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Él no entendía en verdad como ella podía llegar a ser tan coqueta

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Él no entendía en verdad como ella podía llegar a ser tan coqueta. Era jodidamente dulce y sexy. Justin con cada nota deseaba conocerla con más ansias, a la mierda, él la deseaba, la quería, necesitaba saber quien era ella. Como podía ser tan poco tímida. Quería conocerla y arrancarle las palabras mientras la comía. Quería olerla, quería oler aquella fragancia (que apenas descansaba en el papel) en ella. Quería besarla. Justin quería hacer muchas cosas con ella y la principal era conocerla.

Su desesperación crecía con más fuerza y las ganas por descubrirla eran mayores y es que él solo necesitaba una pista de ella para que su necesidad fuera más fuerte.

Ella estaba proponiendose a él. Ella estaba queriendo jugar. Él quería jugar. Y si ella estaba diciendole que estaba dispuesta, ¿Quien era él para detenerse ante eso? Estaba tan dispuesto o más que ella.

La fuerza con la que estaba respirando era un indicativo. Él estaba duro y su piel hormigueaba. Ella le había escrito mientras estaba excitada. Contra su maldito casillero. Sus ojos se cerraron imaginando un pequeño cuerpo jadeante en aquel pasillo de la preparatoria, contra su locker, mierda, Justin tuvo que tomar aire y retenerlo. Estaba jodidamente duro en sus pantalones por eso y debía calmarse pues estaba en clases, en la última del día en realidad.

Él en verdad no entendía como era posible que ella lo pusiera de esa forma. Jamás había estado así por alguien y menos por alguien que no conocía. Justin no negaba que tenía un corto historial de novias en la preparatoria, pero tampoco negaba que nadie lo había puesto así. Con la tremenda necesidad de descubrir más. La duda permanecía en él. No había un momento desde que había llegado la primera nota que no se preguntaba quien era ella. Y en ese momento ella estaba haciéndole una propuesta muy generosa.

Justin ni siquiera tardó en recoger sus cosas cuando el timbre sonó, siendo el primero en salir y corriendo por los jodidos pasillos. Tenía que apresurarse y escribir una nota para ella y ponerla en su casillero antes de que las clases se acabaran. Y él apenas se estaba deteniendo ante todos los estudiantes que se cruzaban en su camino y chocaban contra él. Que lo asparan, todos trataban de salir y él era el único que estaba chocando como un loco contra todos en dirección a dónde se encontraba su locker. 

Él dio apresurados saludos a algunas chicas y chicos que se encontraba, pero no lo detuvo de aminorar el paso, y menos cuando los pasillos empezaban a ponerse más desiertos a medida que seguía caminando. Estaba tan jodidamente cerca y tan silencioso que al girar en la esquina tuvo que detenerse de golpe. 

Sus vellos se erizaron y apretó con fuerza la mochila que se encontraba en sus manos. Él no tenía ni la más remota idea de si era ella pero eso no evitaba que su respiración se acelerara. Alguien estaba en frente de su casillero. Mujer estaba seguro por lo pequeña que podía ver desde los metros que los separaba. Una enorme camisa la cubría por completo y cargaba con una mochila en su espalda, una gorra ocultando su rostro. 

Justin tuvo que detenerse a no correr hacía dónde la chica se encontraba. Tuvo que poner todo de su parte para no gemir cuando vio como ella daba unos cuantos pasos y tocaba la puerta de su casillero, como al estar separados pudo notar como ella deslizaba un papel por una de las ranuras. Mierda, era ella, y él estaba vuelto un revoltijo de nervios y de excitación. 

—Hey. —Él medio gruñó, habló con fuerza. Provocando que ella se sobresaltara. Alejándose de golpe de su casillero. Él respiró con más fuerza. Viendo como ella respiraba de la misma forma, pues nada en el jodido pasillo se podía escuchar a excepción de las apresuradas respiraciones que los dos daban. 

Ninguno de los dos se movía, y él ni siquiera había sido capaz de ver su rostro, la enorme gorra estaba haciendo un trabajo excelente y el estar unos metros alejados ayudaba. Y cuando él quiso dar el primer paso el silencio fue interrumpido por una manada de chicos que venían en dirección de dónde ella se encontraba... Directo a él. 

 —¡Bieber! —Justin maldijo despacio y cuando vio que era su equipo. 

Él ni siquiera los miró después, estaba viéndola a ella. Tan quieta como él lo estaba. Tan quieta que él no predijo cuando ella giró y empezó a caminar lejos de él y de los otros. Justin se movió con rapidez, ni siquiera pensándolo cuando trató de alcanzarla. Cabreado cuando sus chicos lo detuvieron para hablarle sobre la próxima partido. Su mandíbula doliendo cuando no prestaba ni un poco de atención y solo veía como ella se alejaba un poco más. 

Jodanlo, apenas y podía haberse deshecho de ellos, y el silencio había reinado otra vez cuando lo habían dejado solo. Tenía que ser un infierno aquello. La había tenido tan cerca, tan malditamente cerca que su piel hormigueaba y su respiración era una mierda y el que estuviera duro no ayudaba ni un poco. 

La puerta de su casillero fue abierta de golpe y leyó con desesperación la nota: 

 Hey Bieber

Quiero verte, y no verte de lejos, quiero tenerte cerca, tan cerca que pueda tocarte y sentirte, y se que está mal pero no evita que desee hacerlo o que quiera decirlo❞.

Justin no dudó ni un segundo cuando tomó el primer boligrafo y arrancó con fuerza un pedazo de papel, escribiendo apresuradamente: 

❝Hey nena.

Juro que estoy desesperando y que te hubiera tenido así de cerca no ayuda. Dame tan siquiera una pista y prometo que no te arrepentirás, bebé. Pon el jodido lugar que quieras y la hora que desees y voy a jugar contigo tan duro que vas a estar tan mal como yo lo estoy por ti ❞. 

Les prometí sorpresas y vaya que les quise dar una enorme❤

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Les prometí sorpresas y vaya que les quise dar una enorme❤.


Hey, BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora