Capítulo 14

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"Sentimientos encontrados"

Flor

Puedo decir que despertar y verla dormir entre mis brazos, es lo más hermoso que he visto en toda mi vida. Tan serena y delicada, su respiración tranquila, sus facciones perfectas, sus labios entre abiertos al exhalar captaron toda mi atención. No me cansaría de verla nunca, de hecho, es todo lo que quisiera para mi vida. Ahí, en ese momento, es cuando me pongo a pensar por todo lo que pasó, lo que debió sufrir, y la impotencia de no haber estado allí para ella me abruma. Si tan solo hubiésemos tenido la oportunidad de conocernos antes, todo hubiese sido muy diferente a lo que es hoy. El destino la puso en mi camino y a mí en el de ella "hoy", por alguna razón, quizás podamos complementarnos, salir adelante juntas...y ser una sola.

No descarto que será un proceso difícil, mientras acaricio su piel, y sonrío bobamente viéndola dormir, pienso...cuánto toda ella me gusta, de tal forma que jamás me llegó a gustar alguien. No saben cuánto desearía poder obtener más que besos húmedos y caricias excitantes, me haría más feliz de lo que ya soy a su lado. «¿Debo conformarme?», ella me dejó en claro lo que podía brindarme. «Solo sexo», recuerdo sus palabras del primer día en que nos besamos en la azotea...fue estupendo. «¿Como olvidarlo?»

Suspiro profundamente mirando con detenimiento sus labios. Llevo mi pulgar hacia estos y los delineo suavemente...

—No sabes cuánto te quiero Jaz...—

—Y....yo a ti princesa— susurró adormilada.

La miro sorprendida y a la vez atemorizada ante la inesperada ocurrencia de sus palabras. «¿Acaso debería ilusionarme o simplemente creer que fue un balbuceo inconsciente?», su cuerpo comienza a moverse a mi lado, alarmándome. «¿Me habrá escuchado?», no me gustaría ni pensar siquiera, que se lo tome a mal y quiera saber nada mas de mi. Trago saliva con nerviosismo esperando lo peor, sus esmeraldas me observaban fijamente acompañadas de una hermosa sonrisa que tanto me gustaba.

—Buenos días, mi flor— dijo tan dulcemente que fue imposible no sonreír.

—Buenos días linda...— dije inclinándome sobre sus labios para luego besarnos fugazmente.

—Me encanta despertar a tu lado. Gracias por quedarte durante toda la noche—

—No tienes que agradecerme, a mí también me gusta despertar, estar y vivir todo el día a tu lado— asiento sincera.

—Vaya, creo ambas queremos lo mismo— ríe asintiendo.

«Ojalá sea así», pensé.

—¿Cuánto tiempo llevas despierta? —

—Lo suficiente para quedar maravillada viéndote dormir— dije sonrojada. —¿Como dormiste? —

—A tu lado, fue hermoso, me sentí protegida como nunca antes, gracias a mi princesa-—

Río leve ocultando mi rostro en su cuello.

—Jamás pensé que tu dirías eso, de todos modos, me gusta ser yo quien cuide de ti—

—Todos necesitamos de alguien así, y créeme que me hace muy feliz que seas tú, agradezco un montón que hayas aparecido en mi vida, no sabes cuánto te soñé—

Mi corazón se acelera y siento como por un segundo, dejé de respirar.

—¿En verdad me soñaste?, ¿cómo es eso? — dije tratando de ocultar mi evidente emoción.

—Soñé a esa chica que me iluminaria, que creería en mí y me apoyaría a pesar de lo que le contase y que me cuidaría como ha a ella misma. Soñé ser amada, aunque se que no lo aparento, pero es lo que más necesito y que nunca tuve la suerte de vivir. Tengo la necesidad de sentir lo que es el amor para ser completamente feliz, poder rehacer mi vida al lado de esa persona...con esa sonrisa...—

Sus delicados dedos delinean la comisura de mis labios en un toque débil y amoroso como ha un cristal evitando que se quiebre. Mis ojos penetraban los suyos atentos a cada movimiento suyo.

