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Estaba caminando apresuradamente cuando pasa un automóvil, un Charger negro. Seguí caminado y dí la vuelta, doblando a la derecha sólo para confirmar si me seguía o no.
El Charger dobló hacia la derecha y pisó el acelerador cuando yo estaba apunto de cruzar la otra cuadra. Asustada me quedé quieta cuando tendría que haber corrido, estaba en shock.

El que manejaba el coche, clavó los frenos y se bajó rápidamente, vino hasta a mi y me cogió de los brazos, grité y patalee, en vano, me arrastró hacia el auto y me puso el cinturón. Agitó sus dos manos para que pueda verlas y que le prestara atención.

--Amelia, Amelia- dijo una voz masculína- Ames soy yo-.

--Papá- dije abrazandolo, estaba asustada, pensé que iban a secuestrarme.

Habíamos entrado a clase de Matemáticas, luego a Historia, y por último ahora nos tocaba Gimnasia.
Salí del baño cambiada ya con mi ropa de deporte como todas las demás chicas. Salí al gimnasio y ya estaba el profesor.

--Ames, podemos escapar, todavía no nos ha visto- dijo Cassey agarrandome del brazo y haciendo el intento de arrastrarme.

--No, tenemos que entrar, bastante que la clase pasada nos escapamos- fui corriendo hacia las gradas donde el profesor pasaba lista. Éramos todas mujeres.

Tocó silbato y nos hizo correr 5 vueltas alrrededor del gimnasio. Cassey se mantuvo a mi lado, podíamos ver que estaba el equipo de basquetball practicando para su siguiente partido.
El profesor volvió a tocar el silbato y nos gritó.

--Hoy, queridas alumnas mías, está mi equipo de basquetball aquí, por que les enseñarán a jugar, así que harán equipo de dos con uno de mis chicos-

Zack Tellhore y sus compañeros, se acercaron hacia nosotras y el profesor empezó a hacer los equipos.

--Josh, con Zara- nuestra compañera se acercó a Josh cuando éste levantó la mano al escuchar su nombre.-- Mike con Caroline.-pasaron más nombres pero no presté la más mínima atención por que tenia las agujetas de mis deportivas desatadas, las volví a atar.- Steve con Lucy, Lucas con Steffany, Tom y Angélica, Zack con Cassey y por último Natan con Amelia.

Un chico se acercó hasta unos metros de mi cuando el profesor me señaló.
Tenía el pelo rubio, un rubio cobrizo que necesitaba un corte de pelo, como si no se lo hubiera cortado en dos meses. Era alto, incluso un poquito más que Dante.

--Hola, soy Natan- dijo el chico estrechando su mano con la mia-- Natan Hard-

--Amelia Whytte- me separé.

--Que empiece la clase, no tardemos más tiempo- dijo el profesor.

No había entendido absolutamente nada en lo que Natan me había estado tratando de enseñar. Cuando por fin termina la clase, me dirigí a cambiarme e ir a casa.
Cassey y yo caminamos hasta el auto y nos subimos.

--Si que Zack sabe jugar ¿lo has visto?- dijo ella emocionada mientras se ponía el cinturón. Había visto hace un rato a Zack enseñar a Cassey un par de veces a tratar de meter el balón en el aro grande.

--Lo he visto - no me sorprendía que por esa razón, Zack fuera el sueño de toda chica.

--¿Qué tal Natan?- masculló mi mejor amiga con cara de.. "¿le viste su trasero?", yo sólo me limité a reír.

--Me cae bien- lo único que se me ocurrió decir, luego añadí- y no sabe explicar nada de básquet, no entendí nada.-

--jajajajaja no lo creo- dijo riéndose. Yo sólo me limité a encender el auto.

--oye, ayer Dante me dijo que vendría a casa a la tarde- recordé una vez que salíamos del estacionamiento.

--Grrr- soltó ella guiñandome un ojo. Yo sólo articulé con mi boca un "¿Estás loca?"- ah vamos!, no me digas que no quieres besarlo-

-No necesito sus besos - susurré.

Después de dejar a Cassey en su casa, fui a la biblioteca en busca de información para mis trabajos de Historia y Biología.
Luego de hacer un resumen de lo más importante sobre Napoleón Bonaparte y terminar el largo trabajo de biología, fui a donde se encontraba el bibliotecario y pedí prestado un libro que contenía información sobre la antigua Grecia.
Estaba apunto de salir cuando veo la espalda ancha de alguien familiar. Lo miré con ojos entrecerrados mientras me acercaba. Se dió vuelta y me cogió el brazo. Comenzó a pincharme con lo que parecía ser un bolígrafo. 7 dígitos había escrito, bastante grandes. Tenía ganas de golpearlo por no darme un papel en vez de escribirme el brazo. ¿Además que hacía allí? ¿No me había dicho que vendría a mi casa?.

-- Dante, ¿no podrías haberme escrito tu número en un papel y entregarmelo?- lo miré con el ceño fruncido.

--Así te queda más lindo- fue lo único que respondió. ¿Quien se creía que era?

--¿Vas a ir a mi casa o no?- mi paciencia estaba al borde del acantilado.

--nop- respondió tranquilo y yo estaba que echaba humo por las orejas. Adiós paciencia.

--Adiós- respondí y volví a mi intento de irme a casa. Mejor para mi si no iba, podría estar tranquila horneado un rico pastel de chocolate mientras veía una de las peliculas viejas que tanto me gustaban.
Se volteó y cerró la puerta, interponiendose en mi camino.

--Ahí tienes mi número, no iré a tu casa por que tengo algunos asuntos pendientes que no tardaré en resolver, pero llámame Castañita, en serio llámame- guiño un ojo y me abrió la puerta.

--Tranquilo Blakke, no te ilusiones tan pronto, no te llamaré, no estoy desesperada por conocerte- contesté pasando a su lado y una vez afuera, le tiré un beso, dejando ver mi felicidad por.. Amelia 3, Dante 0.

Subí a mi hermoso y bello Chevrolet. Hoy a la mañana lo habia encontrado en la puerta de mi casa, como si yo lo hubiera usado, pero en realidad no era así, anoche mi padre me había traído en su nuevo Charger negro. No tenía idea del por que ni quien se había llevado el auto. Hoy había hablado con Cassey sobre como me había dejado sola cuando estábamos en el restaurante, me habia dicho que se sentía mal y quería volver a su casa lo antes posible.

Llegué a casa y me dispuse a darme un bonito y relajante baño, antes de hacer el pastel que tenía planeado hacer desde que entré a la biblioteca.
Luego de una hora después. Me metí a la bañera y cerré los ojos, dejando que el agua caliente y la espuma me tranquilizaran. Mis pensamientos interrumpieron; Dante había dicho que tenía asuntos pendientes que tenía que resolver y por eso no podría venir aquí. Repasé lo que me había dicho una y otra vez. ¿A qué se refería? ¿Acaso traficaba armas o droga? ¿O tal vez ambos?. No pude más con mis propios pensamientos y decidí salir y vestirme.
Algo tenía que descubrir, no podría mantener tanto tiempo mi orgullo.

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22:15 p.m

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A and ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora