Parte 2. "Reencarnación" Cap 3.

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Tres largos meses luego...

-Alexia, ¿viste mi uniforme? eres la única que vive conmigo. 

-Si, aquí está. 

-Gracias. 

-¿Pudiste recordar nuestra amistad?. 

-No. Pero te estoy conociendo, tres meses desde que desperté, empecé desde cero. Pero no me importa hacer amigos. 

-No debes de ser tan anti-social. Eso te conlleva a depresión... y otras cosas feas. 

Melanie encogió los hombros y entró al baño. 

-Tu no eras así, Mela. Te extraño. 

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-¡Alexia! ¡El auto bus llegó!.

-¿Desde cuando te gusta tanto la escuela?. 

-Se llama responsabilidad. Sin estudios no se llega a ninguna parte. 

Salieron de la casa, subieron al auto-bus, y allí estaban todas. Todas las personas malvadas que criticaban a la nueva Melanie por ser suicida, depresiva, POR SU PERSONALIDAD. 

-¡Miren quien llegó! ¡La chica rara!. 

-¡RARA! ¡RARA!.-empezaron a gritar todos-.

Alexia nunca hacía nada cuando esto pasaba. ¿De que servía?. Melanie jamás la recordaría. Ya la había perdido. 

-¿Puedo sentarme aquí? O...

-Siéntate.-dijo un desconocido de forma seca-.

-Gracias.-respondió Melanie-.

El chico desconocido continuó con los suyo, mirar para afuera sin ninguna distracción posible. 

Hace tres meses Melanie no veía a Alan, desapareció cuando se dio cuenta de que había perdido a su novia para siempre, que a ella ya no le interesaba. Porque ella no era Melanie. 

Llegando a la escuela el auto bus paró, bajaron todos los estudiantes, quedando por último aquellos dos chicos. Melanie y el desconocido. Al parecer era nuevo. 

Bajaron separados y se fueron cada uno por sus lados. Melanie se quedó mirándolo ni bien bajó, ese chico era la versión masculina de ella en cuanto a su personalidad. 

Entró finalmente, ni bien abrió la puerta empezaron a tirarle con huevos, harina, barro. Empezaron a acercarse a ella y cayó al suelo, se lastimó las rodillas pero a ella el dolor le gustaba. ¿Que si le molestaba? Claro, pero ya estaba acostumbrada a que le hicieran bullying. 

-¡HEY! ¡DÉJENLA!.-dijo una voz desconocida apareciendo de repente-.

Ella se levantó cuando todos pusieron la mirada en aquella persona. 

Salió corriendo para un baño, estaba harta de tener que repetir esos hechos todos los días. 

Agarró su cuchilla, un elemento muy chico, demasiado filoso. Lo deslizó por su blanca piel, suspiraba mientras que de sus ojos salían lágrimas de dolor. 

Por encima de sus otras heridas empezó a hacer cortadas, la sangre recorría sus brazos y caía en gotas en la mesada del baño. Se tiró al piso y ahí quedó, con sus brazos derramando sangre, su cara pálida como de costumbre, la cuchilla manchada en su mano. 

Se abre la puerta lentamente, aquel chico del auto bus entró. Aquel chico la había defendido. Pero ¿Por qué? Si no la conocía, si era un desconocido para todos. 

-Hay no...-dijo-. 

La alzó en sus brazos, le lavó la sangre y sacó de su mochilla gasas y agua oxigenada. 

Agarró el agua y un poco de papel, lo colocó en las heridas provocando pequeños jadeos de dolor por parte de la chica. Provocaba un ardor en ella insoportable, pero pudo lidiarlo. 

-P-¿por qué? ¿Por qué lo haces? no te conozco... no me conoces. 

-Estoy en contra de todo ese tipo de cosas. No dejaría que te lastimen. A parte, me caíste bien en el auto bus.-dijo-.

-Pero si no hablamos. 

-A simple vista.-sonrió-.

-Ah, arde.-dijo-.

-Espera un minuto, y ya no dolerá. 

Sacó cinta, y pegó la gasa en cada una de las heridas. El sangrado paró, el dolor también. Ella solo podía sentir el palpito en los brazos, pero nada más. 

Luego se  sentó al lado de ella, quedando uno en la mirada del otro. 

-Me llamo Andy... Andyno Castillo. 

-Me llamo Melanie Kilgora, gracias Andy... por esto. Soy una débil, una cobarde, una patética.-dijo cabizbaja-.

-No te preocupes, yo lo hago también. 

-¿Por qué?. 

-Por la presión que llevo conmigo, por mi trastorno de depresión, porque me odio. ¿Tú? ¿Por qué?. 

-Sufro bullying, sufro trastorno depresivo como tu, también me odio. 

-Supongo que tenemos las mismas cosas en común, solo que yo no sufro bullying, no permito. Seré tu defensor, no te volverán a tocar ni un pelo conmigo cerca. 

-¿Por qué lo haces?. 

-No puedo decirte la verdad ahora. No lo entenderías. 

"MITAD HADA MITAD VAMPIRESA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora