La Leyenda de Legaia

Capítulo XV: La Plaza del Guerrero.

Con el semillero y la esperanza de la gente de Tol en sus manos, los guerreros Ra-Seru debían descifrar el acertijo. Vagaron por las distintas plantas recopilando información. Y hasta el momento parecían convencidos de que cierto mecanismo oculto en la torre les liberaría el camino hasta La Plaza del Guerrero.
Hasta el momento la investigación arrojó lo siguiente. Pisos más abajo una estatua de un perro gigante les impedía el paso. Claramente se trataba de una defensa para evitar que se llegue a la plaza en el último piso. El problema era correr esa estatua para poder pasar, la única pista, un cuarto de control que aparentemente estaba fuera de funcionamiento. El acertijo estaba bien difícil, los datos más certeros los brindaron los ancianos del refugio del piso siete. Muchos conocían a Gaza, un hombre perturbado por la venganza hacia la Neblina que todo le había quitado, hijos y nietos. Siendo esta su única razón de vida, matar Seru hasta el final de sus días.
Había quienes conocían el funcionamiento del sistema de defensa creado por un científico llamado Usha. Se decía que existían en los pisos inferiores, baúles de resguardo, era un sistema semi Seru con lo cual, para accionar su funcionamiento, era necesario alimentarlos con panes Seru. Gala desconfiaba, dado que quién les dijo que eran necesarios dichos panes, fue el panadero que los vendía.
En fin, con arriesgar no perdían nada. Además, estaba claro que, si no descubrían cómo abrirse paso, la situación de la gente de Tol no cambiaría. Entonces lo intentaron, cuando colocaron el pan en el primer cofre, este se cerró, produciendo una intensa luz y mantuvo una vibración, como si se tratara de un motor en funcionamiento. Luego sucedió lo mismo, con el segundo y el tercero, así hasta finalmente llegar al octavo y último.
El suelo tembló y lo que era la estatua guardiana, se movió junto al funcionamiento de aquel mecanismo, terminando embutido en la pared. Al pasar por el cuarto de control, vieron una actividad inusual en su interior. Los tableros todos iluminados y una especie de tuberías vibrando al unísono de una máquina que intentaba reproducir una imagen que traía un mensaje. La figura de un hombre se veía tenue y un audio se reproducía...

—Han resuelto el acertijo, esto tiene que ser bueno.— dijo la imagen, los jóvenes entusiastas se miraban con incertidumbre. —No se alarmen, este es un mensaje grabado. Me tomé la molestia de grabarlo, por si alguna vez, alguien intentara llegar a la Plaza del Guerrero. Mi nombre es Dr. Usha, fui quién construyó este sistema de defensa y afortunadamente pude escapar de la Neblina. Más adelante encontrarán otro sistema que defiende la Plaza del Guerrero, sigan y salven a Tol, ojalá podamos vernos pronto.— el holograma desapareció.

Continuaron descendiendo hasta llegar a la última planta. Pasando por almacenes y bibliotecas que contenían libros antiguos de la historia de Tol. La curiosidad los invadía, pero detenerse a llevar una lectura, significaba aumentar la agonía de la ciudad ascendente. Al llegar a la última recámara una enorme placa de mármol, detallaba un suceso ocurrido en el pasado. Aparentemente el Emperador Etora I había retirado el Árbol Génesis de la Plaza del Guerrero, obedeciendo a la profecía de Hari. En ese momento, entendieron que el ser omnipresente se adelantó a los hechos nuevamente y esperaba a que ellos hicieran su trabajo como hasta el ahora.

Un mecanismo algo complejo aseguraba la plaza. Cada palanca cumplía una función y no se podría llegar a ellas sin seguir un patrón inteligente. El Dr. Usha se aseguró que ningún Seru desactivara la defensa por error. Después de unos minutos de densa triangulación, la Plaza del Guerrero quedó liberada...

—Esta es la Plaza del Guerrero, es aquí donde tenemos que plantar el semillero del Árbol Génesis.— dijo Noa con entusiasmo bajando las escaleras hasta el suelo fértil de la plaza.

—¡No tan rápido trío de zánganos!— Songi hacía nuevamente una de sus entradas, pero esta vez acompañado de un Gaza sumiso.

—Sabía que algo te traías entre manos ¡Qué quieres Songi!— Gala no soportaba la provocación por parte de su ex compañero.