Capítulo 17

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La oscuridad nos envuelve, pero avanzamos deprisa. Después de un mes usando la visión nocturna nuestros ojos están tan habituados a ella que apenas notan la diferencia después de unos minutos. Hank nos da la señal al llegar al final de la calle y nos dividimos en dos grupos para rodear el edificio en el más absoluto de los silencios. El éxito de nuestra misión radica en mantenernos invisibles ante nuestros enemigos. Nos han prohibido intervenir bajo ningún concepto, salvo que nuestra vida corra peligro.

Sé de uno que estará maldiciendo ahora mismo por lo bajo y deseando llegar al campamento para despotricar libremente sobre las órdenes ante todo aquel que quiera escucharle, e incluso con los que no. Así es él y así lidia con la frustración que todos estamos sufriendo. Porque aunque jamás se me ocurriría decírselo, en esta ocasión estoy de acuerdo con él. Entiendo que no quieran que metamos mano en los laboratorios de armas químicas porque es peligroso si no sabes cómo tratar con esa mercancía, pero deberían permitirnos desmantelar cada almacén de armas básicas que descubrimos. Y han sido ya unos cuantos. Simplemente están desperdiciando nuestras intervenciones porque, en cuanto informamos sobre la situación, envían a otro equipo a hacer el trabajo. Malgastan tiempo y recursos, pero no seré yo el que se lo diga. Ni tampoco Fisher, por más que se queje a todas horas. Loco sí, pero no estúpido.

El edificio que vamos a asaltar esta noche tiene grandes posibilidades de ser un laboratorio de armas químicas. Hemos detectado suficientes movimientos sospechosos a su alrededor durante los cuatro o cinco días que lo hemos estado vigilando como para no tomarlo en cuenta. Sería el primero desde que hemos llegado. 

No consigo quitarme de la cabeza que todo esto no es más que una especie de tapadera. Un engaño para hacer tiempo antes de que nuestras tropas se retiren definitivamente de Siria. No es posible que poco después del anuncio del presidente de la salida de Estados Unidos del país, hayan aparecido de repente indicios claros de actividad con armamento químico. Resulta demasiado conveniente para quienes no querían abandonar la guerra y la mejor excusa para quedarse sin que nadie se oponga. El no haber encontrado todavía ningún laboratorio de esos solo hace que mis dudas aumenten cada día.

Dirijo a mi equipo hacia la entrada trasera y espero la señal de Hank. En cuanto ellos se posicionen, entraremos. Se trata de asaltar el edificio desde ambos extremos para ir reduciendo los riesgos antes de encontrarnos en el interior e investigar más a fondo. Nada de intervenir, solo observar y recabar información para los altos mandos. Ellos serán los que, en última instancia, decidan qué tipo de actuación llevar a cabo y con qué equipo. 

-Adelante - Hank nos contacta por radio y da comienzo a la operación con esa simple palabra. No es necesario decir nada más porque ya lo hemos repasado todo hasta la saciedad antes de salir del campamento. 

Abro la puerta reventando la cerradura con una pequeña cantidad de explosivos que apenas hacen ruido y entramos en silencio, controlando cada rincón de la estancia. Una vez comprobamos que está despejada, pasamos a la siguiente y repetimos la operación. Es un edificio grande y, según nuestras fuentes, que no siempre son de fiar, el supuesto laboratorio está en el sótano, así que nos llevará un tiempo alcanzarlo.

Hacia el final del camino nos encontramos con el otro equipo y continuamos la inspección juntos. Por ahora no hemos tenido que reducir más que a unos pocos guardias que ni hacían bien su trabajo por lo que hemos avanzado más rápido de lo esperado. Sin embargo, la parte complicada llega ahora. Bajar al sótano sin ser detectados y salir del edificio antes de que descubran la ausencia de los guardias no será precisamente un juego de niños y es por eso que Hank nos apremia para que lo sigamos escaleras abajo después de indicar a Loman y Cornell que se queden vigilando la retaguardia. Entrar y salir, ese es el plan.

Nos comunicamos por señas para evitar cualquier tipo de ruido que los alerte y nos acercamos tanto como nos lo permiten las circunstancias. No hay mucho donde esconderse en el sótano porque es un local totalmente abierto, pero tampoco es necesario arriesgarte tanto. Un simple vistazo nos da las claves para descubrir que lo que allí hay no es más que otro almacén de armas. Nada de laboratorios.

Tara (Saga SEAL 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora