasiado suave. Mis comvers blancas y mi cabello aún mojado suelto. Bajé, pude oler como cocinaban unos ricos pancakes, el hambre me llamaba.
   Mi padre cocinaba, me senté en una silla y observé lo detenidamente que hacía, llegó hasta a mi con una bandeja en sus manos, en ella había una taza de café con espuma en forma de corazón hecho con esmero y dos ricos pancakes con crema de maní. Exquisito.
Luego de comer, corrí hasta el baño de nó cuarto a cepillarme los dientes nuevamente y cogí las llaves de la casa y el Chevrolet. De refilón pude ver una nota situada en mi mesilla de luz, me acerqué cautelosa mientras pensaba como había llegado eso allí. Abrí la nota, mi nombre aparecía escrito con letra manuscrita, refinada.

   Querida Amélia:
No acostumbro a escribir cartas, suelo mandarte textos o llamarte, de hecho aparezco en tu casa, bueno no viene al caso. Quería decirte que me gustaría que nos encontráramos en el parque más cercano de tu casa, al que vas siempre que te sientes mal, quiero decirte unas cosas frente a frente. Feliz cumpleaños enana♡.

>Dante Blakke<

Sonreí rápidamente y volví a dejar la nota en donde estaba, bajé por las escaleras y saludé a mi padre, estaba retrasada. Subí a mi automóvil y partí rumbo a mi destino.

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⏰ Última actualización: May 02, 2018 ⏰

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