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Camila

No podía explicar todo el dolor que estaba sintiendo justo ahora, como era posible que de un segundo a otro mi vida se había hecho añicos arrebatándome a lo que más quiero. ¿Cómo había podido ser capaz de engañarla de esa manera tan espantosa y no hablarle con la verdad? Sabía que algo así podría ocurrir y sin embargo no fui capaz de hablar con la verdad y la he perdido, Lauren no quiere ni verme. Siento un dolor tan profundo en el pecho, todo había sido mi culpa, y no solo la había engañado a ella también a Dianna quien probablemente también me deje, me lo merezco por haber sido tan miserable con las dos.

Mi rostro estaba empañado al igual que mi cuerpo por la lluvia, aun no paraba y mis lágrimas se mezclaban con la lluvia, el cielo permanecía oscuro debido a las nubes grises y a la fuerte tormenta que estaba cayendo. Tome uno de los autobuses que iba directo a las afueras de la ciudad justo a donde vivía, el conductor en cuanto me vio puso mala cara por el hecho de estar toda mojada, no lo culpo, me permitió subir al autobús pero debía ir todo el camino de pie, acepte, a estas alturas eso era lo que menos me importaba. Mi corazón estaba hecho pedazos. Perder a Lauren era lo peor que me podía haber pasado.

Tiempo después, estaba de vuelta a casa. Mi madre al verme en ese estado corrió hacia mí con una toalla en las manos colocándola sobre mi cuerpo, mi madre siempre ha sido una mujer muy dulce, ella siempre ha cuidado de mí y de mi hermana Sofía desde que mi padre murió, ella es uno de los pilares fundamentales en mi vida, no sé qué haría sin ella.

-¡Hija! ¿Porque vienes en ese estado? Te vas a enfermar Camila

-Ya eso es lo que menos me importa mama

-Que te hicieron por dios, luces tan triste -dijo en tono preocupado

-Nada mama, no quiero hablar del tema! Solo quiero estar sola

-Me temo que eso no va a poder ser posible Camila Cabello. -dijo una voz que conocía perfectamente. Entrando a la sala de estar, Era Dianna, trague en seco al instante

-Me cambio y estoy contigo

-Date prisa. -hablo de nuevo de manera seria

Por suerte mi madre se había ido a la cocina, para cuando termine de cambiarme me di cuenta de que la chica estaba en mi habitación. Sin darme tiempo de hablar me dio un par de bofetadas, las merecía si, de eso no había duda.

-Eres una zorra. -escupió con rabia

-Puedo explicarlo todo

-No es algo que me importe tanto, ya que a partir de estos momentos no tenemos nada Camila, se acabó lo poco que teníamos ¿Y quieres que te diga algo? Realmente no me sorprende lo que me hiciste, sabía que en algún momento me ibas a salir con una de las tuyas, por eso no confié plenamente en ti, y como siempre tuve la razón.

-Yo no planee enamorarme de ella y ponerte los cuernos, simplemente paso

-Entonces ¿te enamoraste? -dijo en tono serio. -Eso mismo me dijiste a mí hace un par de meses, -Hablo caminando por la habitación un par de veces. Recuerdo que armaste todo un show para que no se terminara nuestra relación, incluso me dijiste te amo con lágrimas y todo, para ese instante llegue a pensar que era cierto, y realmente eran puras mentiras porque una perra como tú, que juega con las personas no es capaz de amar ni a su madre

-Basta, se exactamente lo que te dije y si quieres que te sea sincera, te quiero ¿bien? -dije con voz entrecortada. Pero lastimosamente tú te encargaste de que lo que sentía por ti se fuese desvaneciendo poco a poco, gracias a tu actitud fría y distante; es que era como si estuviese con un tempano de hielo en vez de una chica. Dije de manera sincera, ella no se esperaba que reaccionara así.

-No me vengas con lágrimas Cabello que ese cuento ya no me lo creo, guarda tus dotes de actriz para la perra con la que me engañaste.

-Tu provocaste que te engañara -dije con el mismo tono de voz que ella estaba utilizando

-¿Yo? -dijo de manera sarcástica. ¿Acaso yo te pedí que te acostaras con ella? ¿Qué me engañaras con cuanta mujer se te pasaba por el frente?

-Con tu actitud y tu trato frio y distante hiciste que todo lo que sentía por ti se fuera apagando poco a poco y eso lo sabes perfectamente Dianna, porque esto no está pasando desde hace ni uno ni dos meses atrás que mi actitud esta así contigo, esto ya tiene tiempo y aun así no hiciste nada. Así que gran parte de esto es tu culpa.

-DEBISTE DECIRME DESDE UN PRINCIPIO, DEBISTE HABLARLO, DECIR QUE TE GUSTABA ALGUIEN MÁS, Y NO LO HICISTE PORQUE NO SE TE DIO LA PUTA GANA CAMILA -grito. -te pregunte muchas veces pero como siempre te quedaste callada

-¿Qué sentido tenia decirlo? Igual te ibas a dar cuenta en algún momento

Me dio otra bofetada y esta vez sí que me enoje

-¡BASTA! DEJA DE GOLPEARME. -ahora fui yo quien grite

-TE LO MERECES CAMILA, te mereces eso y mucho más por sínica, perra, miserable. No quiero saber nada más de ti. -dijo llevando los dedos a su cien. Me largo de aquí -camino hasta la puerta tomando el pomo y abriéndola -Se acabó Camila, adiós.

Ahora sí puedo decirles que me sentía terriblemente mal, había ocurrido lo que más me había temido, me había quedado sola y con un terrible dolor en el pecho que oprimía mi corazón, me sentía vacía, sola. Camine hasta la cama y me senté en ella con lágrimas empezando a correr por mis mejillas, merecía todo lo que me estaba pasando por haber sido tan miserable, de engañar a esas dos chicas que no lo merecían. Nunca llegue a pensar que esto doliera tanto, destruí el amor que Lauren sentía por mí, la lastime ella no lo merecía. Tampoco Dianna porque era una buena chica a pesar de todo, a la que también engañe, me merecía todo lo que estaba pasando. Este era el precio que tenía que pagar por haber sido infiel.

Una Historia Diferente (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora