Capítulo 15

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Astrid

 Vuelvo con mi familia y noto la mirada seria de mi padre. Sé que no le ha gustado que charlara con Noel, pero no se tiene por qué preocupar. Él no me ha hecho daño en ningún momento, ha sido al revés.

Voy a subir al coche con Isabel, pero mi padre se acerca y me dice que suba con ellos mejor. Bien, parece que me toca charla. Espero que no sea muy pesado porque después del juicio no me apetece hacer nada salvo ir al porche y relajarme.

Nos subimos al coche todos salvo Isabel que va en el suyo propio. Supongo que vendrá a nuestra casa también para relajar un poco el ambiente al menos.

—Ese chico no te conviene. —No ha esperado ni a que saliera del aparcamiento para empezar la charla.

—¿Por qué lo dices?

—Él quiere algo más que una amistad, aun sabiendo que no estas preparada.

—Sí, la diferencia es que él no me va a hacer daño si le digo que no.

Se calla mi padre mientras sigue mirando hacia delante. Veo por el rabillo del ojo a mi madre que me está mirando. Hace el gesto de que me calme, pero no me da la gana, ha sido mi padre el que ha empezado.

—No me gusta, siento que no te hará daño de esa forma, pero sí de otra.

—¿De qué forma entonces? —Espero llegar ya porque no aguanto esta charla con mi padre. Esperaba que me apoyara, pero veo que no será así.

—Que te rompa el corazón. —Dice muy serio, pero yo empiezo a reírme.

Me miran como si estuviera loca, pero no saben nada de la relación que tuvimos, de cómo es él y de como soy yo.

—Papá, la única que persona que ha roto un corazón aquí, soy yo. Yo le hice daño, no al revés. Si fuera otra persona, no se hubiera acercado a darme su apoyo. Ha estado ahí porque le importo y porque quiere una segunda oportunidad, y si quiero, se la doy.

—Te vas a equivocar.

—Bueno, una equivocación más en mi vida. Peor no voy a estar desde luego.

—Calmarse un poco antes de que digáis algo de lo que podáis arrepentiros. —Mi madre intentando calmar el asunto y lo ha conseguido durante unos minutos. Estoy molesta con él porque le está dando más importancia la conversación que he tenido con Noel que lo que ha pasado en el juicio.

Llegamos a casa, seguida de Isabel que ha estado detrás todo el tiempo. Salgo del coche y escucho a mi padre decir:

—Ese chico no vale la pena.

—Perdona, ¿qué has dicho? —Espero que no esté hablando de Noel.

—Que ese chico, Noel, no vale la pena.

—Y es así, ¿Por qué lo dices tú? Mira papá, me resulta increíble que le estés dando tanta importancia a la conversación que he tenido con él, a lo que ha pasado en el juicio.

—Me preocupa el juicio y que no salgas dañada por ningún chico. —Estamos chillando ahora, esto ha ido a más y ni mi madre podrá calmarnos.

—No puedes protegerme siempre papá.

—Si puedo, lo haré.

—Y te lo agradezco, pero no podrás. Si quiero salir con Noel, lo haré, y si me hace daño, es error mío.

—Sí, error de que te avisé, como te avisé de Pablo y no le diste importancia.

—Sí, y lo siento por no hacerte caso.

Reserva [Añejo #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora