CAPITULO 26 CHRISTIAN

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CHRISTIAN

Todo el trayecto en el avión, voy pensando que hizo cambiar a Ana de sus celos infundados, me desconcertó en verdad, seis horas de vuelo, pero solo de pensar en que la tuve a mi lado, se me hace corto el tiempo, todavía traigo su perfume, sus besos, ¡cuánto la extrañaba! Vengo súper adolorido, pero resistí porque mi linda esposa sabe ser una buena instructora, a veces pienso demasiado, si me conviene casarme con ella, porque no me gustaría que me echara en cara que la saque del ejército, la he visto en las dos facetas, empresaria, bella, inteligente, segura, excelente administradora, pero después miro su formación militar y como se desempeña.

También veo que hace todo lo posible por que estemos juntos, esa sorpresa de que ya sale a las dos de la tarde, era un hermoso regalo, desafortunadamente pasó lo de Lili, siento impotencia porque no le puedo dar tanto amor a ella, solo mi amistad, una amistad que ya no existe.

Yo estoy seguro que amo a mi esposa, eso no lo pongo en ninguna balanza, sin embargo, no sé si amo más a la empresaria o a la militar, son dos mundos opuestos, pero que gracias a ellos, conozco a la Anastasia Steele que me describía Taylor, siempre pensé que exageraba sobre ella, pero rebasa todo lo que me decía, todavía tengo el informe que me envió Welchs, su misión y todo lo que hacían, en verdad rezaba para que me dijeran que estaban a salvo, sin embargo, había poca información, cuando me llamó y me informó que su pelotón vendría de regreso y ella a salvo, mi alma volvió a tener vida.

¡Si ella supiera todo lo que pienso cuando no la tengo cerca! Cuando empecé a platicar con mis abuelos y me contaban abiertamente, como Ana se esmeraba por cuidarlos, me la imaginaba, al mismo tiempo sentía coraje porque mi padre necesitaba de ellos, después me permitía valorarla, todo ello ha hecho que la ame, que la admire, tiene toda la razón en celarme, me encanta como me cuida, pero sentir su odio en la mirada, fue como que me cortara las venas ella misma, yo no sentía culpa de nada, porque no hice nada indebido.

Todo lo tengo aquí en mi mente, todo lo que hemos sorteado para estar juntos, conforme me hablaba hace unas horas, hizo que la lleve dentro de mi sangre, nunca imaginé amar a alguien así, ni a Katy, era diferente ese amor, este que le tengo a mi esposa, traspasa muchas barreras, estoy loco por una mujer bella, inteligente con dos mundos tan diferentes y que los maneja a su antojo, esa es mi esposa Ana Grey, si,  con orgullo lo digo, mi esposa. Solo una semana completa estaré sin tenerla, ahora haré lo que tenía que hacer.

Espero que los empresarios que voy a ver, entiendan que una semana vendré a sus destinos y ellos tienen que viajar a Seattle, si supiera Ana que me está haciendo más rico de lo que me imaginé algún día, sus empresarios quieren que les maneje sus negocios, por nuestra reputación, pero no menos por lo que me dijo mi padre en esa reunión familiar. La tengo siempre en mi mente y no le voy a fallar a las empresas Grey, mucho menos a mi querida esposa.

En cuanto llego al hotel, me informan que la reunión con los empresarios es a las diez de la mañana, estoy confirmando mi asistencia, cuando bajo a cenar en el hotel, algunos de los empresarios que nos reuniremos mañana me acompañan, me invitan a otro nuevo consorcio , una nueva asociación de grupos, quieren que empresas Grey los patrocine y administre, con el fin de proporcionar a los miembros de ese consorcio, la adquisición de bienes a través de la auto financiación.

Kate me ha enviado a toda la gente de confianza para llevar a cabo todo tipo de consorcios con sus mismos empresarios, esto es algo que a Ana le agradará en cuanto se entere, lo tenemos en secreto, porque queremos hacer una gran fiesta para festejar todos estos acontecimientos, Kate, el señor May, mi padre y yo, hemos hecho todo conforme los estatutos de las empresas May-Steele, pero ahora ya somos May-Steele-Grey.

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