LOS EMPRESARIOS

CAPITULO 2 CHRISTIAN

Se unieron después mis padres y hermanos, Mi padre me dijo que después de mediodía llegaría el señor Taylor, me dijo que no me estaba corriendo, que podía quedarme en su casa el tiempo que yo quisiera, al fin y al cabo nos veríamos también en "GREY HOUSE", informó que Taylor y su esposa viven en Escala, cuando terminamos de desayunar, mi padre me vendó los ojos, Mía me hacía cosquillas y Elliot me decía que le iba a poner la cola al burro, extrañaba los juegos y acercamiento de mis hermanos, mi madre los reprendió para que no me molestaran, al bajar los escalones hacia el jardín, mi padre me quitó el antifaz de tela que tenía en los ojos, frente de mí había un lindo auto R8 negro, era mi regalo de graduación, a Elliot en su graduación le regaló un BMW, el único inconveniente era solo para dos personas, por lo que Mía pidió ir primero de copiloto, pero me negué, el primero sería mi padre, después mi madre, Mía y Elliot.

Lo puse en marcha con mi padre de copiloto, estuvimos por la estatal 5 y de regreso, no podía subir la velocidad, mi padre es enemigo de las infracciones. Con mi madre me di la vuelta hasta el astillero, la próxima semana le daré esa sorpresa, le mostré mi catamarán ya terminado, falta bautizarlo y llevará el nombre de ella "GRACE", solo lo observó complacida, sin saber que pronto esa embarcación llevará su nombre.

Con Mía recorrimos toda la avenida principal hasta las afueras de Seattle, con Elliot lo llevé a "ESCALA" para que mirara mi departamento, quedé emocionado al ver que estaba mejor de lo que me dijeron, ahí conocí a Taylor y la señora Gail su esposa, les comenté que mañana mismo me cambiaría para este lugar, Taylor se ofreció a llevar y traer mis cosas. La primera instrucción, fue que pasara por mí a las nueve de la mañana y llevarme a la oficina, no tenía el gusto de conocer mi centro de trabajo.

Nos despedimos y mi hermano me ofreció ir a su casa que construyó para él, es realmente cerca de aquí, es pequeña a como estamos acostumbrados a vivir, ahí mismo vive su guardaespaldas y su ama de llaves, tiene unos quinientos metros cuadrados, al frente un hermoso jardín con un camino hacia la puerta de entrada, tiene un cobertizo para el auto y un columpio, al entrar tiene una sala para unas diez personas y una pantalla de televisión enorme, subiendo dos escalones se encuentra el comedor para otras diez personas, un mueble de cristal de pared a pared de ancho y largo, donde se ubican sus trofeos, reconocimientos y medallas.

Al fondo con un gran ventanal y una puerta, donde está la cocina, antes de entrar a ésta tiene un desayunador, al salir por la puerta tiene un bello jardín con alberca y una pequeña cancha de básquetbol. Regresamos y justo al costado del comedor hay unas escaleras, debajo de estas hay un medio baño, al subir hay seis recamaras enormes con balcón y baño integrado, dos al frente, dos al fondo y una a cada costado. Cuando se case, quiere tener cuatro hijos, las otras recámaras serán para invitados, una de las de enfrente es la de él. Le pregunto si no le da miedo quedarse en esta casona, me indica que se siente seguro con Douglas y Anabel, su guardaespaldas y ama de llaves, nunca ha traído una chica a esta casa, hasta que sea la indicada para casarse. Con lo mujeriego que es, creo que nunca llegará la indicada le comento, me da un golpe en la cabeza y empezamos a reír, nos regresamos a casa de mis padres, cenamos y comentamos sobre mi piso y la casa de Elliot, Mía dice que jamás se casará y que se quedará a vivir con nuestros padres.

Ellos dicen que cae más pronto un hablador que un cojo, nos la estamos pasando como cuando éramos niños, ¿Por qué tenemos que crecer tan rápido? No digo que no soy feliz, pero la compañía de mis padres y hermanos es única, el día que me case, como dice Elliot, quisiera una familia así como la mía, pero no tantos hijos, solo dos, depende también de mi pareja, si ella dice que quiere más, pues tendremos más, algo lógico obviamente.