Estaba comenzando a atardecer y los últimos rayos de sol se habían colado tímidamente por la ventana del dormitorio, iluminando este con colores anaranjados y rojizos. Apenas se escuchaba ruido, ni el sonido de coches pasando frente a la casa. Es como si todo se hubiese parado y, viéndolo así, podía decirse que era verdad, que todo se había congelado.
Incluso los dos chicos, que estaban de pie en el dormitorio, no se habían movido de su posición. Seguían estando uno frente al otro, con los ojos cerrados, a milímetros de la boca del otro y con la mano en su pecho sin llegar a rozar piel con piel.
Las sensaciones de Felix estaban a flor de piel. Estaba tan cerca de él, estaba a punto de besarle, estaba a punto de tocar la piel marcada por los demonios que le hicieron aquello... Pero estaba lejos, muy lejos. A miles de kilómetros. Pero aun estando a miles de kilómetros, podía sentir la fragancia de su piel y su aliento que salía de su boca entreabierta, sentía la presencia de sus labios en los suyos sin tocarse, la calidez de su cuerpo.
En cambio, Changbin estaba a punto de derrumbarse emocionalmente. Las ganas de llorar y las ganas de rendirse ante el rubio estaban luchando entre sí, luchando a muerte para ver quién era el más fuerte en ese momento. Y él, un espectador, miraba aquello sin poder hacer nada, esperando a que alguno de ellos ganase. Incluso estaba esperando a que Felix se decidiese de una vez y le besase o se apartase de él.
Pero se atrevió a preguntar al rubio en un débil susurro.
-¿Qué pasa?
-Temo hacerte daño.-Respondió este en un mismo tono.-Como la última vez.
Changbin abrió los ojos y, desde tan cerca, pudo ver las pequeñas pecas que adornaban su nariz y pómulos. Incluso pudo ver lo largas que tenía las pestañas. Dirigió su mirada a su boca la cual tenía un bonito tono sonrosado, como si fuese una fresa.
-Me siento extraño, pero creo que no para mal. ¿Por qué no pruebas?
Aquella pregunta creó un absoluto silencio. No se escuchaban ni sus respiraciones. Pero el rubio lo rompió con dos palabras.
-Lo siento.
De pronto, los labios de Felix se juntaron delicadamente con los del contrario. Los amoldó a los suyos encajando perfectamente, como si fuesen dos piezas del mismo puzle. No fue para nada agresivo ni húmedo. Fue, simplemente, un beso cariñoso, una caricia que le regalaba al pelinegro, esperando a que todo fuese bien... Sin querer ir a nada más, sin invadir la boca del otro sin su permiso.
Pero se apartó en cuanto notó que Changbin se ponía tenso y cerraba sus ojos con fuerza.
Quiso decir algo, preguntar si se encontraba bien, si había sido mala idea o incluso si debería irse pero, antes de abrir la boca para decir nada, el más bajo agarró el cuello de su camisa y se puso un poco de puntillas para devolverle el dulce pico que le había dado el chico, separándose al instante.
No sabía qué era lo que había sentido en esos cortos segundos en los que había estado junto a Felix. No tenía ni idea. Pero era extraño, justo como había dicho hace un momento. Pero no era para mal. Eso lo notaba. Lo sentía en su piel. Lo sentía dentro de él.
Miró al joven que tenía en frente y esta vez su imagen no se esfumó como la otra vez. No dio paso a la imagen aterradora que vio en casa de Seungmin. No vio nada. Solo a Felix llevándose dos dedos a sus labios y tocándolos, sintiendo los pequeños besos que se habían dado.
-Te veo a ti.-Dijo Changbin con los ojos húmedos y con la vista borrosa a causa de las lágrimas que se habían acumulado, sin avisar.-Felix, estás aquí.
Felix no sabía qué era de lo que estaba hablando pero verle derramar una lágrima por su mejilla, hizo que asintiera ante las palabras del chico.
-Sí, estoy aquí.
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Don Limpio¹ // Changlix - Stray Kids [TERMINADA]
Fanfiction-------Uno obsesionado con la limpieza, con el orden, con tener todo planeado, siguiendo unas pautas. El otro, un alma libre, un despreocupado, que aparece en la vida del otro para desordenársela y para cambiársela por completo.--------- •Changlix A...