—Y con esos ojitos tan bellos, que al apenas cruzar miradas me hechizaron por completo dejándome atrapada en su mar café. Esa chica...eres tu, mi princesa, mi luz y la flor más bella que jamás pude haber soñado para mí- murmura muy cerca de mi rostro rozando su nariz con la mía. Me dejé llevar cerrando mis ojos tratando de reprimir las ganas de llorar y expresar todo lo que mi corazón sentía por ella, nadie más que por ella.

Trago saliva con dolor y dificultad que hace quemar mi garganta. Me inclino hacia atrás tomando su rostro entre mis manos, y decido romper el silencio de mis labios evitando ser malinterpretada.

—Eres...lo más hermoso que me pasó en la vida, jamás creí que podría tener tanta conexión con nadie y menos con una mujer como la tengo contigo. Yo te quiero Jaz, siento que te conozco de toda la vida, aunque nos conozcamos hace muy poco, que nacimos para estar juntas y acompañarnos mutuamente a cada paso que demos. Esa flor que mencionas no podría sobrevivir día a día si no tiene su rayito de sol iluminado sus mañanas, ambos se necesitan...en ti encontré a ese sol que me da ganas de vivir cada día con más intensidad, disfrutar, divertirme y principalmente..."amar". No sé cómo decírtelo porque temo tu reacción, pero ya no quiero esperar más y necesito soltarlo. Te amo Jazmín—

—¿Qué? ¿tu m-me amas Flor? — dice con sorpresa.

—Lo siento... lo siento mucho, no pude evitarlo, se lo que tú me dijiste que solo sería sexo, pero por más que intente reprimir lo que siento esto es lo que me pasa Jaz— sollozo avergonzada. —Dame una razón por la que aún no hemos tenido relaciones, dime que sientes lo mismo por mí y que quieres que nuestra primera vez sea especial— insisto deseosa de que me confiese sus sentimientos hacia mí. Rodeo mis brazos por su cuello pegándome a ella.

—A ti no puedo mentirte princesa...tú te has vuelto alguien especial y la única razón por la que he podido controlarme contigo es porque siento que mereces lo mejor, ya no es simplemente deseo, ahora tengo la necesidad de amarte, cuidar de ti desde otro lado. Te quiero para mi, mi Flor— acaricia mi mejilla. —También te amo princesa.

Sonreímos emocionadas besándonos con amor. Yo sobre su regazo y ella sosteniéndome por la cintura.

—Luego de la reunión quiero que te vengas conmigo...no voy a dejar que te vayas con Daniel, solas tu y yo, ¿qué dices? — parece tan entusiasmada que me deja insegura.

—Pero... ¿a dónde iríamos? —

—Te prometo que será tal cual tú te mereces— asiente repetidas veces.

—¿Y qué hay de tu familia, tu madre y Lucho? —

Frunce el ceño mirándome fijamente.

—Veo que no te gusta la idea— parece decepcionada.

—No, no es eso, es que...— suspiro. —Hay algo que tú no sabes de Daniel y creo que mereces saberlo— digo firme.

—Creo que estoy entendiendo menos, ¿qué es lo que sabes? — dice con suma seriedad.

—Cuando llegamos, se fue de la casa enseguida, dijo que tenía una reunión importante y no quiso decirme más. En el viaje aquí me aseguro que se haría cargo del testamento de tu padre para que a ti no te toque nada de la herencia. Daniel solamente es tu hermano por parte de padre—

—¿Qué?!— dice impresionada. —Juro que voy a matarlo! — intenta levantarse, pero la detengo colocando mi mano en su pecho.

—Tranquila Jaz, no actúes por impulso— intento convencerla.

—No puedo quedarme de brazos cruzados, no dejaré que se salga con la suya— se repone de golpe saliendo de la habitación.

«Mierda»

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Amores Peligrosos FLOZMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora