Astrid
— ¿Sigues teniendo pesadillas?
—Sí.
—¿Quieres contarme sobre ellas?
—Siempre es lo mismo, yo en el laboratorio trabajando, cuando me doy cuenta de que no tengo salida y él está ahí sujetándome sin poder escaparme.
—Astrid lo que sueñas son recuerdos algo alterados, algo normal. He tratado con varias mujeres como tú y sé, que tarde o temprano lo vas a superar, pero no encerrada en casa de tus padres. Sal con tus amigos, da un paseo, ve al cine porque si te quedas encerrada pensando siempre en lo que pasó, esas pesadillas no se irán.
—Doctora, sé que tengo que seguir con una vida normal para superar esto, pero no tengo ganas de salir, solo estar en casa leyendo o viendo alguna película. No quiero amargar a mis amigos cuando son felices con su vida, o amargar a cualquiera por eso es mejor que esté en mi habitación.
—¿Cómo sabes que los vas a amargar si no has quedado con ellos? Quizás te sorprendas.
Debo reconocer que ahí me ha pillado, así que me quedo callada. Estoy con mi psicóloga Helena una vez más, pasando ya dos meses. Es bastante buena porque con aguantarme ya se ve que es una persona paciente, le costó bastante hacerme hablar sobre lo sucedido. Yo no quería venir, les dije a mi familia que lo superaría sola, pero ni la policía ni ellos me dejaron, así que mi hermano e Isabel me arrastraban hasta aquí las primeras veces y yo pasaba casi la hora entera callada hasta que un día me tocó la fibra sensible y me dijo que era una cobarde y que iba a dejar que él ande tranquilo por las calles cuando lo puedo evitar. A partir de ese entonces, empecé a hablar, salvo en este momento.
—Me tomo tu silencio como que no sabes cómo se sienten tus amigos. Inténtalo, aunque sea que vaya a tu casa a tomar un café. Es una buena manera de empezar, y de ahí, salir con ellos, aunque sea un rato.
—Lo intentaré. —Puede que sea una buena idea, además echo de menos las pequeñas peleas que tenía con los chicos.
—Perfecto, espero que la próxima semana me cuentes si han ido y que tal ha ido. Hemos terminado por hoy. —Se levanta para acompañarme a la salida y llamar al siguiente.
—Gracias, hasta la semana que viene. —Me despido.
—Adiós Astrid. Hola Fernando, pasa.
Con eso miro mi móvil mientras estoy en la sala de espera para ver si Isabel me ha mandado un mensaje diciendo que está abajo esperándome. Y ahí está, el mensaje de Isabel, así que bajo y en la puerta está, la abrazo y vamos al coche donde nos está esperando mi hermano.
Después de lo que me ha pasado, no he podido analizar bien la relación entre Isabel y mi hermano, pero veo que se complementan como si fueran piezas de un puzle. Y podrían estar mejor si no fuera por mí, yo soy la causante de que no disfruten de su amor con plenitud. Tengo que intentar lo que me ha dicho la doctora, de salir para hacerlos felices y a mis padres, aunque no me apetezca, pero están apoyándome cada día para verlos al final del día tristes por mí. No es agradable.
Estamos de camino a Puerto Real, a casa de mis padres, donde estoy viviendo temporalmente. Podría haber ido a una psicóloga de aquí pero el doctor que me atendió en el hospital me recomendó a Helena así que sigo yendo a Jerez.
Está Justin Timberlake cantando de fondo ''Man of the woods'', mientras miro por la ventana.
—Nos hemos encontrado a Noel en una cafetería que hay cerca de Helena. —Espera ¿he oído bien?
—¿Qué? —Quizás no la he entendido bien.
—Que hemos visto a Noel. —No, la entendí a la primera. Joder, él no, aunque era cuestión de tiempo. Después de lo que le dije en el hospital, mucho ha tardado en volver a aparecer, aunque de manera fortuita. No debería haberle hablado de esa forma en el hospital cuando estaba preocupado por mí, pero era lo que sentía en ese momento.
—¿Y te dijo algo?
—Me dio recuerdos y que no dejaba de pensar en ti. —Es algo que diría él.
—Vale. —No sé qué más decir. Con todo lo que ha pasado, sigo sin estar preparada para confrontarlo para al menos pedirle perdón por los gritos que le lancé en el hospital.
—Se le veía mal, estaba como triste ahí solo desayunando.
Yo no le contesto, sé lo que trata hacer, hacerme sentir pena por él y que intente hablar con él, aunque sea por el móvil, pero no va a pasar. Isabel se calla, así que escucho la música que hay en el coche. Mi hermano no ha hablado en ningún momento, aunque sé que no le hace gracia Noel, al menos en estos momentos, no se fía de ningún hombre, aunque Isabel, seguro, que lo está convenciendo de que es un hombre de confiar.
—Deberías llamarlo, aunque sea para preguntarle cómo le va. Seguro que se alegrará y así le podrás decir por ti misma que estás bien. —Isabel vuelve a la carga.
Estamos llegando a la casa de mis padres, aparca cerca de la puerta y me bajo del coche. Saludo a Syrah mientras le contesto a Isabel:
—Lo pensaré. —No le da tiempo a contestarme porque entro en casa, saludo a mis padres y me voy para el bosquecito que hay detrás de la casa de mis padres. Necesito pensar y sé que nadie me molestará salvo Syrah aunque a él se lo perdono.
El 22 de mayo está cerca, el primer día de juicio, donde veré a Pablo por primera vez de lo ocurrido. Solo de pensar en su nombre me pone la piel de gallina. No puedo hacerle creer que me ha ganado, que soy una débil y tengo que empezar haciendo caso al consejo de Helena, llamar a mis amigos y quedar aquí para tomar un café y charlar sobre lo ocurrido, y lo demás ya lo iremos viendo. Y quizás le haga caso también a Isabel y llamar a Noel, aunque eso será más adelante.
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Reserva [Añejo #2]
RomanceEs la continuación de Añejo, donde Noel, dolido por como ha terminado con Astrid, decide esperarla y que se recupera para poder demostrarle que están hechos el uno para el otro,. Pero no todo será fácil con Astrid dolida por lo que le he pasado. ¿Se...