Capítulo 24

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"Decepción"

Flor

—¿Amor estas aquí? — susurre bajando las escaleras.

Al despertar no encontré a Jazmín a mi lado, supuse que quizás habría ido al baño, pero efectivamente revise y no estaba allí, así que la siguiente opción que se me ocurrió fue que quizás este en la cocina preparando el desayuno o simplemente haya bajado para tomar un vaso de agua.

Sin embargo, cuando puse un pie en la sala la situación era muy diferente a lo pensado. Jazmín estaba dormida en el sillón de la sala, su rostro apoyado sobre el apoyabrazos y su mano derecha tocando el suelo.

—Jazmín, despierta bebe... — corrí hasta estar posicionada frente a ella y tomar su rostro entre mis manos. —Dios mío que te has hecho...— dije exaltada.

Sus condiciones eran deplorables y el olor a alcohol impregnaba mis fosas nasales. Apenas lograba murmurar cosas incoherentes, con esfuerzo logre enderezar su cuerpo y obligarla a que se sentara correctamente.

—¿Flor? — entreabrió sus ojos con pereza, se veían pesados y dilatados.

—¿Qué paso Jazmín, porque estuviste bebiendo? — pregunto aturdida.

—Lo siento...— susurra débil.

Niego levemente ayudándola a levantarse.

—Tienes que darte un baño, vamos— caminamos a pasos lentos hasta el cuarto de baño. La parte más difícil fue sin dudas subir las escaleras ya que Jazmín no hacia el mínimo esfuerzo por ayudarme a que subiera.

Al llegar, agradecí que estuviera mas lucida ya que logré que se bañara por si misma. Antes de salir de la habitación le deje preparada una muda de ropa para que se cambiara. Lo que necesitaba ahora era estar sola y analizar la situación.

En la cocina no había más que una cerveza vacía sobre la mesada y ningún otro rastro de mas botellas del alcohol. Si Jazmín había estado bebiendo, claramente no fue aquí en la casa.

«¿Pero en dónde?»

Me coloqué un abrigo ya que afuera hacia bastante frio y salí a dar una vuelta. El paisaje a nuestro alrededor era realmente hermoso, una superficie verde muy acogedora, pero sin dudas que el estado del tiempo no ayudaba mucho, el invierno se acercaba y las temperaturas descendían en picadas abruptas.

A orillas del lago me detuve mirando hacia el horizonte, en cuanto el rostro de Jazmín vino a mi mente me fue inevitable quebrar en llanto, escondiendo mi rostro entre las manos. Impotente me sentía, cada día que pasaba temía cuestionarme si realmente podría con todo esto. Hoy, era el día ideal para preguntarme si mi decisión realmente fue la correcta. No dudo de mi amor, ni de mis sentimientos por Jazmín, pero en el fondo siento que ella se me esta escapando, temo perderla, ¡Me aterroriza perderla!, estoy perdiendo la fuerza necesaria para ayudarla a salir a adelante. «Qué debo hacer?»

—Hola... —

—¿Si? — dije quitando las lagrimas de mi ojos encontrando con un hombre alto, corpulento pelo negro y de anteojos. —¿Quién es usted? — digo alarmada.

—Soy Mariano Montenegro amigo de Jazmín, la estoy buscando me enteré que habían venido aquí por Estefany. Tranquila, soy de confianza— dice regalándome una sonrisa.

—Oh si, creo que... lo recuerdo en algún momento Jaz me menciono tu nombre. Un placer— estrechamos nuestras manos.

—¿Estabas llorando? —

Amores Peligrosos FLOZMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora