Capítulo 30 (Últimos capítulos)

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"Enfrentados"

*Leer nota del final*

Sin mas preámbulos...¡DISFRUTEN!

Los efectivos policiales se dirigían a toda velocidad hacia la dirección que habían obtenido del paradero de Jazmín encabezado por el oficial Martínez quien tenía grandes sospechas que iban con desventaja. No obtuvieron éxito con el operativo de allanamiento hacia el supuesto almacén donde Ignazio operaba, por lo que si este estaba enterado del paradero de su objetivo seguramente ya estaban en camino hacia allí.

—Cuando lleguemos quiero te quedes en el auto, ¿esta entendido? — le dijo este a Lucho seriamente.

—Quiero ver a mi hermana— protestó el joven.

—No podrás, no sabemos con lo que nos vamos a encontrar allá, si estás aquí es porque insististe demasiado—

—Pero aun así accedió, le agradezco—

—Ya lo hiciste, antes de subir— suspira algo impaciente.

—Aun así, gracias, no tiene idea cuanto anhelo verla. Parece repetirse esa sensación de cuando por tantos años me falto tenerla a mi lado—

El oficial observaba al joven a través del retrovisor mientras manejaba el vehículo, pero aun así no pudo evitar perderse por unos segundos en las palabras y postura del otro. De verdad compadecía aquel chico y sus palabras lograban llegarle al corazón. Pero se mantuvo al margen sin decir una sola palabra.

...

Jazmin

—¡Vamos despierta maldita! —

Los parpados me pesaban, a duras penas podía abrir mis ojos para observar a mi alrededor ni a la persona que hablaba. Lo siguiente que paso, fue sentir un baldazo de agua fría caer sobre mi rostro y cuerpo mojándome por completo. Ante el impacto del agua un pinchazo se produjo en la parte baja de mi abdomen provocando que me retorciera hacia adelante soltando un gruñido de mis labios. Pude percibir que mis manos estaban atadas a mis espaldas y me encontraba sentada en una silla.

—Parece que la bella durmiente ha despertado...—

—¿Q-que...?—

Susurre aturdida, con los labios entreabiertos y un leve temblor en estos mis palabras salían débiles y perdidas.

—¡Deja de jugar conmigo, maldita sea! — golpeó mi hombro y por un momento creí que caía al suelo ya que la silla se tambaleo de tal manera como si hubiese habido un temblor debajo de mí.

—Señor...ha perdido mucha sangre, debemos curarla—

—Si bueno...digamos que eso no seria un problema si no la hubiese apuñalado ¡idiota! — grito exaltado.

—¿I-Ignazio?—

—Vaya, aun me recuerdas— dice entusiasmado. —Es bueno reencontrarnos, lamento lo que mi hombre hizo contigo, pero...parece que no quisiste cooperar con ellos, incluso por tu culpa perdí a uno de mis mejores hombres— siento su respiración muy cerca de mí. Aun me es difícil enfocar mi vista en algo.

—Si fuese...— suspiro tomando aire para continuar. — Un hombre de verdad no hubiese perdido con una mujer que era la mitad de su tamaño, ¿no te parece? —

Oigo su risa sarcástica penetrar mis oídos.

—¿Te crees muy lista verdad?, pero... lo cierto es que no eres nada mas que una zorra, sin familia, una delincuente mas sin ningún valor, alguien más del montón.

Amores Peligrosos FLOZMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora