Capítulo 23.

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Me sentía muy mal, me la pasaba llorado, no fui a la escuela por una semana, y Magnus no respondía mis mensajes, sabía que estaba mal pero lo necesitaba a Magnus, toqué la puerta y el me abrió tambaleándose.

-¡Alexander!, ¡pasa vamos!

Entré había varias botellas en el piso.

-Magnus y ¡¿tus padres?!

-¡¡En el trabajo!! ¡¡Solo piensan eso!! ¡¡Se olvidaron que también tienen otro hijo!!

Se rio.

Vomito en el piso. Se limpió la boca con su suéter. Mierda... Se cayó a lado de su vómito.

-Magnus...

Solo estaba dormido. Lo cargué a su habitación que estaba hecha una mierda. Le quité esa ropa que apestaba, no sabía si cambiarle la ropa interior... pero lo hice. Limpie su cara... amaba esa cara, ahora tenía ojeras, pero no dejaba de ser hermosa.

Limpie su cuarto y bajé a limpiar su vómito, recogí las botellas.

Todos tomamos de manera diferente la muerte de una persona que queremos, cada quien tiene su forma de afrontar el dolor, ¿Cómo lo haría Magnus?, ¿seguiría así?, esperó que no.

Entré a su habitación y me senté en la silla de su escritorio para verlo dormir. Esta sería una etapa difícil para nosotros, saldremos de esta juntos.

-¿Alexander?

-¡Magnus! despertaste.

-Mi boca sabe a mierda.

Sonreí.

-Ten, son para tu resaca.

Le di las pastillas con un vaso de agua.

-¿Me cambiaste la ropa?

-Sí, vomitaste.

-¡¿Frente a ti?! ¡¡Oh dios!!

Escondió su cara en sus manos.

-Vamos Magnus, soy tu novio no me voy a ir porque vomitaste.

-Está bien... necesito ir al baño.

Se fue. Había llegado a las nueve de la mañana y eran la una de la tarde.

-No recuerdo, cuando llegaste.

-Me abriste la puerta como a las nueve, empezaste a hablar y vomitaste, te desmayaste y te traje hasta tu cuarto.

-Limpiaste mi cuarto.

-Sí, espero que no te moleste...

-Alexander, eres el mejor.

Se sentó en mi regazo y me besó muy dulcemente y con cuidado, como si me fuera a romper. Junto nuestras frentes.

-Alexander... prométeme que tu no me dejaras, no te puedo perder a ti también, eres lo único que me recuerda que estoy vivo... no quiero vivir sin ti... Quiero estar contigo.... no lo soportaría.

-Te lo prometo, no te dejaré... solo hasta que tú me odies.

-Jamás pasará.

-Lo sé.

-Te amo.

-Te amo.

Lo besé, sus labios eran tan suaves, me sentía seguro con él, completo.

Te lo prometí. (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora