Capítulo 24

7.1K 1.2K 45
                                        

No tardamos demasiado en llegar al lugar, pero gran parte del edificio ya está en llamas. Para colmo, el teléfono de Tara se quedó sin batería hace unos cuantos minutos y no podemos comunicarnos con ella para asegurarnos de que sigue bien.

-¿Entramos? - me pregunta Neve. Está tan preocupada como yo, solo que yo sé disimularlo y a su lado, parezco relajado. Si supiese todo lo que se me está pasando por la cabeza ahora mismo, seguramente se pondría todavía más nerviosa. 

Desecho cualquier pensamiento negativo y me centro en la tarea que tenemos por delante porque no va a ser fácil entrar en el edificio. La estructura del edificio parece muy dañada y temo que su integridad esté comprometida. Si se derrumba, Tara no tendrá ninguna posibilidad de salir con vida de ese infierno.  

-Yo lo haré - le digo después de tomar una decisión -. En cuanto encuentre un paso seguro, te avisaré. Por ahora es mejor que no entremos los dos, por si se me quedo atrapado ahí dentro. Alguien tendrá que pedir ayuda si fuese necesario.

-Malachi...

-Espera aquí. No tardaré mucho - no le dejo hablar y salgo corriendo hacia el almacén. Necesito encontrar a Tara y asegurarme de que puedo sacarla de ahí antes de que sea demasiado tarde. El tiempo juega en nuestra contra, así que no es momento de ponerse a discutir por quién entrará primero.

El calor es sofocante y el humo me hace toser nada más traspasar la puerta. Me saco la camiseta y tapo mi nariz y mi boca con ella, a modo de filtro, para mitigar mi malestar tanto como me sea posible. Con los ojos no hay mucho que pueda hacer, salvo ignorar el escozor porque no puedo cubrirlos con nada. Una vez listo, avanzo lentamente, probando la consistencia de algunos pilares y muros a mi paso hasta que doy con unas escaleras que llevan al piso de arriba y vacilo. Me debato entre subir o continuar revisando la planta baja. Una decisión equivocada a estas alturas podría suponer la muerte de Tara.

De repente, un crujido a mis espaldas llama mi atención y me giro justo a tiempo de ver cómo parte del techo se me viene encima. Aunque sé que no servirá de mucho, oculto mi cabeza con los brazos para protegerla, pero no llego a sentir el golpe en ningún momento. Abro los ojos poco a poco y veo a Neve no muy lejos, totalmente concentrada. Retira los escombros con la mente y los lanza lejos de mí.

-¿Ahora dejarás de hacer el tonto y me permitirás ayudarte? - me dice mirándome con reproche -. Si estoy fuera, no podré hacerlo. Necesito verlo para moverlo.

-Perdona, Neve. Es el instinto protector - me disculpo -. No quiero que ninguna de las dos salgáis heridas.

Le tiendo la mano para que se acerque y me abraza. Es su manera de transmitirme una calma que ninguno de los dos siente, aunque admito que a mí me ayuda. Con ella a mi lado, sé que será más fácil avanzar porque no debo preocuparme de que algo nos golpee o nos caiga encima, pero también soy consciente de que Neve acabará agotándose por el esfuerzo así que debemos encontrar a Tara cuanto antes.

-Probemos arriba - me sugiere -. Tal vez la dejó allí. Desde la planta superior le resultaría más complicado huir si hubiese conseguido liberarse, ¿no crees?

-Es factible - asiento -. Conrad se lo habrá puesto difícil para que no escape.

Las escaleras crujen cuando intento subir y algunos peldaños se rompen bajo mi peso, obligándome a regresar junto a Neve. Ahora puedo ver que en la parte de arriba ya han desaparecido unos cuantos, pasto del fuego, y me costará alcanzar la cima. La situación se complica cada vez más y grito de impotencia.

-Intentaré subirte - me sugiere Neve después de toser de nuevo -, pero estarás solo ahí arriba porque no creo que pueda con ambos. El humo me está afectando. Si no puedo respirar con normalidad, no puedo concentrarme. Lo siento, creí que podría hacerlo.

Tara (Saga SEAL 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora