Les comenté la verdad, emocionado, contento y feliz, les confesé que nunca pensé enamorarme de una gran mujer como Ana, tampoco me siento menos porque ella es más rica que yo, sin embargo me agrada que quiera irse a vivir conmigo. Ellos me observaban algo nervioso. Vi el reloj, Ana ya había tardado, pregunté si no era necesario que las visitas, pudieran estar aquí para ver a mis padres, solo contestaron que no por el momento, también les aclaré que mientras ellos platican con los señores que querían ver a mis padres, yo podría estar con Ana, tenía muchas ganas de estar con ella.
En mi mente seguían preguntas sin resolver, como decía mi padre ¿Qué tenía que ver esas personas con nuestros acuerdos empresariales? ¿Porque Ana tenía que guiarlos y no los señores Robinson y Raymond donde se encontraban? Ana regresó muy pálida y solo se limitó a decir que estará fuera conmigo, pero que si era necesario ir por ellos, que le llamaran por teléfono. Salimos hasta una parte de uno de los jardines hermosos, ella me preguntó si quería ir a montar a caballo o solo caminar. Traía unos pantalones vaqueros entallados, un suéter tejido largo hasta sus caderas, botines y su cabello amarrado en una coleta.
Sin nada de maquillaje, se veía preciosa, en cuanto nos detuvimos, nos miramos y no aguanté las ganas de besarla, me dijo que la acompañara, caminamos hacia unas cabañas cerca de los bebederos de agua de las caballerizas, me empezó a besar apasionadamente, me imagino que quiere estrenar su implante, tomé su brazo como me había mostrado Mía, sonrió, le pregunté: ¡del uno al cien, cual es tan efectivo! ella dijo que mil.
Así estuvimos amándonos, me invitó a bañarnos juntos y me pidió que retornaremos a la casa, ya que tenía un mensaje para pasar por mis padres, en cuanto llegamos a su casa, su padre le dio las llaves, le dijo que era hora de que regresaran. Volteo a verme y me dijo que si lo esperaba nuevamente con su familia, le pregunté porque no podía acompañarla, ella me dijo que necesitaba la aprobación de la gente donde están mis padres. Le di un beso y le dije que no se preocupara, que la estaré esperando cuando lleguen todos.
Nuevamente esperé a que llegaran y me sirvieron unos aperitivos de salchichas, rollitos de jamón y diversos quesos con galletas saladas. Un gran vaso de agua fresca, estábamos sentados en el gran salón cuando de pronto, mi padres entraron serios y preocupados, al verlos así me paré de inmediato y tomé a mi padre casi entre brazos, mi madre estaba un poco más entera. El señor Robinson le acercó una copa de vino, mi padre no toma, pero se bebió la copa de un solo sorbo, pareciera que habían visto un fantasma.
Había un silencio aterrador, Ana no aparecía y fue cuando pregunté por ella a mis padres, un poco más tranquilo, mi padre me preguntó que cuanto amaba a Anastasia ¿QUÈ? Pregunté, mi padre me dijo que dependía de mí, si la seguía aceptando o no. No entendía nada, mi padre se paró enfrente de mí y me entregó el sobre, ese era el sobre que Ana llevó con mis padres, no entendía nada, abrí el sobre y empecé a leer el contenido de este.
Sr. Carrick Grey
Cuando usted esté leyendo esta carta, quiere decir que mi hija Anastasia Rose Steele May, ya hizo entrega de una similar a mi padre Robinson May y esposo Raymond Steele, las personas que usted tiene en frente en este momento, cotejaran lo que en ella anexo:
Carta de consentimiento ante un notario, consentimiento propio de alta del Hospital General de Seattle, fotografías del personal Médico y Policíaco que las evaluaron, tratamiento a seguir y alojamiento, estudios de ADN de ambos, practicados por el mismo Hospital General de Seattle.
Señor Carrick Grey, me permito informarle y presentarle por este medio a sus señores padres, Mía y Alexander Grey. Se acordó que se le informara de conformidad del día de la fecha.
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LOS EMPRESARIOS
ФанфикChristian Grey, empresario, joven, soltero, atractivo, exitoso, a sus 25 años de edad es uno de los hombres más ricos del mundo. Tras su primer amor en la preparatoria, Christian se imaginaba que cuando lograra sus proyectos de vida, buscaría a Kari...