Parte 2. Reencarnación. Cap 7.

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Como cuando te sentís horriblemente mal y necesitas un abrazo pero no hay nadie. Como cuando te encontras en un horrible callejón sin salida, buscando luz infinitamente inalcanzable. Como cuando caes en profundo sueño y no queres volver a despertar. Como cuando el llorar es el único remedio para no lastimarte. 

Así se sentía Melanie. 

Así se sentía Eva. 

Así se sentía Andyno. 

Porque son el trío que cree que no pertenece a este mundo. Porque no tienen a nadie que los abrace, los aconseje, los saque de la depresión. Los apoyen. 

No les queda otra, que concurrir a apoyarse entre ellos, después de todo son los únicos que se entienden entre la multitud de la gente.

                  Despertó sin ganas de enfrentar otro día. 

Era de mañana, la casa sola, sin un mínimo ruido por la ausencia de la insignificante presencia de Alexia.

Se levanto luego del poco dormir de la noche al fin. Lágrimas secas se podían sentir en sus mejillas, como era de costumbre. Entró al baño, agarró su cuchilla y la deslizó suavemente por sus brazos, calmando el dolor interior. Aprovechó la soledad, para hacerlo en paz sin ninguna interrupción ni fingimiento de importancia. ¿De que servía? No dejaría de hacerlo después de todo.

El día era caluroso a pesar de ser una mañana de pleno invierno, no obstante, Melanie se puso una remera negra, que tapara sus lastimados brazos para disimular. No le importaba si hacía calor, si el color negro atraía al sol, simplemente se vestía como de costumbre: NEGRO, como su pasado, como su futuro. Su vida era negra, sin embargo ni una pizca de sol se acercaba a ella, ni una porción de iluminación alumbraba su, para ella, insignificante existencia. 

Se suponía que ese día se verían con Eva y Andyno, para hacer el trabajo de la secundaria, que si no fuera por lo responsables que eran, no tendrían el suficiente alto auto estima como para poder ocupar la mente en perdidos pensamientos escolares. 

Se lavó finalmente sus lágrimas, tuvo piedad de sus brazos y dejó a un lado la cuchilla, quitando la sangre con el transparente agua que terminaba siendo roja estancada. Salió de su cuarto al fin, sus ojeras eran notables, sus brazos no todos recuperados goteaban insignificantes gotitas de sangre que marcaban un camino hasta la cocina. Sin ser consciente de esto. No comió nada, sus brazos dolían demasiado, no tenían la fuerza siquiera para agarrar un cubierto, un vaso. Se quedó en el living, sentada en la silla al frente de la mesa, colocó su frente en el marco de esta, y lágrimas infinitas empezaron a salir nuevamente. Ella solo vivía para sufrir. ¿Por qué no suicidarse? Después de todo estaría mejor en otro lugar. 

Aún así, tuvo por lo menos el valor de contestar el teléfono, su voz se oía quebrada por las lágrimas y el dolor de sus brazos, de su boca solo salían oraciones sin sentido, no tenía siquiera la fuerza para hablar, estaba totalmente destrozada, totalmente perdida. Ya no tenía remedio, ya no podría curarse de aquella enfermedad. >>La depresión<<. >>La perdición<<.

El horrible ruido que dañaba los oídos de la joven sonó, se levantó con dificultad y a paso lento se dirigió a la puerta, allí estaban Eva y Andyno, nunca con una sonrisa. 

-Pasen.-dijo como pudo-.

-Te ves mal Melanie.-dijo Eva-.

Melanie solo asintió. 

-Estoy perdida ¿no lo creen? ¿que función tengo en esta vida? ¿¡qué maldita función tengo en esta vida!?.-se salió de control, cayó al piso llorando sin compasión-.

-Calmate Melanie, nosotros tampoco sabemos cual es la función de nuestra presencia en este asqueroso mundo.-dijo Eva tirándose con ella-.

-¿Por qué lo hacen? ¿por qué me ayudan?.-preguntó-.

-Tú me ayudaste también ¿verdad?. 

-Fue una sola vez, mira como estas ahora. Estamos mal chicos, estamos enfermos, no podré continuar viviendo, no se preocupen por mi.-dijo rendida-.

-¡Oye!.-exclamó Andyno-.

Melanie alzó la mirada con sus lágrimas aún tocando el suelo. 

-¿Tú te crees que nos rendiremos tan fácil? ¿tú crees que porque no podemos controlar las diversas lágrimas que nuestros ojos derraman no podremos continuar? Con tu alto coeficiente emocional e intelectual ¿tan rápido te rendirás?. Si nos apoyamos entre los tres ¿lo podremos lograr? eso les pregunto. 

-Tú no sabes lo que yo siento.-dijo Melanie-.

-Si, si lo se porque lo vivo. Ambos tres somos personas depresivas, personas sin rumbo en la vida, pero eso creemos nosotros. ¿Qué sabemos lo que podemos lograr si no lo intentamos?. Nosotros nos auto lastimamos, nuestro auto estima está enterrado a mil kilómetros bajo tierra. Aún así voy a intentar avanzar, salir de esto, encontrar la felicidad. 

-No sé como tienes el valor de decir todo eso.

-Lo intento.-respondió a Melanie-.

-Andy tiene razón Melanie, si nos apoyamos entre los tres, podremos, te lo aseguro. 

-¿Tú lo dices?. ¿Justamente tú?.-preguntó-.

-Lo sé.-dijo cabizbaja-.

-Perdóname, perdona.-dijo en fin-. Yo lo voy a intentar, pero si ustedes no estuvieran conmigo yo ya no estaría viva, me encontraría en un lugar mejor.

-¿La muerte? Si, a veces pienso que estaría mejor allí. Pero para conocer la muerte primero tenemos que saber lo que es la vida, y si no sabemos de que se trata esta, nunca llegaremos a morir realmente. 

Ellos primero murieron, luego vivieron. 

&quot;MITAD HADA MITAD VAMPIRESA&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora