-Tú y yo deberíamos...
-Vamos - me llevo a Tara antes de que Fisher intente cualquier cosa.
Su presentación, aunque un tanto incómoda por el modo en que ha dicho algunas cosas, no ha sido tan terrible como me esperaba, así que no le daré tiempo para que lo estropee añadiendo más. Prácticamente arrastro a Tara hacia la barra para alejarla de él y doy gracias en silencio porque Fisher lo respete y regrese con los muchachos en lugar de seguirnos. Lo creo perfectamente capaz de eso.
Antes de presentarlos necesito hablar con ella a solas. No sé si para ponerla sobre aviso o para hacerme a la idea de que estamos cara a cara por fin. Y aunque he imaginado este momento en mi cabeza cientos de veces, ahora que la tengo delante todo cuanto tenía pensado decirle me parece ridículo o fuera de lugar. Creo que la situación no ayuda tampoco. Una vez más las cosas entre nosotros parecen ir de una forma poco tradicional.
-¿Por que está vestido de mujer? - su pregunta me abre el camino y sonrío aliviado. Preferiría no hablar de Fisher, pero es mejor que nada.
-Gané la partida de Paintball - le digo, sin querer darle demasiados detalles porque eso implicaría tener que contarle la parte en la que ella era mi apuesta.
-No sé si puedo imaginarte vestido de mujer - dice entonces dejándome ver una pequeña sonrisa que me encanta. Cuánto tiempo llevo deseando ver sus reacciones cuando hablamos. Un mensaje de texto es tan impersonal.
-Yo tampoco - le dejo creer que esa era la apuesta porque me facilita las cosas. Solo espero que Fisher no se vaya de la lengua -. Así que... estos eran tus misteriosos planes.
-En realidad no - oculta su mirada de mí por un segundo, pero la regresa tan pronto como la ha retirado y su sonrisa hace que mi estómago se contraiga -. Supongo que esto es solo la... celebración.
-¿Qué celebramos? - me incluyo en la pregunta con la esperanza de que pasemos juntos lo que resta de noche.
Vacila, como si estuviese batallando contra algo en su mente. Y tengo la sensación de que este será un punto de inflexión en nuestra relación. Si me lo cuenta, sé que habré obtenido por fin su confianza. Si no lo hace, tal vez nunca la consiga. Si no fuese un SEAL bien entrenado, ahora mismo estaría empapado en sudor por los nervios.
-Hoy fue el juicio con mi ex - dice finalmente y yo quiero saltar y gritar de la euforia que siento porque me lo esté contando, pero me contengo para no asustarla con mi reacción -. Por lo del divorcio.
-¿Y celebramos que ya eres una mujer libre? - aventuro.
-Sí - asiente -. Celebramos que soy una mujer libre.
-No pareces muy feliz - frunzo el ceño al notar su escasa convicción al decirlo.
-Ha sido demasiado fácil - se encoge de hombros -. Con Conrad nada es fácil.
-Bueno - trato de animarla -, los jueces suelen hacerlo fácil. Tienen ese poder.
-Supongo que - su mano recoloca un mechón de su cabello detrás de la oreja mientras agacha su cabeza una vez más para evitar el contacto visual - todavía estoy en fase de negación.
-No terminas de creértelo - matizo.
-Exacto - me mira.
-Permíteme unirme a la celebración - sugiero - y te prometo que al final de la noche habremos logrado que te lo creas.
-Mi prima y sus amigas me esperan - las señala, insegura.
-Pueden venir también. Seguro que a los muchachos no les molesta - señalo a mi vez a mis compañeros -. Aunque parecen intimidantes a primera vista y, alguno un poco loco, son buenos chicos.

ESTÁS LEYENDO
Tara (Saga SEAL 2)
AcciónLas casualidades no existen. Eso es lo que Malachi Simmons ha creído siempre. Pero fue una casualidad la que puso a una mujer esquiva y desconfiada en su camino. Todo un desafío para el SEAL que lleva dentro. Tara no está pasando su mejor momento co...