En aquel momento yo no podía ser capaz de controlar mis impulsos. Eran tantas cosas las que llevaba dentro que incluso podía sentir como si mi cuerpo fuese a estallar en cualquier instante, cosas como ira, furia, impotencia, tristeza, frustración, dolor y muchas otras más a las que aún no les encuentro un nombre exacto.
Se sentía como si tuviese una gran tormenta en mi interior, tan violenta como para remover incluso hasta lo que no sabía que aún recordaba. Era como si fuese una tormenta granizada y yo recibiera cada impacto sobre mi pecho, también como si fuera tanta la lluvia y el aire que me ahogaba hasta la muerte, con agua tan fría que congelaba hasta lo más recóndito de mí... y caliente, tan caliente como si un tornado de fuego se encargase de encenderme de una manera tan malditamente inexplicable.Y no lo sabía, no era consciente que yo mismo estaba convirtiéndome en aquella tormenta llena de ansiedad y furia que me consumía.
—¡Por el amor de dios!, Hijo mío, ¿¡Qué estás haciendo!? —Mi abuela estaba ahí, de pie bajo el umbral de la puerta tan asustada que apenas y podía moverse. La veía, pero no estaba siendo consciente que lo hacía— ¡Detente, por favor! —Por supuesto que no lo haría.
Estaba destruyéndolo todo, mi cama, mis cuadros, mis libros, mi escritorio, todo. Todo por lo que había trabajado, lo que me había sido obsequiado, todo estaba siendo destruido por mis propias manos y no iba a detenerme, no quería. Me sentía tan enojado que necesitaba sacarlo todo, los nudillos de mis manos me dolían y sangraban, las uñas de mis dedos también se veían maltratadas y podría decir que incluso rotas... dolía tanto, maldita sea.
La abuela intentó detenerme, no supe ni siquiera en que momento había entrado a mi habitación.
—¡Ya basta, mi amor, ya basta! —Gritaba una y otra vez mientras sujetaba con toda su débil fuerza mis hombros. Me sacudí de su agarre y ella retrocedió, casi cayendo al suelo.
—¡Fuera de aquí!, ¡Lárgate! —Lo siento abuela, no sabía lo que decía— ¡Déjame tranquilo, mierda! —Realmente lo último que necesitaba era que me dejaran solo, pero no lo sabía.
—¡Mamá! —Cuando uno de mis tíos entró a la habitación, tomó a la abuela con cuidado llevándola lejos de mí que aún me encontraba sumergido en furia. Cuando la dejó en el pasillo, él me miró, buscando alguna manera de razonar— ¡Tienes que detenerte, mira lo que estás haciendo! —comenzó a decir y fue ahí donde me quede, pues lo siguiente que continuó diciendo durante minutos una y otra vez, no lo escuché; pero cuando observé que tomó del suelo la fotografía de mi familia de entre los pedazos de cristal que pertenecían al marco, me colmé.
Caminé hacia mi tío arrebatándole la fotografía de las manos y lo empujé con fuerza suficiente como para hacerlo caer al suelo del pasillo.
—¡Les estoy diciendo que se larguen de aquí! —La voz que salió expulsada de mi garganta era tan potente que la desgarraba y engruesaba, posiblemente también por la cantidad de tiempo que había pasado gritando cosas, nombres y maldiciendo al aire mientras rompía todo— ¡Fuera de mi puta vista, largo de aquí, largo de mi casa! —Fue lo último que articulé antes de cerrar violentamente la puerta de madera.
Recuerdo que mi abuela y tío me llamaban una y otra vez con desesperación, recuerdo golpear la pared, justo encima del apagador. Recuerdo también el dolor que se extendió desde mis dedos hasta el codo, me había dislocado un pequeño hueso al golpear el cemento, vagamente flota en mi memoria como caminé hasta la base desacomodada de mi cama y me senté en el suelo, recargando mi espalda contra la madera quebrajada... y por supuesto que también lo recuerdo a él cuando entró a la habitación de manera temerosa, observándome con profundo dolor mientras lloraba con todas mis fuerzas y apretaba la fotografía donde estaba con mis padres, ambos... felices y unidos.
—Debes parar... —Fue lo único que dijo antes de tomar aire de una manera tan profunda que incluso a mí me fatigó y caminar hasta donde me encontraba, sentándose frente a mí mientras acariciaba la parte de mi cabeza donde se encontraba el pequeño remolino de mi cabello.
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❀Nota del autor:❀
¿Qué tal? 7u7♥
Bueno, esta pequeña nota/aclaración es solo para dejar en claro que las imágenes no tienen una conexión exacta con el personaje que narra, únicamente es para ambientar o servir como ejemplo de la acción, etc, etc... ¿Por qué digo esto? Bueno, por ejemplo: las manos que se encuentran en la imagen tienen un tono de piel moreno, pero eso no quiere decir o afirmar que Lance es quien está detrás de esta narración (¿o sí?) de la misma forma como si fuese alguien de tés blanca. La identidad del personaje (o personajes(¿) se sabrá a su debido tiempo~¡Eso es todo! Sin más que decir, me retiro!
Espero les haya gustado, nos leemos pronto!By: ShargyD♥
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El chico llamado LANCE - Klance AU
FanfictionHa pasado un año desde que los padres de Keith murieron. Shiro, su mejor amigo de infancia y de quien secretamente Keith está enamorado, en un intento desesperado y como última opción para sacarlo de su depresión lo invita a vivir a California junto...