Una Historia Diferente (camren)

Ultimo -43-

Escuchar "La última vez" de Gustavo Elis

Noches como esta difícilmente pueden olvidarse, se me hacía tan difícil sacar estos momentos de mi cabeza pues han sido los más maravillosos de mi vida. Aquí estaba donde comenzó esta historia hace un año atrás, en la gran habitación de Lauren, frente a ella comiendo todo tipo de golosinas, riéndonos de cualquier babosada y compartiendo miradas y sonrisas cómplices los cuales claramente dan a entender lo que sentimos la una por la otra. Hasta un ciego se daría cuenta de todo el amor que irradia en esta habitación, me recuerda tanto a la primera vez solo que en esta ocasión estamos dispuestas a cumplir todos nuestros deseos y darle paso al amor y la necesidad de estar juntas que nos hemos tenido por mucho tiempo.

A la ojiverde se le ocurrió la brillante idea de hacer de nuestro encuentro como el de la primera vez, donde con miradas inocentes y llenas de picardía nos decíamos todo sin necesidad de pronunciar palabra, ¿me encantaba? Claro que sí, sería algo que permanecería en mi mente por siempre.

-Así que, cuéntame señorita Cabello. ¿Qué se siente ser la chica más linda de todo San Francisco? Pregunto ella con una sonrisa en sus labios, yo no pude evitar reír ante eso

-¿Qué? Créeme que no sé si sea la chica más hermosa de San Francisco. No me considero como tal, soy normal con muchos atributos a mi favor pero normal

Dejo escapar una carcajada . –Vaya, que humilde respuesta. Aunque no estoy de acuerdo en eso de que eres normal. Creo que eres una maravillosa chica, y me siento afortunada de haberte conocido

-¿Muy afortunada? ¿A pesar de todo lo que ha pasado?

-Pues claro, y si por mi fuera te secuestraria ahora mismo para que no te fueras mañana

-No serias capaz. Bufe

-¿Quieres ponerme a prueba Cabello? Alzo una ceja

-Okey te creo.

-Tengo algo para ti. Dijo mientras se levantaba y caminaba hacia el gran armario que estaba en su habitación. –Debes cerrar los ojos, es una sorpresa

-¿Qué es? Murmure emocionada

-Si te lo digo ya no será sorpresa. Quiero que cierres los ojos por favor.

Y así lo hice. Sentí sobre mis piernas un objeto no tan pequeño pero si lo suficientemente grande como para llamar mi atención, era como una especie de libro o algo así, me sentía muy emocionada quería saber de qué se trataba. Alrededor de mi muñeca coloco una especie de pulsera, sabía que lo era pues era liviano. Abrí mis ojos y en efecto era una pulsera de plata con un pequeño dije en forma de pulzee ella me sonrió y me mostró la suya la cual completaba la figura haciendo una sola, me sentí feliz al ver el pequeño detalle.

-Mira, yo también tengo una. Con ellas siempre seremos una sola y nuestro amor perdurara por siempre. También te hice esto, es un pequeño álbum con todas nuestras fotografías  para que siempre me recuerdes amor

Sentía un gran nudo en la garganta al pasar las hojas de aquel libro donde se veía cada una de nuestras fotos y todos los momentos que vivimos juntas. Era verdaderamente hermoso. La acerque a mi abrazándola fuertemente, no quería soltarla ni por un segundo. Plante miles de besos por todo su rostro haciéndola reír a carcajadas, iba a extrañar su risa. Toda ella me haría falta pero sabía que todo esto era por nuestro bien. Así estuvimos por un buen tiempo hasta que no pude soportarlo más y ataque sus labios en un beso lleno de pasión el cual ella correspondió perfectamente bien.

