Tara (Saga SEAL 2)

Capítulo 2

¿Conocernos? No creo que esa sea una buena idea. Mucho menos después de cómo empezó lo que quiera que sea esto. Por más educado que parezca en sus últimos mensajes, está claro que es un mujeriego y eso es lo último que necesito en mi vida ahora mismo. 

T: Ahora que lo hemos aclarado todo, mejor dejarlo como está. Ninguno necesita complicar más su vida. 

M: Yo no creo que conocernos mejor sea complicarnos la vida. ¿O es que estás casada? Bueno, yo solo quiero compensarte por el mal rato que te he hecho pasar, no quiero crearte problemas. Si es por eso, lo entenderé.

Y es aquí donde me planteo seriamente decirle que está en lo cierto. Sería la mejor forma de librarme de él, pero por alguna inexplicable razón, no me siento cómoda con la idea de mentirle. Odio a la gente hipócrita y poco fiable, así que no puedo comportarme como tal. Prefiero ser sincera y que decida dejar de hablarme por su propia mano.

T: Estoy en pleno proceso de divorcio. No es el momento para añadir nuevas ecuaciones a mi vida, aunque solo sean para tomar algo. Si no sé cómo será mi futuro próximo, mucho menos quiero planear algo a largo plazo.

M: Lo entiendo y lo último que quiero es complicar tu vida, pero es cierto que me encantaría conocerte mejor. No creo en las casualidades, siempre he dicho que las cosas suceden por algo. ¿No quieres averiguar por qué la vida cruzó nuestros caminos?

T: Porque tú te equivocaste al grabar un número de teléfono estando borracho. Probablemente haya una mujer por ahí esperando a saber de ti. Y esa no soy yo.

M: No seas tan dura conmigo. Intento hacer bien las cosas esta vez. No soy un mujeriego, aunque te lo pueda parecer en este momento. No es así como funciono normalmente. Me temo que mi trabajo no es el más adecuado para socializar y estoy algo oxidado en eso. Solo te pido la oportunidad de conocernos. Si al final decides no quedar conmigo para tomar esa copa, o lo que quieras, lo entenderé. Pero al menos lo habré intentado.

T: ¿Soy algo así como un reto para ti?

M: No. Bueno, tal vez un poco. Pero no tiene nada ver con eso. 

T: ¿Por qué tendría que creerte?

M: Porque no miento.

T: Eso es lo que dices tú.

-¿Todo bien, Tara? - Ned me mira con preocupación y entonces comprendo que estoy frunciendo el ceño demasiado.

-Sí - le sonrío para tranquilizarlo y guardo mi teléfono. 

La comida llega y Ned me mantiene entretenida hasta el postre con su conversación. Me hace reír en varias ocasiones y siento que la tensión que he ido acumulando en las últimas horas desaparece. Al finalizar la comida voy al baño y casi instintivamente miro mi teléfono. No es que esté esperando tener mensajes de él, pero... bueno, a quién quiero engañar, claro que espero que me haya respondido. Y eso no es bueno. No quiero sentir la misma curiosidad que él por mí.

M: No tienes por qué creerme, desde luego, pero sí puedes darme la oportunidad de demostrarte que no miento. Solo te pido que hablemos, para conocernos mejor. No voy a pedirte nada más ni haré nada que te incomode, te lo prometo. Solo fréname si me paso con mi curiosidad. No me enfadaré ni insistiré. Es más, si me pides que deje de escribirte, lo haré aunque no me guste la idea.

Solo hay ese mensaje y ahora mi curiosidad es mayor. Bueno, son solo palabras, pero se sienten tan sinceras que dudo. Podría decirle que me deje en paz y así comprobar si mentía en cuanto a lo de no escribirme de nuevo. Sería lo más sensato, lo menos problemático para mí. Debería simplemente no responderle. Seguro que entendería la indirecta.