Don Limpio¹ // Changlix - Stray Kids [TERMINADA]

7: Te quiero

-En este capítulo hay violencia tanto verbal como física.

Unos años antes

Un pequeño Changbin se encontraba sentado en el suelo, con las piernas cruzadas y mirando hacia el suelo. Su respiración era agitada e intentaba controlarla, pero era imposible. Su corazón latía cada vez más rápido pero, en cuanto escuchó el sonido de la cerradura de su habitación, su corazón y su respiración pararon de golpe, como si se hubiese congelado.

Sabía lo que vendría ahora.

Era como una rutina.

La puerta se abrió y dejó a la vista una figura alta recortada por la luz que venía del pasillo.

El pequeño no debía de mirarle, pero le era imposible. Y en cuanto lo hizo, una mano le agarró del cuello de su camiseta y le tiró al suelo, con violencia.

-Qué te dije de mirarme. No debes hacer eso.

-Lo sien...

-Ni hablarme.

Changbin se frotó el el hombro dolorido por el golpe y volvió a sentarse igual que estaba antes mientras que la figura alta cerró de nuevo la puerta, haciendo que la habitación volviese a quedarse a oscuras, iluminada simplemente por la luz que provenía de las farolas de la calle.

-¿Qué tal tu tarde, Changbin? Aburrida, ¿No?-La voz sonaba por todas partes, como si de un ente se tratase, pero aquella persona rodeaba al chico, mirándole con ojos acusadores- La mía ha sido estresante. Horrible. Me han caído represalias y se han cabreado conmigo.

Silencio.

De pronto una mano, la misma que le había tirado al suelo hace unos minutos, le tocó la nuca, acariciando el pelo de su coronilla. Ante esa caricia sintió un escalofrío horrible que le recorrió toda la columna y llegó hasta los dedos de sus pies los cuales se crisparon de dolor.

-Eres tan buen chico, Changbin... no dices ni una palabra mala. Que aprendan de ti tus amigos...

La voz grave le taladró los oídos, haciendo que temblara bajo el poder que tenía sobre él, pero esta vez se acercó a su oído para susurrarle.

-Changbin, te quiero.-Su voz sonó como de ultratumba, poniendo los pelos de punta del más pequeño.- Sigamos por donde lo dejamos ayer...

                             *****

Changbin se levantó con violencia del sofá, apartando su mano de la de Felix y tirando, a su paso, cojines y bolsas de comida. Se fue apartando lentamente de él, tropezando con los pies de Minho y de Jisung, que miraron al joven con preocupación.

-¿Changbinnie?-Chan se levantó del sillón y se encaminó hacia el.-¿Estás bien?

-Me ha tocado...-Apenas fue un susurro mientras caminaba hacia atrás y miraba fijamente a Felix, como si del mismísimo diablo se tratase.

-¿Qué?-Chan miró a Felix, quien estaba con una cara mezcla de tristeza, preocupación y de haberla cagado por completo. Luego volvió a clavar sus ojos en Changbin.-Changbin, Changbinnie. Tranquilo. Por favor. No te va a pasar nada. No te harán nada.

El pelinegro, al andar hacia atrás, tropezó con la mesita auxiliar y cayó al suelo, con los ojos muy abiertos y apretando los dientes. Se llevaba la mano al pecho, justo encima del corazón y respiraba entrecortadamente. Todos se giraron hacia el chico y Jeongin gritó preocupado por su amigo.

-¡Chan, le va a dar un ataque!-Gritó el más pequeño de la sala.

Hyunjin y Chan fueron los primeros en acercarse al pelinegro e inclinarse sobre él. Su mirada estaba perdida en algún punto de la habitación y su pecho subía y bajaba rápidamente. Chan colocó su mano en la frente del chico, ya que en esas condiciones Changbin no podía reaccionar y, efectivamente, estaba ardiendo.

-Le está dando uno de sus ataques. Hyunjin, -Se giró hacia su compañero-Ve a por paños húmedos.

Y sin decir ninguna palabra más, subió corriendo las escaleras y desapareció.

Felix estaba mirándose las manos, abrumado por lo que acababa de suceder. Había sido un leve roce con sus dedos. No había sido ni eso. Había tocado su mano y al instante se había retirado y había... pasado eso. Su mirada se alzó por encima del sofá, dejando ver a Chan y a Seungmin sobre él, este último ayudando al mayor a colocar la cabeza de Changbin sobre sus piernas. Acariciaba su cabeza diciéndole cosas al oído, con un tono suave y tranquilizador.

Los demás chicos estaban inmóviles, quietos en su sitio sin saber qué hacer en ese momento, incluso Jeongin se tapaba la cara con ambas manos para ocultar sus lágrimas.

Chan tenía experiencia en aquello, la verdad. Habia presenciado anteriores ataques de su mejor amigo y este no era uno de los peores. Tenía la frente húmeda con un sudor frío que hacía contraste con su frente ardiendo.

De pronto llegó Hyunjin, con un par de toallas húmedas. Ofreció una a Chan y la otra se la quedó él, dando suavemente con un lado en la frente del chico que ahora estaba inconsciente.

-Chan, ¿Se pondrá bien? ¿Tendremos que ir al hospital?

-No, no, Hyunjin, no hace falta. Se pondrá bien. Hay que darle tiempo-Miró al chico y le sonrió para tranquilizarle, aunque era el otro el que manejaba mejor las palabras para tranquilizar o para dar consejos.

-Vale, vale, te creo.

De pronto una cabeza rubia se levantó del sofá y se dirigió hacia Chan.

-Ha sido mi culpa.

-No es culpa de nadie, Felix, de nadie que se encuentre en esta sala.

-Pero yo le he tocado. Y no debería haberlo hecho.

-No es el hecho de que lo hayas tocado tú, si no que un puto monstruo lo haya hecho hace añ---

-Chan...-Hyunjin dijo su nombre en un susurro, avisando al chico de que no se pasara al contar todo aquello.

Felix se había quedado mudo. Sin palabras. Incluso sin saliva en la boca. Si había escuchado bien... ¿Alguien había tocado a Changbin? Tocado... ¿Abuso? ¿Maltrato? ¿Habían abusado de Changbin?

-¿Es... eso cierto?

Chan suspiró, limpiando la frente de Changbin con cuidado. Tenía al chico entre sus piernas como si de algo muy valioso se tratase, como si se pudiese romper con un leve toque.

Lo que casi ocurre hace un momento.

-Por... el azar de la vida, le tocó a Changbin alguien terrible en su vida.-Tragó saliva antes de seguir con su explicación- Le maltrató, física y mentalmente...

-¿Alguien cercano a él?-Felix se sentó también en el suelo, guardando distancias con el cuerpo inconsciente del pelinegro.

-... pero fue peor cuando su padre comenzó a abusar de él.