Capítulo 4

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No sé qué me pasa con Tara. Nunca antes he tenido tanto interés en una mujer a la que ni siquiera conozco en persona. Debería haberlo dejado estar cuando supe que no era Tamara, pero su actitud llamó mi atención. No puedo culparla por ello porque no nos conocimos en mi mejor momento precisamente. Me habían disparado y me pasé con el alcohol para mitigar el dolor porque, como un estúpido valiente, me negué a tomar los calmantes en la noche de celebración. Recuerdo perfectamente todo lo que dije y todo lo que hice, pero sé que en circunstancias normales no habría enviado aquel mensaje a aquella hora.

Y sin embargo, en cuanto supe que no era Tamara, algo de lo que ahora me alegro después de lo que me contó Fisher sobre ella y ese novio que me dijo que no tenía, no pude no escribirle otra vez. No pude olvidarme de ella y no interesarme por conocerla. Admito que tras sus primeras negativas me lo tomé como un reto, quería derribar sus defensas y llegar hasta ella, pero ahora sé que hice bien en insistir. Es la mujer más increíble con la que he hablado jamás. Fuerte, valiente, independiente. Y aunque siga sin querer hablarme de su hija, estoy seguro de que es una supermami con ella. Una mujer todoterreno.

Joder, cómo me gustaría patearle el culo al gilipollas que la asustó el otro día. Aunque tampoco quiera hablar de ello, sé que era su ex. Tuvo que serlo. No me resultaría difícil averiguar quién es él y dónde vive, pero prefiero hacer las cosas bien y ganarme la confianza de Tara para que me cuente qué pasó entre ellos. O qué sigue pasando, porque está claro que su ex es todavía una tarea pendiente para ella. Quiero protegerla, mantenerla a salvo de cualquiera, y eso es algo que no había sentido con nadie más que con mi familia y mis compañeros.

Sigo intentando convencerla para conocernos en persona antes de que me envíen a otra misión fuera del país, pero le asusta la idea, aunque no me lo diga con esas palabras, y creo que su ex tiene algo que ver en ello. Otra razón más para darle un buen susto a ese malnacido. No puede vivir atemorizando a Tara y condicionando su vida. Ella se merece ser libre para tomar sus propias decisiones sin miedo ahora que se ha alejado de él. 

Sé que podría ayudarle, me encantaría hacerlo, pero todavía parece reacia a dejarme entrar en su vida de pleno y debo respetarlo. Aunque si supiese que cuanto más difícil me lo pone más insistiré yo, seguro que no sería tan esquiva. Claro que así no me haría falta insistir tanto. O no estaría todo el día pendiente del teléfono por si ha respondido a mis mensajes al fin. 

Escucho un ruido estridente en mi oreja derecha, pero no me muevo. Estoy en la base, esperando a que llegue el resto del equipo para una reunión a la que nos han convocado y, aunque no lo he visto entrar, estoy seguro de que es Fisher el que ha cogido el pollo de goma que usamos para los novatos y que pretende molestarme con él. Lo que sí hago es salirme de la conversación de Tara porque no quiero que él se entere de nada. Ya es insoportable de por sí, como para darle más munición contra mí. Menos aún sabiendo las ganas que tiene de saber con quién hablo tanto.

-Eres un crío, Suicida - le digo sin mirarlo ni inmutarme a pesar de que prácticamente me mete el pollo en la oreja izquierda ahora.

-Buena concentración, Angel - ríe él después de darse por vencido -. No has olvidado el entrenamiento en estos días sin vernos. 

-¿Acaso creías que lo haría? - ahora sí lo miro. Tiene una amplia sonrisa en los labios y esa mirada pícara tan típica suya -. No soy como tú.

-Auch - ríe Loman, que acaba de entrar -. Eso ha debido doler, Fisher.

-Uno nunca puede estar seguro - me insiste ignorando al resto, que empiezan a entrar -. Ahora pareces tan metido de lleno en el teléfono que tal vez no queda sitio en tu cabeza para lo que has aprendido como SEAL.

-Puede que tu cabeza no funcione correctamente y por eso siempre te comportes como un maldito suicida, pero la mía está perfectamente.

-En el fondo me admiras, solo que te cuesta demostrármelo - Fisher intenta darme un beso y yo me aparto como si la idea me repugnase. Se ríe y se acerca a DK con el pollo para seguir con sus locuras -. ¿Tú recuerdas el entrenamiento, DK?

Tara (Saga SEAL 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora