CAPITULO 17 CHRISTIAN Y ANA

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CHRISTIAN

No pude dormir, estoy nervioso como cuando fui por Ana a Aspen, entrar hasta la reja de la base militar fue asombroso, los jardines están maravillosos, todo impecable, sus uniformes y armas están en su sitio, salgo del auto y me dejan entrar a un área muy impactante, es una sala donde están colgados los retratos de muchos militares. Taylor estaba muy serio, no sé si recuerda algo de cuando estaba en el ejército, pero no parpadea, solo se limita a mirar de frente y darme el paso.

Ana no tardó mucho, corrió hasta mí y me besó, apenas si me dejó mirarla vestida con su traje sastre color verde, parece una muñeca, delgada, con porte, su gorra le hace lucir su hermoso cuello, me toma del brazo y me pide que salgamos, saluda de beso en la mejilla a Taylor, me quedé anonadado, porque no solo fue el beso, sino que me soltó y lo abrazó y le dijo algo al oído.

El tomó su mochila y su bolso, Ana me volvió a tomar del brazo y salimos del recinto, me llamó la atención que el bolso de Ana se fue en la cajuela, ella estaba como siempre, cariñosa y sonriente, la extrañaba tanto, pero su comportamiento no era usual. Cuando llevábamos gran parte del camino, Taylor no nos llevó directo a Escala, miraba el espejo de su lado derecho.

Ana cree que no me di cuenta,  le contestaba lo que me decía, pero no era normal la actuación de ambos, al llegar a un puente subterráneo, Ana me dijo al oído que no me espantara, pero que teníamos que cambiar de auto. ¿Será un secuestro? Todo fue tan rápido, que al subir al otro auto,  Ana empezó hablar.

-Disculpa amor, pero no podía hablar, una de mis compañeras me dijo que han colocado micrófonos y cámaras entre mis pertenencias. Anoche sin que se dieran cuenta, entré al cuarto de uno de los soldados que están a un lado de mi habitación y utilicé su celular, borré la llamada y todo rastro de que tomé el teléfono, le llamé a Taylor para informarle lo sucedido, el auto será revisado por personal especializado.

- Ana me contó el problema de su amiga y el de ella, por eso era urgente saber lo del llenado de la baja, efectivamente le conté que Raymond me fue diciendo como llenarlo, después de llenarlo, los oficiales de ahí me dijeron que faltaba otra parte, que sin ese llenado no me podían dar la baja. Ahora voy entendiendo, me pusieron una trampa sin saberlo. Ana le comentó a Taylor que la secretaria de un General Miller, era una señora de su edad, que lo mandaba a saludar, a veces me molesta que hablen con claves.

Taylor comenta que es de confianza, que puede Ana acercarse a ella con prudencia, a ella le pedirán que saque el llenado de las bajas, la volveré a llenar y poner un rayado especial en los espacios que no debería de haber llenado, pero eso llevará su tiempo, actuaremos normal al llamarnos, pero no podemos decir algunos lugares o actos que puedan acercarse a mí y mi familia.

Es la parte puerca del ejército dice Ana muy molesta, en cuanto llegamos a Escala, ya están sus cosas acomodadas, dejarán un micrófono cerca de la cocina, donde Taylor hablará de cosas superfluas y nosotros de las comidas, espero poder no ser obvio en que sé que nos escuchan, las cámaras que traía Ana, estaban colocadas en su gorra y en su mochila, descubrieron 8 micrófonos que se irán al closet, otros a la lavandería, pero los guardarán como evidencia por espionaje.

 Ana guardó su gorra en el closet y la mochila la lavará Gail, por ende no vieron el camino a la casa, ya que cubrieron la gorra y la mochila en la cajuela con su chamarra de Ana. Nos dirigimos a comer, de ahí nos encerramos en nuestra recámara para amarnos, solo bajamos a cenar y bailar un rato románticamente, tomamos una copa de vino tinto, ya que no estoy acostumbrado, pero Ana la necesitaba, nos metimos a bañar en la tina e hicimos el amor en ella, salimos a las doce de la noche para ir a dormir, por la mañana la llevaré a su sorpresa. Lo único que lamento es que toda la semana se levanta temprano, y esta no es la excepción. Pero el domingo, juro que no la dejaré levantarse temprano.

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