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Lauren

Viernes por la noche. 

Faltaba una hora exactamente para que Camila viniera a recogerme para ir a cenar y mis nervios estaban a flor de piel. Podían pasar días, meses o años y ella seguía colocándome en esa situación de nervios como una colegiala a la que le darán su primer beso ¿pueden creerlo? Por mucho tiempo que pasara ella siempre causaría miles de sensaciones en mí como la primera vez. Camila es la única que ha logrado traspasar las grandes barreras de concreto que construí para que mi corazón nunca fuera dañado ella tiene todo de mí. La Lauren seria e imponente que muestro frente a los demás se desborona cuando estoy con ella, me cambio la vida en tan solo un segundo. Mi corazón le pertenece solo a ella y sé que lo va a saber valorar.

Termine de maquillarme. Y Decirles que lucía realmente genial era quedarme corta y no era por presumir pero estaba hermosa. Decidí ponerme un vestido de salir ceñido al cuerpo color negro a juego con unos tacones del mismo color, mi cabello suelto caía sobre mi espalda dejando ver unos perfectos rizos al final de este. Tome una cartera de mano del mismo color y mi celular ¡Estaba más que lista! Bajaría hasta la sala a esperar a Camila quien ya debería de estar en camino. Antes de salir de la habitación me eche un vistazo en el gran espejo en forma rectangular que estaba frente a mí y si, estaba más que perfecta.

Baje hasta la sala y camine hasta el mini bar que se encontraba junto a la cocina, tome un vaso vertiendo un poco de wisky en el, era poco inusual en mi tomar alcohol pero debido a la circunstancia el momento ameritaba un buen trago. Lleve el vaso a mis labios y los moje con el líquido sintiendo como el caliente del alcohol descendía por mi garganta y hacia calmar mis nervios. Eche un vistazo a mi celular y note que no faltaba mucho para que la morena llegara así que chequee mi outfit de nuevo, lucia realmente bien.

Luego de acabarme el segundo vaso de wisky mis nervios en vez de disminuir solo aumentaban debido al hecho de que Camila no aparecía por ningún lado, ya estaba comenzando a preocuparme. ¿Vendrá? dudas comenzaron a rondar por mi cabeza, y eso hacía que mis nervios aumentaran al máximo. No podría dejarme plantada, era nuestra noche. Sacudí varias veces mi cabeza alejando los malos pensamientos. Pero mis nervios fueron calmados cuando escuche el sonido del timbre ¡Era ella! Deje el vaso sobre la pequeña mesita que estaba frente al sofá y corrí hasta la puerta abriéndola de golpe, y ahí estaba. Tan hermosa como me lo había imaginado con ese vestido azul tan ceñido al cuerpo haciendo resaltar sus curvas y sus perfectas piernas, llevaba unos tacones negros que la hacían quedar perfecta a mi altura. ¡Era perfecta! ¿Cómo no amarla? Esta latina me encantaba.

-Wow wow -apenas pude hablar

-¿Puedo pasar?

-Cla... claro bebe pasa. -me hice a un lado para que la morena pasara. Me permití ver descaradamente su voluptuoso trasero, el vestido lo hacía resaltar demasiado y era difícil no mirarlo.

-Jauregui podrías por favor dejar de mirarme de esa manera tan descarada? -dijo mientras se sentaba en el sofá y tomaba del wisky que quedaba en el vaso que estaba bebiendo anteriormente

Sonreí con picardía y me acerque a ella, sentándome a su lado. -Eso es imposible Camz, estas muy hermosa como para dejar de mirarte.

Ella me devolvió la sonrisa de la misma manera y les juro que este sería mi fin literalmente. -Lo se bebe, la ocasión lo ameritaba debía lucir igual de radiante que tú.

-¿Eso crees?

-Claro. -dijo mirándome fijamente. -Eres la más hermosa de esta noche, ven aquí. -me tomo de las manos haciendo que me sentara en su regazo. Tomo con cuidado mi rostro haciendo leves caricias en él y se acercó para besarme. Era un beso lento, sin prisas pero cargado de mucha pasión. No podía explicar la manera en la que mil mariposas dentro de mi estómago revoloteaban de pura felicidad con solo un beso, se sentía increíblemente bien. La lengua de Camila pedía permiso para entrar en mi boca y se lo di, en ese mismo instante al sentir su calidez, y ambas dejamos escapar un leve gemido. Sus manos llegaron hasta los muslos de mi pierna subiendo un poco mi vestido. Esto debía de parar o llegaríamos tarde para cenar. Además no había prisa le tenía una sorpresa luego. Con pena fui quitando sus manos del lugar donde las tenía. -Camz. -susurre en tono apenas audible. -Camz detente llegaremos tarde. -Mhmm. -Escuche un gruñido de su parte y paro. Me miro haciendo pucheros

Una Historia Diferente (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora