Los silbidos y piropos no se hacen esperar en cuanto llegamos a casa de Hank y Fisher, con su poca o ninguna vergüenza, se pasea por delante de ellos contoneándose y presumiendo de su cuerpazo. Con lo marcados que son sus músculos en brazos y piernas se nota bastante que es un hombre, pero eso no lo disuade. Mueve tanto su cabeza que estoy esperando a que la peluca salga volando en cualquier momento. Y sin embargo, resiste.
-Con las luces de la discoteca ni se darán cuenta de soy un hombre - ríe mientras esperamos a que Hank prepare la carne en la parrilla -. Esta noche voy a arrasar. Me los llevaré a todos de calle.
-Eso será hasta que se acerquen a ti y te vean bien la jeta - ríe Loman -. No te ofendas, Suicida, pero por más maquillaje que lleves, se ve a las claras que eres un hombre.
-Lo que pasa es que me tienes envidia - le responde él moviendo una vez más su larga cabellera rubia y llena de rizos -. Ya te gustaría estar tan buena como yo.
-Si yo me vistiese de mujer sería un espanto, eso no te lo niego.
-Sobre todo con la perilla que tienes - le digo yo.
-Podríamos afeitarlo - sugiere DK riendo, a sabiendas de la reacción de Loman con respecto a eso.
-Inténtalo si te atreves - lo amenaza él ahora serio.
-Valoro demasiado mi vida - ríe DK en cambio, alzando sus manos en señal de paz.
-Que nadie toque a Harvey - Joy se sienta en su regazo y lo abraza con fuerza -. Me gusta su perilla.
-Joy Joy - Fisher se lleva una mano al pecho y tuerce el gesto -, me siento dolido. Hoy me has abandonado por completo. Primero en el campo de Paintball y ahora defendiendo a Loman. Mira ahora cómo me veo por tu culpa.
-Te ves estupenda - ríe ella -. No te quejes tanto.
-Vas a tener que compensarme por esto.
-Te llevaré a comer pizza mañana - le promete -. Pero pagas tú.
-Ese es un gran trato - ríe Loman -. Sí, señor.
-Bueno - se defiende Joy -, él trabaja y yo no. Cuando sea espía podré invitarlo a todas las pizzas que quiera.
-Aquí nadie va a ser espía - dice Hank antes de anunciar que la comida está lista.
-Eso es lo que él se cree - nos susurra Joy antes de sentarse junto a Neve y abrazarla.
Es una niña muy cariñosa y espontánea. Y muy intuitiva. Desde que Neve entró en sus vidas, se ha propuesto hacerle ver sin palabras que ahora es una más entre nosotros. No está siempre encima de ella, para no agobiarla, pero sí le ofrece suficientes muestras de cariño como para que se sienta incluida en todo momento. Y Neve, poco a poco, va olvidando su desconfianza natural y se va sintiendo más cómoda con todos nosotros.
-Tengo hambre - dice entusiasmada después. Como si su frase fuese una señal, empezamos a servirnos y a comer.
Como siempre, las risas están garantizadas y hoy más que nunca. Las protestas de Fisher porque la minifalda se le sube demasiado al sentarse o porque se le borra el lápiz labial al comer, entre muchas otras, nos mantienen entretenidos. Algo que yo agradezco porque no voy a poder hablar con Tara en lo que resta de día. Esos planes de los que no me ha querido dar detalles la mantendrán ocupada hasta mañana. O eso es lo que me dijo. Admito que me muero de curiosidad y me siento un poco decepcionado de no tener todavía su confianza para que me hable de ello.
He intentado ser paciente, tal y como me aconsejó Neve, pero cada día es más difícil. Quiero saber más de ella, quiero conocerla más allá de la foto de perfil que tiene. Quiero formar parte de su vida, no sé en qué medida, pero sí mucho más de lo que lo hago ahora. Y ella parece seguir tan reacia como el primer día. O tal vez soy yo el que no ve los avances por lo lento que va todo esto.
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Tara (Saga SEAL 2)
AzioneLas casualidades no existen. Eso es lo que Malachi Simmons ha creído siempre. Pero fue una casualidad la que puso a una mujer esquiva y desconfiada en su camino. Todo un desafío para el SEAL que lleva dentro. Tara no está pasando su mejor momento co...