Nos besamos lentamente, sin prisa. Alargando cada momento, cada caricia entre nosotras, tomándonos nuestro tiempo. Nunca me iba a cansar de decirlo, a su lado siempre me sentiría plena y segura, nadie más como ella. Comenzó a descender poco a poco hasta llegar a mi cuello donde lo beso a su antojo haciéndome suspirar a cada momento erizando cada centímetro de mi piel como solo ella sabía hacerlo. Bajo hasta el valle de mis pechos permitiéndose deleitar con la vista siendo cubiertos aun por la tela del sujetador. Sí, mi camisa había abandonado mi cuerpo hacía ya mucho tiempo atrás estaba frente a Lauren con solo unos cortos short de jean y sujetador. Tomo el primero por sobre la tela y lo acaricio lentamente y  mi cuerpo reacciono al instante. Hizo lo mismo con el otro y obtuvo el mismo resultado por lo cual se sintió satisfecha. Se deshizo de él llevando el primer pecho a su boca y luego el segundo haciéndome gemir de placer. Todo estaba siendo lento pero muy placentero. Fue dejando besos por todo mi abdomen y subió hasta mis labios donde me beso nuevamente. Su mano se escabullo por mi cuerpo hasta dentro de mis pantaloncillos y por debajo de mi ropa interior hasta mi zona intima. Gemí fuerte en sus labios. Eso no me lo esperaba. Sus dedos comenzaron hacer estragos en mi lentamente, torturándome, ella sabía que esperaba aún más pero se tomaba su tiempo. Abandono mis labios y bajo hasta quedar frente a mi sexo de un solo jalón quito aquel short junto con las bragas y me sentí expuesta una vez más ante ella. Me miro con una sonrisa pícara pasando la lengua por su labio inferior, mis mejillas quemaban debido a la intensidad del momento. Cuando menos lo esperaba sentí como su lengua comenzaba hacer estragos en mi punto más sensible haciendo que mi espalda se arqueara y gimiera en voz alta. Mis caderas iban al ritmo de aquella lengua que hacia tan bien su trabajo dentro de mí. Tome por el cabello a la chica acercándola más, la necesitaba de todas las formas posibles la necesitaba. Me entendió a la perfección por lo que me hizo cambiar de posición por lo que ahora estaba de espaldas a ella, mis piernas quedaron separadas exponiendo mi centro aún más ante  ella tenía mi culo frente a su rostro. Acaricio cada una de mis voluptuosas nalgas dejando castos besos en ellas que me hacían reír, lo estaba disfrutando demasiado, aprovecho el momento para dejar un par de cachetadas en ellas lo que me hizo chillar. Llevo una vez más sus dedos hasta mi centro y los hundió haciéndome gemir de nuevo. Mi cadera comenzó a moverse al compás de aquellos dedos, y las gotas de sudor descendían por mi cuerpo.

Los minutos pasaron y todo se volvía cada vez más intensos la habitación irradiaba puro calor. Nuestros cuerpos se unían en uno solo entregándonos por completo a la pasión del momento, amaba a esta mujer por sobre todas las cosas y eso era algo que jamás iba a poder cambiar. La mire regalándole media sonrisa la cual ella correspondió. –Te amo. Susurre con voz débil. Ella aún continuaba su trabajo haciéndome vibrar a cada minuto, caí rendida en la cama al sentir como el orgasmo se apoderaba de mi cuerpo, Lauren se tumbó a mi lado dejando besos. Esto era lo mejor que me podía haber pasado en mucho tiempo.

Lleve mi brazo sobre el cuerpo de Lauren acercándola un poco más a mí, con mi dedo iba haciendo figuras sin sentidos por su abdomen mientras miraba con detenimiento cada facción de su cuerpo, quería recordar su rostro siempre. Ella me miro y me sonrió sentí morir lentamente me acerque dejando un húmedo beso en sus labios.

-Si me sigues besando de esa manera, no dejare que salgas de esta habitación

Reí al escucharla. -¿Por qué? ¿Te excita que te bese así? 

-¿Tu qué crees Camila?

-Creo que deberíamos terminar lo que comenzamos hace un momento, aun tienes trabajo que hacer Jauregui. Susurre cada palabra de manera seductora

Me beso de manera posesiva apretando su cuerpo al mío, sentí como el calor comenzaba a crecer en mi entrepierna. –Sera un placer princesa. 

Fue lo último que escuche antes de quedar nuevamente debajo de su cuerpo.

Esa noche Lauren y yo estuvimos haciendo el amor hasta el amanecer, me sentía tan bien. Iba a extrañar a esta mujer con todo mí ser. La amaba, verdaderamente la amaba. Ella se había adueñado de mi corazón desde el primer momento que la conocí. Después de ella, nadie más.